Aparecieron los grandes temas y propuestas de su pensamiento: la transmutación de los valores, la muerte de Dios, la voluntad de poder, el superhombre y el eterno retorno.
Aseguró, además, que el triunfo de los plebeyos no era definitivo, pues ya se anunciaba la aparición de un hombre superior, el superhombre, que devolvería a la moral sus valores originarios.
El protagonista de Así habló Zaratustra es el profeta persa que representa a ese crítica a la cultura occidental y la predicción del superhombre, fruto de la auténtica evolución y encarnación de la vida terrenal.
El superhombre es el ser libre y fuerte que ama la vida y crea los valores a partir de su voluntad.
En realidad, el superhombre y la voluntad de poder se podrían interpretar como sustitutos de Dios.
Es la moral pagana del superhombre.
Es la moral que volverá con el superhombre, tras la muerte de Dios.
La eliminación de Dios y de todas las invenciones de la cultura occidental despejaba el camino hacia el de poder, del eterno retorno y del superhombre.
Por su carácter creativo, la voluntad de poder es afán de superación y, en consecuencia, el rasgo propio del superhombre.
Y esa es la tarea que propone Nietzsche para el «superhombre».
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