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7 oraciones y frases con ruina

Las oraciones con ruina que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar ruina en una frase. Se trata de ejemplos con ruina gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar ruina en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • En conclusión, si se compara el siglo con el, resulta llamativa la forma en que la monarquía hispana pasó del esplendor de un inmenso imperio territorial a una situación de decadencia y ruina que escandalizaba a los propios contemporáneos.

  • Este fracaso económico fue el resultado de varias causas combinadas: a Los enormes gastos de las guerras continuas de Carlos I y Felipe II, para mantener su hegemonía imperial, provocaron la ruina de la Hacienda Real, el endeudamiento de la Corona con la banca extranjera y el aumento de la presión fi scal –en especial sobre la población pechera de Castilla–, que arruinó a los sectores más productivos.

  • Ha declarado últimamente que va a trastornar la Monarquía y sus leyes fundamentales y amenaza la ruina de nuestra religión católica [...], y nos ha forzado a que, para el remedio único de tan graves males, los manifestemos a Europa toda y le declaremos la guerra.

  • La población de algunos bancos de peces, aunque no está en peligro de extinción, se ha reducido hasta el punto de causar la ruina de muchas poblaciones pesqueras en Perú, las islas Británicas y Noruega.

  • La industria favorecida obtendrá una ventaja; para las demás se agravará o se presentará la crisis; y si se elevan los derechos de todas, la ruina será general e inevitable para productores y consumidores.

  • La ruina económica y la decadencia de la monarquía hispánica explican que no se desarrollaran programas urbanísticos de importancia, ni se ejecutaran grandes construcciones, a diferencia de lo que ocurrió en Roma o en París, por ejemplo.

  • Su interés particular puede hablarle de forma totalmente diferente a como lo hace el interés común; su existencia absoluta y naturalmente independiente puede llevarlo a pensar que lo que debe a la causa común es una contribución gratuita, y que para él es más oneroso el pago que para los demás perjudicial la pérdida y, considerando a la persona moral que forma el Estado como un ser racional puesto que no es un hombre, disfrutaría de los derechos cívicos sin querer cumplir los deberes del súbdito, injusticia que acabaría produciendo la ruina del cuerpo político».