• Español ES

64 oraciones y frases con verdades

Las oraciones con verdades que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar verdades en una frase. Se trata de ejemplos con verdades gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar verdades en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • ¿Dónde hallar, entonces, esas verdades que anhela el hombre?

  • A su juicio, la metafísica occidental se había apoyado en la noción de ser inmutable y fundamento de las verdades absolutas y universales.

  • Además, fe y razón no solo no se oponen, sino que se ayudan mutuamente: La razón puede alcanzar verdades naturales reveladas por Dios que preparan para la aceptación de las verdades sobrenaturales; son los llamados preámbulos de la fe.

  • Además, como Dios es la Verdad, se ha de concluir que el entendimiento no puede conocer la Verdad, sino verdades parciales.

  • Además, la tesis de que, mediante la luz divina, el hombre tiene acceso en su interior a las verdades inmutables, suscitó en fi lósofos posteriores el establecimiento de un nuevo punto de partida del pensar: el yo frente a la «inseguridad» de la realidad exterior.

  • Como de hecho se hace patente que, cuando se conoce a Sócrates y a su blancura en su ausencia, en virtud de ese conocimiento incomplejo ni se puede saber que Sócrates existe o no, ni que es blanco o no lo es, o que dista de tal lugar o no; y así a propósito de otras verdades contingentes.

  • Como se ha indicado, las verdades eternas e inmutables no pueden provenir de nosotros mismos; solo pueden tener su origen en Dios, ya que solo él es eterno e invariable.

  • Con objeto de contrarrestar el mundo de las esencias del aristotelismo árabe y, así, salvar la omnipotencia divina, Ockham concibió un mundo absolutamente contingente en el que no cabía un conocimiento de verdades universales y absolutas.

  • De hecho, las verdades esenciales se revelan en la dinámica de la vida.

  • Desechar alguna de sus verdades sería lo mismo que negar la sabiduría de Dios.

  • Dios ha querido revelarse para que se puedan conocer, mediante la fe, las verdades necesarias para nuestra Salvación: tanto las que podrían alcanzarse únicamente con la razón (por ejemplo, su existencia), como aquellas que pertenecen por completo al ámbito sobrenatural y que la razón no puede conocer en ningún caso (la Trinidad, la Encarnación, etcétera).

  • Duns Scoto, por ejemplo, planteó la necesidad de establecer unos límites entre ambas, de manera que la superioridad de las verdades reveladas no se viera amenazada por la razón.

  • Ejemplos de esta clase de verdades serían la Creación del mundo y la existencia de Dios.

  • El razonamiento Consiste en pasar de una verdad conocida a otras verdades no conocidas y que están implícitas en la primera; es conectar unos juicios con otros: lo que llamamos razonar o discurrir.

  • En los siglos y, Atanasio de Alejandría, Basilio de Capadocia, Gregorio Nacianceno y Gregorio de Nisa dedicaron toda su cultivada inteligencia a articular teológicamente las verdades cristianas.

  • En ese proceso de interiorización es donde se descubren las verdades eternas.

  • En este ambiente intelectual, el conocimiento humano se convirtió en el principal tema de re fl exión para Descartes, quien trató de mejorarlo mediante un método adecuado que eliminase toda posible duda y mostrara verdades ciertas.

  • En este estilo se levantaron por todas partes monasterios y templos monumentales, revestidos de esculturas y pinturas, que como libros de piedra enseñaban las verdades religiosas, mediante símbolos e imágenes, a una población analfabeta.

  • En su búsqueda de tal criterio, el pensador escocés aplicó el método experimental y concluyó que ni la idea de Dios, ni las verdades eternas, ni unas supuestas normas universales constituyen la regla para discernir entre la virtud y el vicio.

  • En un contexto positivista, marcado por la importancia de los hechos medibles y cuanti fi cables, la fenomenología recuperó la búsqueda clásica de verdades universales y necesarias que había caracterizado a la fi losofía desde sus inicios.

  • Entre estas, distinguía entre los misterios inalcanzables por la razón y las verdades naturales alcanzables por esta.

  • Esencialmente consistió en una religiosidad distinta, con una actitud más positiva hacia las realidades de este mundo: El objetivo seguía siendo la enseñanza de las verdades esenciales, pero sin renunciar por ello a la belleza formal.

  • Estas verdades pueden ser sobrenaturales o naturales; para referirse a estas últimas, Aquino emplea la expresión preámbulos de la fe, ya que predisponen a la aceptación de las verdades sobrenaturales, objeto exclusivo de la fe.

  • Estos no admitían la existencia de un bien en sí ni de verdades inmutables, pues eran ellos quienes decidían sobre lo bueno y verdadero, y quienes lo imponían a los más débiles.

  • Fe: tipo de conocimiento por el que se asiente a las verdades que Dios ha revelado.

  • Fideísmo: doctrina que acepta las verdades reveladas por Dios exclusivamente mediante la fe y que no admite que se pueda acceder por la razón a algunas de estas verdades.

  • Indica cuáles de las siguientes afirmaciones son verdades y cuáles, falsas.

  • Inducción: método por el que, a partir de la observación de algunos casos particulares, se alcanzan verdades universales.

  • Junto a lo anterior, Aquino aseguró que hay algunas verdades naturales que Dios ha revelado para hacerlas accesibles a todos.

  • La complementariedad entre las verdades de la fe y las de la fi losofía defendida por san Agustín, enriqueció los debates surgidos en la fi losofía posterior.

  • La fe, por su parte, protege la razón de dudas y errores mediante esas verdades naturales que Dios revela.

  • La fi losofía nunca parte de creencias ni de verdades supuestas, sino que busca respuestas últimas sin prejuicios, esas ideas nuevas que orienten al hombre en la vida y le permitan saber a qué atenerse.

  • La importancia del estudio de las ciencias [...] estas luces y conocimientos solo pueden derivarse del estudio de las ciencias matemáticas, de la buena física, de la química y de la mineralogía; facultades que han enseñado a los hombres muchas verdades útiles, que han desterrado del mundo muchas preocupaciones perniciosas y a quienes la agricultura, las artes y el comercio de Europa deben los rápidos progresos que han hecho en este siglo.

  • La inducción, que consiste en observar algunos casos particulares para llegar a verdades universales.

  • La razón, según Descartes, ha de buscar verdades evidentes, es decir, ciertas e incuestionables, que él identifica con las ideas claras y distintas.

  • La relación entre fe y razón a lo largo de la historia ha sido siempre «de ida y vuelta»: las verdades de fe fueron, en buena medida, definidas mediante conceptos tomados de la filosofía (como naturaleza, persona o sustancia).

  • Las más significativas son: Suma contra los gentiles, en la que intentó demostrar que las verdades cristianas son más certeras y razonables que las de otras religiones.

  • Lo contrario de estas verdades es posible y pensable.

  • Los conceptos y las verdades proceden, por consiguiente, del versalidad (la verdad objetiva).

  • Mientras que de los hechos solo se pueden extraer leyes particulares y relativas, la lógica establece verdades apodícticas.

  • Muchas veces los y bellas imágenes, verdades profundas acerca de la vida y del hombre.

  • No creemos porque las verdades reveladas aparezcan como verdaderas e inteligibles a nuestra razón natural.

  • No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre depositar la confianza en Dios y adherirse a las verdades por él reveladas.

  • Para Agustín, las verdades eternas son el objeto de la sabiduría, la cual es el conocimiento que hace comprender la esencia de las cosas y que conduce, desde la propia interioridad, al conocimiento de Dios.

  • Para ellos, lo primero era la fe, que ofrecía certeza sobre las verdades reveladas por Dios, muchas de las cuales sobrepasan el conocimiento racional.

  • Para hallar las verdades últimas debía olvidarse del mundo externo y adentrarse en el alma humana.

  • Pensaba que valía la pena que la razón realizase el esfuerzo de alcanzar todas las verdades de que fuera capaz, al margen de la fe sobrenatural.

  • Pertenecen a este tipo de verdades nuestros conocimientos sobre el mundo, el ser humano y Dios.

  • Por eso, negó que existieran verdades permanentes.

  • Por eso no es posible asumir un conjunto de verdades y abandonar otras: exige una aceptación total de su contenido; no se puede aceptar en fragmentos.

  • Por esta misma razón, una de sus características más importantes es su condición ecléctica o sintética: el pensamiento débil, al no postular una verdad, integra diversas perspectivas y verdades.

  • Por las ideas o verdades eternas que encontramos en nuestra mente.

  • Sabiduría: según san Agustín, es el conocimiento racional superior que tiene por objeto las verdades eternas, universales y necesarias.

  • San Agustín explica su teoría de la iluminación señalando que, así como el Sol ilumina las cosas corpóreas, Dios es el Sol que da luz a nuestra inteligencia para que capte las verdades eternas.

  • San Anselmo consideró necesario profundizar racionalmente en las verdades reveladas por Dios.

  • San Justino (siglo ii ) sostuvo que los fi lósofos paganos habían sido iluminados por Dios para que, con su razón, alcanzaran ciertas verdades sobre el Creador, la naturaleza o el hombre, pero que la verdad perfecta solo se encuentra en la fe cristiana.

  • Según él, por lo tanto, no existen verdades absolutas e inmutables, y nuestro conocimiento ha de limitarse a las metáforas originales.

  • Según san Agustín, las verdades inmutables —universales y necesarias— no se pueden encontrar en los datos sensibles, pues las realidades empíricas son cambiantes y contingentes.

  • Son ejemplos de estas verdades la Trinidad y la Encarnación.

  • Su ámbito de conocimiento es exclusivamente el de las verdades naturales y entre estas no puede encontrase ninguna que haya sido revelada por Dios.

  • También el conocimiento sensible nos proporciona evidencia de verdades de hecho, como el propio existir o la existencia de las cosas que nos rodean.

  • Tiene por objeto las verdades naturales.

  • Un ejemplo de esas verdades es la existencia de Dios.

  • Y, sin embargo, es cosa cierta que esas verdades pueden ser conocidas evidentemente».