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22 oraciones y frases con rococó

Las oraciones con rococó que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar rococó en una frase. Se trata de ejemplos con rococó gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar rococó en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • Como en la escultura, convivieron durante gran parte del siglo el Barroco y el Rococó, y en las décadas finales el Neoclasicismo tuvo su más valioso representante en un gran artista que eclipsó a todos los demás, en este caso el francés Jacques Louis David, al que algunos historiadores consideran más un romántico que un neoclásico, como se comentará más adelante.

  • Conviviendo con el Barroco y el Rococó, en un proceso similar al de la arquitectura, a partir de la segunda mitad del siglo se fue imponiendo a través de las Academias el Neoclasicismo, con su interés por la escultura antigua, en especial la griega, de «noble simplicidad y serena grandeza» en palabras de Winckelmann.

  • Dentro del variado panorama arquitectónico dieciochesco limitaremos nuestro estudio a tres aspectos de especial interés: la arquitectura barroca española, que vivió un momento de esplendor al amparo del cambio de dinastía y la recuperación económica; la peculiaridad del Rococó en Francia, su lugar de origen; y algunos de los ejemplos más significativos de los comienzos del Neoclasicismo en Europa.

  • Desde un punto de vista puramente formal, es difícil, sobre todo en arquitectura, diferenciar el Rococó del Barroco tardío con el que convive.

  • Durante al menos la primera mitad del siglo, convivieron el estilo barroco, al que se suele adjetivar de tardío, y el Rococó.

  • El arte grecorromano se consideraba en estos círculos la más elevada expresión de los valores universales y la perfección formal, basada en la racionalidad, frente a los excesos del Barroco o las frivolidades del Rococó, que se identificaban con el caduco Antiguo Régimen.

  • El re fi namiento de algunos de ellos permite vincularlos a la estética rococó, tan del gusto de la aristocracia dieciochesca.

  • El Rococó fue un estilo esencialmente decorativo, que reflejaba la nueva actitud ante la vida de los círculos aristocráticos: el deseo de deleite, comodidad e intimidad, así como el carácter mundano y elegante, propios de una época de prosperidad que había superado la crisis del siglo anterior y renegaba de la pompa ceremoniosa del arte cortesano del Rey Sol.

  • El término «rococó» deriva de la palabra francesa «rocaille» («rocalla», en castellano), que se emplea para denominar algunas de las formas decorativas características de este estilo; y como en tantas otras ocasiones, fue acuñado con posterioridad y en sentido despectivo.

  • En el ámbito de las bellas artes, se desarrollaron diversos estilos, como el rococó, el neoclasicismo y el prerromanticismo.

  • En él Goya muestra su conocimiento de la pintura clásica (composición piramidal, dominio de la luz, perspectiva de abajo arriba por la posición elevada del tapiz), así como la influencia de la pintura galante del Rococó.

  • En este mismo sentido, el Modernismo se interesó por la obra de arte total, desde la estructura arquitectónica hasta el diseño de muebles y utensilios domésticos, con una estética elegante y placentera, que recuerda en sus planteamientos e, incluso, en algunas de sus formas, al Rococó.

  • Es un buen ejemplo de la escultura rococó, cuyos temas predilectos fueron historias o figuras mitológicas relacionadas con el amor y la belleza femenina, pero también, como en este caso, escenas de la vida cotidiana.

  • Esto no significa que en muchas de sus creaciones no se puedan apreciar rasgos propios del arte de su época, tanto del Rococó como del Neoclasicismo y, sobre todo, del Romanticismo.

  • Frente a las formas barrocas y del Rococó, propias del Antiguo Régimen, propondría una vuelta al lenguaje equilibrado y racional de la Antigüedad grecorromana, cuyas formas a veces se imitaron con la máxima fidelidad.

  • Igualmente significativos fueron los cambios en el mundo del arte, pues, si bien el Barroco pervivió durante gran parte del siglo, no es menos cierto que hubo de convivir con nuevas corrientes, como el Rococó, el Neoclasicismo o el Romanticismo, algunas de las cuales, incipientes aún, anunciaban ya las tendencias del arte moderno.

  • La composición, teatral y dinámica, es claramente barroca; pero el encanto que ejercen sus figuras, con modelos elegantes y de gran belleza (obsérvese el carácter andrógino del ángel), remite ya a la exquisita sensibilidad del Rococó italiano.

  • Pero al mismo tiempo, en Francia, tras la muerte de Luis XIV, surgió el Rococó, que se inició durante la minoría de edad de Luis XV y se prolongó a lo largo de todo su reinado.

  • Por tal motivo, nos limitaremos a estudiar solo tres manifestaciones importantes de la escultura de este siglo: la obra de Salzillo, como último representante de la tradición barroca española de la escultura religiosa en madera policromada; la escultura rococó francesa, como expresión del nuevo espíritu aristocrático del final del Antiguo Régimen; y la figura indiscutible del italiano Canova, como gran maestro de la escultura neoclásica europea de finales del siglo y comienzos del siguiente.

  • Si el carácter propagandístico de su obra al servicio del poder obliga a clasificarle como pintor barroco, su elegancia y refinamiento le vinculan también a la estética rococó.

  • Sin embargo, si nos atenemos a un criterio sociológico, el Rococó expresa una concepción de la vida propia de una sociedad aristocrática, refinada y hedonista; mientras que el Barroco es un arte propagandístico del poder y la grandeza de la monarquía o la Iglesia.

  • Su pieza más destacada es el Salón de la Princesa, de planta oval, magnífica muestra del estilo Rococó.