• Español ES

11 oraciones y frases con terrena

Las oraciones con terrena que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar terrena en una frase. Se trata de ejemplos con terrena gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar terrena en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • «Así, la ciudad terrena, que no vive de la fe, apetece la paz terrena y fija la concordia entre los ciudadanos que mandan y los que obedecen en que sus quereres estén acordes de algún modo en lo concerniente a la vida mortal.

  • Ciudad terrena: ciudad formada por todos aquellos seres humanos que rigen su vida por el amor propio.

  • Como se ha señalado, al comienzo de la organización social solo existía la moral de los señores, de los hombres nobles y superiores que amaban la vida terrena.

  • Convive entremezclada en la historia con la ciudad terrena.

  • En la existencia terrena la felicidad solo se puede obtener de un modo imperfecto.

  • Estas ciudades hacen referencia a los principios opuestos que rigen la conducta de los seres humanos sobre la Tierra: el amor de Dios y la ley moral que nos conduce a él —que constituyen la ciudad de Dios —, o bien, la aversión a Dios y el rechazo de su ley —que constituyen la ciudad terrena —. Ambas coexisten enfrentadas y conforman el contenido del tiempo histórico.

  • La caridad no «se puede agotar en la dimensión terrena de las relaciones humanas y sociales, porque toda su eficacia deriva de la referencia a Dios: “En la tarde de esta vida, compareceré delante ti con las manos vacías, pues no te pido, Señor, que lleves cuenta de mis obras.

  • Semejante cambio no significa anular la dimensión terrena en una espiritualidad desencarnada.

  • Sustituiría a la religión cristiana, a la que juzgó completamente ajena a la realidad terrena.

  • Transmigración: paso del alma de un cuerpo a otro tras la muerte, si no se ha purificado suficientemente durante su vida terrena.

  • Y por eso, mientras que ella está como viajero cautivo en la ciudad terrena, habiendo recibido ya la promesa de su redención y el don espiritual como prenda de ella, no duda en obedecer las leyes de la ciudad terrenal que reglamentan las cosas necesarias y el mandamiento de la vida mortal.