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20 oraciones y frases con súbditos

Las oraciones con súbditos que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar súbditos en una frase. Se trata de ejemplos con súbditos gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar súbditos en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • Así que el Soberano absoluto no tiene facultad de usar sin razón de su autoridad (derecho que no quiso tener el mismo Dios): por esto ha sido necesario que el poder soberano fuese absoluto, para prescribir a los súbditos todo lo que mira al interés común, y obligar a la obediencia a los que se niegan a ella.

  • Así, los antiguos súbditos del rey se convirtieron en ciudadanos del Estado con derechos civiles y políticos.

  • De este modo, frente al concepto feudal del rey como señor de vasallos –lo que implicaba una reciprocidad de compromisos y obligaciones entre uno y otros–, se fue imponiendo en Castilla la doctrina del rey como soberano de súbditos, según la cual el reino debía estar subordinado a la autoridad ilimitada e independiente del monarca, que solo era responsable de sus actos ante Dios.

  • Despotismo ilustrado: doctrina política de algunos reyes absolutos del siglo inspirada en las ideas de la Ilustración, según las cuales se desea fomentar la cultura y los bienes sociales de los súbditos.

  • Edicto de ‘Abd al-‘Aziz ibn Musa ibn Nusair a Tudmir ibn Abdush [Teodomiro, descendiente de godos]. Este último obtiene la paz y recibe la promesa, bajo la garantía de Dios y su Profeta, de que su situación y la de su pueblo no se alterará; de que sus súbditos no serán muertos, ni hechos prisione- ros, ni separados de sus esposas e hijos; de que no se les impedirá la práctica de su religión, y de que sus iglesias no serán quemadas ni desposeídas de los objetos de culto que hay en ellas; todo ello mientras satisfaga las obligaciones que le imponemos.

  • En estos casos, el soberano no puede permitir que los súbitos gocen de los derechos del ciudadano sin cumplir sus deberes de súbditos, pues de esta injusticia se derivaría la destrucción de todo el cuerpo político.

  • Entre los personajes que intervinieron en este debate, sobresalieron tres: B Bartolomé de las Casas, fraile dominico y apasionaa d do defensor de los indios, sostenía que estos eran seres libres con plenitud de derechos como súbditos del rey de Castilla; y la colonización solo se podía justi fi car como empresa exclusivamente evangelizadora y siempre que fuera pací fi ca.

  • Fue un arte propio de una época de crisis profunda, en la que los grandes poderes del momento, la Iglesia católica –cuestionada por los protestantes– y las monarquías absolutas, pretendieron servirse de él como exaltación de su autoridad y los valores establecidos, asegurándose así la obediencia de sus fieles o súbditos.

  • Las monarquías europeas trataron de perdurar mediante el despotismo ilustrado, forma de gobierno que pretendía compatibilizar el mantenimiento del poder absoluto con la promoción de mejoras sociales y culturales para sus súbditos, que se hacían sin contar con ellos.

  • Los erarios actuarían como bancos: pagarían un interés a quienes depositaran su dinero en ellos y concederían préstamos a la Corona, que así obtendría la ayuda de sus súbditos y no se endeudaría con extranjeros.

  • Los demás miembros del Estado son súbditos y deben obedecer ciegamente la voluntad del soberano.

  • Los súbditos de las dos monarquías, en declarando sus mercaderías, pagarán los mismos derechos que pagarían si fuesen de naturales; y esta misma igualdad se observará en cuanto a la libertad de la importación y exportación, sin que deban pagarse de una y otra parte más derechos que los que se perciban de los propios súbditos del soberano, ni ser materias de contrabando para unos las que no lo fuesen para los otros; [...] bien entendido que ninguna otra potencia extranjera gozará en España ni en Francia privilegio alguno más ventajoso que el de las dos naciones [...].

  • Los súbditos de los altos contratantes serán tratados, relativamente al comercio y a las imposiciones en los dominios de cada uno en Europa, como los propios súbditos del país adonde llegasen o residiesen; de suerte que la bandera española gozará en Francia los mismos derechos y prerrogativas que la bandera francesa, así como la bandera francesa será tratada en España con el propio favor que la española.

  • No son súbditos, sino ciudadanos.

  • Por otro lado, sus integrantes también reciben diferentes denominaciones: pueblo, cuando se les considera en su conjunto; ciudadanos, si participan del poder soberano; súbditos, cuando se someten a las leyes emanadas del Estado.

  • Si la ley positiva y, con ella, el Estado, se aparta de la ley natural, entonces no es verdadera ley, y los súbditos no tendrán obligación de obedecerla.

  • Sin embargo, puede ocurrir que los súbditos busquen sus intereses particulares en contra del interés general expresado por el soberano.

  • Solo un rey fi lósofo, asistido por las minorías ilustradas del país, sabía lo que convenía a sus súbditos y estaba en condiciones de impulsar la reforma racional de la sociedad en todos los aspectos necesarios para el progreso y la felicidad de su pueblo: en la educación (para que fuera útil), en la economía (para que aumentara la producción y la riqueza), en la Iglesia (para que cumpliera su función con moralidad y e fi cacia), etc. La fi losofía que inspiraba el despotismo ilustrado quedaba resumida en la frase: «todo para el pueblo, pero sin el pueblo».

  • VII), por lo que siempre emplea el poder en bene fi cio del conjunto de sus súbditos.

  • Y porque los reyes son obligados en cuanto en sí fuere a quitar los impedimentos temporales que estorban la salvación de sus súbditos [se solicita la constitución de una junta de teólogos y juristas de todos los Consejos, para que] se vean y examinen las conclusiones que yo tengo aparejadas para ello.