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31 oraciones y frases con romanticismo

Las oraciones con romanticismo que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar romanticismo en una frase. Se trata de ejemplos con romanticismo gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar romanticismo en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • Artísticamente el Romanticismo, aunque extendió también su influencia a la arquitectura y la escultura, tuvo sus mejores cauces de expresión en la literatura y la pintura, en las que el espíritu romántico se manifestaba mejor a través de los temas, sin que para ello requiriese un lenguaje formal específico.

  • Comienza el Romanticismo con Hernani, de V. Hugo.

  • Como corriente cultural, el Romanticismo exaltó la libertad y ayudó a generalizar el espíritu revolucionario del que surgieron los cambios políticos.

  • Corot y la Escuela de Barbizon representaron, en el género del paisaje, la transición del Romanticismo al Realismo, por el tratamiento objetivo de la naturaleza, y una anticipación del Impresionismo, por el estudio de los efectos de la luz y la atmósfera.

  • De ahí que las fronteras entre Neoclasicismo y Romanticismo no siempre estén claras, ni siquiera en algunos de los artistas más representativos, que han sido adscritos por diferentes historiadores a un movimiento u otro.

  • De modo semejante a lo ocurrido en Cataluña, a mediados de siglo surgió, en el contexto del Romanticismo tardío, el movimiento conocido como O Rexurdimento, de carácter cultural, aunque ya con unos tímidos planteamientos políticos.

  • Del mismo modo, en el terreno específico del arte, el Romanticismo, gestado también a la sombra del Neoclasicismo dieciochesco, alcanzó su plenitud y encontró su ambiente más propicio en una época de exaltaciones revolucionarias de carácter liberal o nacionalista, que permitían canalizar con sentimental pasión los anhelos individuales y colectivos de libertad; sin que ello implicase abandonar por completo ciertos recursos del lenguaje clasicista.

  • Desarrolla el siguiente tema: El paisaje en el siglo, del Romanticismo al Impresionismo.

  • Desde el punto de vista cultural, se sucedieron diversos movimientos artísticos, desde el Romanticismo y el Realismo, hasta llegar a los movimientos vanguardistas.

  • Desde mediados de siglo, y sin que desaparecieran del todo los anteriores, se desarrolló el estilo neoclásico, que en pintura aparece muy vinculado al primer Romanticismo.

  • El catalanismo Ya desde los años treinta, en el contexto del Romanticismo, se había iniciado en Cataluña el movimiento literario y cultural conocido como Renaixença, cuyo nombre denotaba por sí mismo el espíritu de recuperación de la lengua y cultura catalanas que lo animaban.

  • El renovado interés por la realidad exterior e inmediata constituye su base fundamental: si el Romanticismo sentía fascinación por los mundos exóticos y el pasado medieval, el Realismo se volcó hacia lo cercano y presente; de igual modo, frente a la visión subjetiva de aquel, reivindicó el testimonio objetivo, a veces con una clara actitud de denuncia social.

  • En conclusión, se puede considerar al Romanticismo como el primer movimiento vanguardista de la historia del arte, porque fue el primero que elevó a la categoría artística los temas de actualidad y la visión subjetiva del artista, en abierta ruptura con la tradición clásica, que solo otorgaba importancia a los temas de historia (religiosa, política o mitológica).

  • En definitiva, David fue también un genuino representante del Romanticismo, como sostienen algunos historiadores del arte, porque, como ya se ha dicho al comienzo de esta unidad, el Romanticismo fue fundamentalmente una actitud ante la vida, sin un lenguaje artístico específico, compatible por tanto con una técnica pictórica basada en la precisión del dibujo y con una intensa adoración hacia la Antigüedad.

  • En definitiva, la primera mitad del siglo XIX estuvo marcada, en el terreno político, por el enfrentamiento entre revolucionarios liberales y partidarios del Antiguo Régimen; en el económico, por el desarrollo constante de la revolución industrial, que modificó por completo la estructura social y las relaciones entre campo y ciudad; y en el cultural y artístico, por la expansión del Romanticismo.

  • En el ámbito cultural, la insistencia de la Ilustración en la preponderancia de la razón tuvo como contrapartida el surgimiento del Romanticismo en la primera mitad del siglo xix .

  • En un primer momento, dominado por el Romanticismo, apareció el idealismo.

  • Eran dos pintores de personalidad muy diferente, pero con un rasgo en común: su visión de la naturaleza era el emocional reflejo de un estado de ánimo, acorde con el tormentoso espíritu del Romanticismo, y dejaba atrás definitivamente la representación idealizada que había caracterizado al paisaje hasta entonces.

  • Es por esto que tales historiadores establecen en David el arranque de un «Romanticismo de la línea», que solo en lo formal se distingue del Romanticismo del color de los grandes pintores del primer tercio del siglo, considerados tradicionalmente como únicos y verdaderos representantes del movimiento romántico.

  • Esta misma visión tradicional es la que contrapone igualmente el Neoclasicismo a un Romanticismo posterior, ya decimonónico, de características opuestas.

  • Esto no significa que en muchas de sus creaciones no se puedan apreciar rasgos propios del arte de su época, tanto del Rococó como del Neoclasicismo y, sobre todo, del Romanticismo.

  • Igualmente significativos fueron los cambios en el mundo del arte, pues, si bien el Barroco pervivió durante gran parte del siglo, no es menos cierto que hubo de convivir con nuevas corrientes, como el Rococó, el Neoclasicismo o el Romanticismo, algunas de las cuales, incipientes aún, anunciaban ya las tendencias del arte moderno.

  • La explicación hay que buscarla en el interés del Romanticismo por la Edad Media, imaginada como una época de gran espiritualidad y de gestación de las identidades nacionales europeas.

  • Los valores sensibles y el interés por las situaciones y ambientes pintorescos, propios del Romanticismo, eran más difíciles de trasladar a una escultura cuyo tipo dominante seguía siendo la tradicional estatua sobre pedestal.

  • Pero la crítica racional de la pasión descontrolada, la defensa de ciertos valores pretendidamente universales, la reducción de las composiciones a sus elementos imprescindibles, la deformación de los rasgos al servicio de la fuerza expresiva, su desbordada fantasía y el carácter simbólico u onírico son características que hacen de esta serie de grabados de Goya una obra demasiado compleja e innovadora como para encasillarla dentro de los límites del Clasicismo o el Romanticismo de su tiempo.

  • Pero el verdadero tema del cuadro trasciende lo anecdótico para denunciar la destrucción fría y metódica del ser humano, en un tratamiento propio del Romanticismo (situación límite y personajes anónimos) que se anticipa en mucho tiempo al expresionismo (deformaciones intencionadas para resaltar el dolor y la desesperación).

  • Por su temática y tratamiento, Goya se adelantó a las grandes pinturas del Romanticismo francés, con sus situaciones límite y deshumanizadas, como «La balsa de la Medusa» de Gericault.

  • Representa una naturaleza agitada por fuerzas colosales, turbulenta y amenazadora, máxima expresión de lo sublime; una naturaleza, en definitiva, que parece obedecer a la exaltación pasional del Romanticismo.

  • Sin embargo, el Romanticismo tuvo sus primeras manifestaciones en la literatura y el arte también en la segunda mitad del siglo, fundamentalmente en Inglaterra y Alemania.

  • Sin embargo, la historiografía actual rechaza por completo este planteamiento, ya que ni el Neoclasi- cismo supuso una ruptura tan radical con el Barroco, ni fue tan contrapuesto al Romanticismo, que no surgió con posterioridad, sino prácticamente al mismo tiempo.

  • Sin embargo, no se puede hablar de una verdadera confrontación entre el Realismo y el Romanticismo, pues este ya había iniciado el proceso de sustitución de los dioses y héroes como protagonistas de la pintura para colocar en su lugar al pueblo anónimo o el paisaje, temas que se mantuvieron en el Realismo, aunque desde un punto de vista diferente.