Desde un punto de vista técnico, el estilo de Velázquez alcanzó con esta obra su plena madurez, dejando atrás definitivamente los rasgos de su etapa sevillana: Sustituye por completo el claroscuro tenebrista para dar paso a una luz más matizada.
En este aspecto, se trata de una pintura de transición entre la etapa sevillana del artista, de clara primacía del dibujo y colores terrosos, y su etapa madura en la Corte, en la que los elementos lineales fueron perdiendo importancia en favor de una pincelada de color más suelta y de tonalidades frías.
En su etapa inicial sevillana practicó una pintura muy vinculada al naturalismo caravaggiesco, con escenas y personajes populares como El aguador de Sevilla (Museo Wellington de Londres) o la Vieja friendo huevos (National Gallery de Edimburgo).
Por lo demás, la composición en diagonal y la técnica (colores oscuros y terrosos, de factura lisa, dibujo detallado, luz focal y tenebrismo) son características de esta etapa sevillana.
Técnicamente, esta obra presenta aún rasgos de su etapa sevillana, como los colores terrosos, el dibujo detallado, o el contraste de luces y sombras, aunque ya se ha abandonado el tenebrismo inicial; pero la composición refleja la influencia del clasicismo italiano, destacando en este sentido la figura de Apolo y el cíclope de espaldas, que con sus actitudes estáticas y relajadas recuerdan a los héroes de la estatuaria antigua, en contraposición a la vulgaridad de las otras figuras.
Los ejemplos de YourDictionary.com han sido recopilados de diversas fuentes para reflejar el uso actual e histórico de la lengua. Estos ejemplos no representan las opiniones de YourDictionary.com.