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33 oraciones y frases con sevilla

Las oraciones con sevilla que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar sevilla en una frase. Se trata de ejemplos con sevilla gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar sevilla en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • Ciudades como la Córdoba califal, la Sevilla almohade o la Granada nazarí destacaron por su riqueza y su carácter cosmopolita.

  • Compara el Mirador de Daraxa de la Alhambra y el Patio de las Muñecas de los Alcázares Reales de Sevilla.

  • De hecho, trabajaron en él alarifes granadinos proporcionados por el sultán nazarí Muhammad V, aunque también se aprecia la influencia almohade aportada por alarifes de Toledo y Sevilla.

  • E que por cuanto Don Juan Alfonso, conde de Niebla, e Don Alvar Pérez de Guzmán, alguacil Mayor de Sevilla, hicieron azotar un hombre que hacía mal a los judíos, todo el pueblo de Sevilla se moviera, e tomaran preso al Alguacil, e quisieron matar al dicho Conde e a Don Alvar Pérez; e que después acá todas las ciudades estaban movidas para destruir los Judíos, e que les pedían por merced que quisiesen poner en ello algún remedio.

  • E desde que llegaron estos mensajeros con las cartas del rey libradas del Consejo a Sevilla, e Córdoba e otros lugares, sosegóse el hecho, pero poco, porque las gentes estaban muy levantadas e non habían miedo de ninguno, e la codicia de robar los Judíos crecía cada día.

  • E fue causa aquel Arcediano de Ecija de este levantamiento contra los Judíos de Castilla; e perdiéronse por este levantamiento en este tiempo las aljamas de los Judíos de Sevilla, e Córdoba, e Burgos, e Toledo, e Logroño, e otras muchas del reino; e en Aragón, las de Barcelona e Valencia e otras muchas; e los que escaparon quedaron muy pobres, dando muy grandes dádivas a los señores por ser guardados de tan gran tribulación.

  • E los del Consejo desde que vieron la querella que los Judíos de Sevilla de él daban enviaron a Sevilla un caballero de la ciudad que era venido a Madrid por procurador, e otro a Córdoba, e así a otras partes enviaron mensajeros e cartas del rey, las más premiosas que pudieron ser hechas en esta razón.

  • El oro y la plata eran acuñados en la Ceca o Casa de la Moneda de Sevilla; una parte era para la Corona (el quinto real y otros impuestos) y otra se destinaba al pago de las mercancías enviadas en el viaje de ida a América.

  • El reino de Sevilla, por ejemplo, se anexionó una decena de taifas (Algeciras, Arcos, Carmona, Córdoba, Huelva, etc.).

  • En su etapa inicial sevillana practicó una pintura muy vinculada al naturalismo caravaggiesco, con escenas y personajes populares como El aguador de Sevilla (Museo Wellington de Londres) o la Vieja friendo huevos (National Gallery de Edimburgo).

  • En cambio, de los almohades se pueden apreciar en Sevilla, la que fuera su capital en Al Ándalus, dos magní fi cos ejemplos: la Torre del Oro y la Giralda, esta última era el minarete de la mezquita, que ocupaba el solar de la catedral actual –véase imagen inferior–. Por último, el arte nazarí de Granada (siglos xiv y xv ) nos ha legado otra magní fi ca obra: el palacio de la Alhambra, el mejor y más antiguo de los palacios islámicos conservados –véase imagen superior–. Sus pobres estructuras están enmascaradas por una fantástica decoración, que cubre por completo techos y muros, con motivos vegetales, geométricos y epigrá fi cos.

  • En cambio, los almohades, cuya capital en Al Ándalus era Sevilla, nos han legado en esta ciudad monumentos tan significativos como la Giralda, antiguo minarete de la mezquita mayor, o la Torre del Oro, albarrana que reforzaba la defensa del Alcázar al lado del río.

  • En conclusión, el oro y la plata de América llegaban primero a Sevilla, pero acababan enriqueciendo a los extranjeros, ya que en su mayor parte se destinaban a dos fi nes: el pago de las deudas contraídas por la Corona con la banca europea, y el pago de las mercancías extranjeras enviadas a América.

  • En él destaca la espectacular portada-retablo de marcado sentido escenográfico, en la que una desbordante fantasía ornamental envuelve la hornacina superior con la escultura de San Fernando recogiendo las llaves de Sevilla, obra de Juan Ron, colaborador de Ribera.

  • En él se combinan estructuras arquitectónicas esencialmente románicas o góticas con materiales o elementos propios del arte islámico: el empleo de ladrillo como material fundamental, las cubiertas con armadura de madera, arcos de tipo islámico (de herradura, polilobulados), abundante decoración de carácter geométrico, etc. Como obras representativas se podrían citar la iglesia de San Tirso (Sahagún, León) –véase imagen inferior–, la iglesia de Santiago del Arrabal (Toledo), la catedral de Teruel o los Alcázares Reales de Sevilla .

  • Frente al desarrollo espectacular de las zonas industriales de larga tradición –País Vasco, Cataluña, Madrid, etc.– y de los nuevos polos de desarrollo –Valladolid, Zaragoza, Sevilla, La Coruña, etc.–, otros territorios quedaron despoblados y muy rezagados económicamente.

  • La pobreza era especialmente visible en las ciudades más grandes (Madrid, Sevilla), que se convirtieron en refugio de inmigrantes arruinados procedentes del medio rural.

  • Mérida era la capital de la Lusitania; por su parte, la capital de la Tar- raconense era Tarraco, y la de la Bética, Hispalis, la actual Sevilla.

  • No obstante, en los primeros días la sublevación triunfó en el Protectorado de Marruecos, Canarias, Sevilla y parte de la Andalucía occidental, Mallorca, Galicia, Oviedo, Castilla-León, Zaragoza y Navarra; es decir, esencialmente en dos franjas : una al sur, en la Andalucía occidental, con extensión hacia Marruecos y Canarias; y otra al norte, desde Galicia hasta Navarra, pero sin la cornisa cantábrica (Asturias, Cantabria y País Vasco).

  • Periodo almohade, s. Sevilla.

  • Pero donde se aprecia una notable mejora del estilo de Velázquez es en la agrupación de los personajes, que en esta obra se relacionan entre sí con naturalidad y soltura, dejando atrás definitivamente la incomunicación y las actitudes forzadas de algunas de las pinturas más significativas de su etapa inicial, como «El aguador de Sevilla» o «La Vieja friendo huevos».

  • Pero los que establecen una relación más directa de esta pintura con la corriente naturalista del Barroco son los borrachos de la mitad derecha, tipos populares que nos recuerdan a los mendigos que poblaban las calles de Madrid o Sevilla.

  • Por último, el nacionalismo andaluz estuvo localizado inicialmente en Sevilla, en torno al Ateneo de esta ciudad.

  • Por encima de todos sobresale la fi gura de San Isidoro, arzobispo de Sevilla, que desem- peñó un importante papel político y fue uno de los primeros en defender la primacía del poder espiritual sobre el temporal.

  • Prueba de ello fueron los numerosos escritores eclesiásticos formados en las escuelas episcopales de Toledo, Sevilla o Zaragoza, dedicadas a la formación del clero católico.

  • Puente del Alamillo Sevilla Grúa de obra Tienda de campaña Las láminas curvadas o anguladas tienen también la capacidad de soportar ciertos esfuerzos repartiendo las cargas por el conjunto del material en función de su forma.

  • Quizás por eso la mayor parte del comercio marítimo se concentraba en tan solo siete puertos: Santander, Bilbao, Barcelona, Valencia, Málaga, Cádiz y Sevilla (único puerto fl uvial, ya que el Guadalquivir es navegable en el último tramo de su curso bajo).

  • Sevilla fue famosa por sus poetas, empezando por su rey Almotamid; Zaragoza, por sus astrónomos; Toledo, por sus cientí fi cos.

  • Sin embargo, la explotación española del Nuevo Mundo tuvo que enfrentarse a dos graves problemas: a Los ataques de piratas, corsarios y fl otas de guerra de países enemigos, que trataban de apoderarse de los importantes cargamentos de oro y plata que traía la fl ota de Indias de regreso a Sevilla, vitales para la monarquía.

  • Su centro estaría en el suroeste peninsular (Huelva, Sevilla, Cádiz) y su área de in fl uencia se extendía hasta la región de Cartagena.

  • Todo ello vino acompañado además de una brutal represión, con detenciones masivas y ejecuciones sumarias, entre las que destacaron por su magnitud y violencia las efectuadas en Sevilla, Málaga o Badajoz.

  • Un buen ejemplo es San Hugo en el refectorio de los Cartujos (Museo de Bellas Artes de Sevilla).

  • Visita el apartado «Obras singulares» de la página web del Museo Arqueológico de Sevilla y busca información sobre estos objetos, para elaborar un pequeño dossier: mosaico del triunfo de Baco; senadoconsulto de Cneo Pisón; lex Irnitana ; Trajano; cabeza colosal de Augusto; ara báquica del Teatro de Itálica.