«Juan ha venido a la fiesta y María se ha quedado en casa» es verdadero exactamente cuando las dos oraciones —«Juan ha venido» y «María se ha quedado en casa»— son verdaderas.
Cuando el dios Osiris volvió, Seth dio una gran fiesta de bienvenida y lanzó un desafío a los invitados: regalaría un cofre a quien cupiera en él sin dificultad.
El tema representado es una fiesta celebrada en su lujosa casa, que se presenta como una alegoría del amor conyugal, ya que a la derecha, sobre la fuente, aparece la diosa Juno, protectora del matrimonio, y por todas partes revolotean amorcillos.
Intuitivamente, debe ser así: si «Juan ha venido a la fiesta» es verdadero, entonces «Juan no ha venido a la fiesta» es falso; si «Juan ha venido a la fiesta» es falso, entonces «Juan no ha venido a la fiesta» es verdadero.
Si este decidía reconocerlo como hijo legítimo y, por lo tanto, aceptarlo, lo alzaba y lo abrazaba; al cabo de unos días (ocho para los niños y nueve para las niñas), en una fiesta llamada Lustratio lo purificaban, le daban un nombre y le entregaban un amuleto, llamado bulla .
Suárez había elegido para hacerlo la fiesta de Semana Santa, en la que la mayoría del Gobierno y de los personajes del establishment, todos salidos del pasado franquista, se hallaban de vacaciones.
Veronés en realidad nos presenta una gran fiesta veneciana de las que se celebraban en su época, en un grandioso escenario arquitectónico de estilo palladiano y con una galería de personajes de las más variadas procedencias e indumentarias, como era habitual en una ciudad que mantenía estrechas relaciones comerciales con lugares diversos y exóticos.
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