A continuación dará el turno de palabra alternativamente al representante de cada grupo: A / B / A / B y controlará el tiempo.
A diferencia de lo ocurrido en la etapa anterior, en la que los gobiernos conservadores de Cánovas tuvieron mayor duración y un indiscutible protagonismo, durante la regencia de María Cristina la práctica del turno de partidos se normalizó, con la alternancia en el gobierno de conservadores y liberales.
Ahora le ha llegado su turno.
Ambos partidos estaban más próximos entre sí de lo que aparentaban, incluso en el ámbito ideológico, y aceptaban el juego trucado en que se habían convertido los cambios de gobierno con el sistema de turno pací fi co.
El público puede intervenir en el debate, pidiendo el turno de palabra al moderador.
El resultado de este efecto es que estas corrientes inducidas forman unos polos magnéticos que se atraen con el campo magnético giratorio y hacen, en su turno, girar el rotor en el que están montados.
Eneas derrota Turno.
Esto suponía en realidad un serio recorte, ya que el gobernante de turno podía limitar o anular en la práctica cualquier derecho con una nueva ley, sin necesidad de cambiar la Constitución.
La alternancia pací fi ca en el poder de los dos partidos principales se convirtió, de hecho, en cambios de gobierno pactados de antemano entre ellos: era el turno de partidos .
Pero ella ya estaba prometida con Turno, quien, para defender sus derechos, declaró la guerra al rey Latino.
Sin embargo, más importante que la caída del gobierno de Maura fue la ruptura del pacto de turno pací fi co en el poder, que había constituido una de las bases del sistema político de la Restauración.
Sin embargo, conviene señalar que esta práctica del «turno» al margen del cuerpo electoral no era exclusiva de España, sino que tenía sus equivalentes en las otras dos monarquías meridionales que, como la española, presentaban un cierto atraso económico y político respecto a la Europa occidental: en Italia, la alternancia entre la destra y la sinistra ; y en Portugal, el rotativismo del partido Regenerador y el Progresista.
Sin embargo, esta solución tampoco funcionó y al cabo de un año se retornó a la vieja práctica del turno.
Tanto el Partido Conservador como el Liberal tenían su propia red organizada, para asegurarse los resultados electorales adecuados cuando les correspondiese el turno de gobernar.
Una malévola sospecha basta para que el policía o la guardia civil de turno pueda flagelar irresponsablemente, torturar y herir a cualquier ciudadano muchas veces inocente de la fechoría que se le atribuye.
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