«De las discordias —escribió— surge la más hermosa armonía».
Afirmar que algo tan complejo y maravilloso como el pensamiento o la libertad surge de la materia, es señal de miopía en investigación y de haber sobrepasado el campo de la ciencia positiva: la libre decisión de amar a alguien no se puede explicar únicamente por la materia.
Al situar el arjé en el agua, parece que quiere decir que la vida surge de este elemento.
Aquel surge en la segunda mitad del siglo xix ; esta, durante la transición del siglo xix al siglo xx .
Así, la teoría cosmológica del big bang se centra en las condiciones iniciales de las que surge el universo tal y como ahora lo contemplamos.
Así, el fruto que surge de una planta, aunque procede de su interior, se convierte, al cabo del tiempo, en algo exterior a ella misma.
Así, la idea compleja de naranjal surge de la cercanía de varios naranjos.
Asimismo, en nuestra sociedad observamos el drama de la ausencia de ternura, el afecto que surge entre las personas y al que no podemos renunciar si queremos ser realmente humanos.
Comenta la siguiente frase de V. R. Potter: «La bioética surge, por tanto, como un intento de establecer un puente entre la ciencia experimental y las humanidades».
Como a fi rmó Darwin, el ser humano es como los demás animales y surge de ellos por evolución de los animales.
Con la celebración de ese contrato surge el Estado civil, representado por el soberano.
De la reflexión sistemática —filosófica— sobre esta experiencia surge un saber sobre la conducta humana que es directivo, es decir, que pretende dar criterios válidos para la dirección de la propia vida.
De entrada, a todos nos surge espontáneamente responder «no» a estas preguntas.
El tema del Juicio Final fue muy frecuente en los tímpanos de las portadas occidentales del Románico, por razones tanto simbólicas como propagandísticas: el occidente se identifica con el ocaso y el fin del día, y por extensión con la muerte y el fin del mundo; por otra parte, la portada occidental comunica el mundo exterior, asociado a la oscuridad del pecado, con el interior del templo, que conduce al creyente hacia la cabecera oriental, por donde surge la luz de Dios.
El Amor surge ante la percepción de la Belleza y es el deseo de gozar de ella.
El cambio social es fruto de un proceso de racionalización que surge a consecuencia del desarrollo de la ciencia y la burocracia modernas.
El enfrentamiento entre ambas clases (tesis y antítesis) conduce a una síntesis en la que surge una nueva clase, que es el punto de partida, a su vez, de un nuevo con fl icto.
El método científico consta de una serie ordenada de pasos que pretenden responder de manera objetiva y fundamentada a una pregun-ta que surge a partir de la observación de un fenómeno.
El problema surge con aquellas consecuencias que no ha querido el sujeto.
El progreso adviene de forma necesaria, pero Marx considera que es posible acelerarlo gracias a la lucha de clases que surge de la desigualdad entre los hombres.
En efecto, la fi losofía surge en Grecia cuando los sabios abandonan esas respuestas mitológicas e intentan utilizar la razón humana para explicar los fenómenos de la naturaleza.
Es la que surge del interior de la Tierra en forma de calor.
Este permite entender por qué la verdadera felicidad surge de la entrega a los demás.
Gea surge de las profundidades implorando clemencia y la Victoria, alada, anuncia el desenlace a favor de Atenea.
Gracias a la intervención del intelecto agente, esas formas inteligibles pasan de la potencia al acto y surge el concepto, que es la aprehensión en acto de la forma inteligible de una cosa.
Habermas caracteriza la racionalidad comunicativa con los siguientes rasgos: Es discursiva y lingüística, pues surge de la práctica comunicativa cotidiana.
Junto al en sí y al para sí, surge un tercer elemento: la nada.
Kant de fi nió el deber como «la necesidad de una acción por respeto a la ley», entendiendo por necesidad una determinación o disposición que hace actuar a la voluntad, y por respeto, un sentimiento de sumisión u obediencia a la ley que surge espontáneamente de la razón.
La causa de esta alienación surge del estado de miseria del ser humano.
La primera certeza: la existencia del yo Llegados a este punto, el fi lósofo cayó en la cuenta de que, cuando se duda de todo, surge una verdad de la que es imposible dudar: la existencia de un yo que duda.
La superación de esta conciencia negativa comenzó con la Revolución francesa y la Ilustración, que eliminaron la trascendencia y permitieron que aquella se reconozca a sí misma en la conciencia colectiva que surge con el Estado —y que Hegel identi fi có con el Estado alemán de su época— (síntesis).
Los partidos políticos se deshacen y surge un movimiento nacional amplio, sin exclusivismos ni clientelas, que busca la colaboración de todos los españoles.
Para estos autores, el pensamiento del fi nal siglo xx se mani fi esta como el ocaso de la modernidad y su actitud fi losó fi ca surge históricamente como una reacción contra el modelo fi losó fi co ilustrado.
Pero ¿por qué, entonces, el conocimiento produce conceptos que repre el lenguaje surge del deseo de los seres humanos de vivir en sociedad y en paz, consiguiente, un producto de la sociedad, mediante el cual se imponen unos usos lingüísticos unitarios y válidos para todos.
Pero, ante esta perspectiva, surge la angustia.
Quien ha probado alguna vez el gozo que surge de una vida entregada a los otros por amor, reconoce que en ella se encuentra la respuesta a los anhelos más profundos del corazón humano.
Significa que el hombre primero existe, se encuentra, surge en el mundo, y que se define después.
Surge así la necesidad de construir un Estado (polis) que cumpla con la función natural de atender las necesidades sociales y humanas de los ciudadanos.
Surge de la unión de dos teatros y sirve para celebrar en él juegos y luchas.
Surge entonces el vivir como dato radical: mi vida, la vida humana, se presenta desde el primer momento como una interdependencia entre el yo y el mundo.
Surge, así, la alienación económica propia de la sociedad capitalista.
También en este caso surge la angustia, porque el futuro del hombre, su único proyecto irrenunciable, es su propia anulación, su muerte.
Una nueva especie se origina de repente; surge, a partir de una especie preexistente, sin ninguna preparación visible y sin transición.
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