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20 oraciones y frases con querer

Las oraciones con querer que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar querer en una frase. Se trata de ejemplos con querer gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar querer en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • «Para la amistad —escribe— es preciso que haya benevolencia recíproca y que cada uno desee el bien del otro sin que esto más allá de la justicia, porque supone querer el bien del amigo, aunque no le sea debido.

  • Así, el soberano como conjunto no puede tener intereses contrarios a los particulares que lo componen, de igual modo que un cuerpo no puede querer perjudicar a sus miembros.

  • El filósofo existencialista Karl Jaspers señaló que la conciencia de todo ser humano de «querer ser libre» prueba su existencia: un ser absolutamente determinado no podría «querer ser libre».

  • El cuerpo humano, por ejemplo, no puede querer que ninguno de sus miembros pase frío, sea amputado o no reciba alimento: todos sus movimientos van encaminados a la protección y cuidado de todos y cada uno de los miembros que lo componen.

  • El fi lósofo señaló que pensar es entender, a fi rmar, dudar, querer, sentir, etc. Por lo tanto, es toda actividad que sucede en nuestro interior y que nosotros mismos podemos percibir.

  • El fi lósofo, por tanto, ha de querer construir un pensamiento sistemático, es decir, ha de poseer voluntad de sistema.

  • El único deber que, según Kant, mueve a la voluntad sin condición alguna sería el imperativo categórico: «obra de tal modo que puedas querer que la máxima de tu actuación se convierta en norma de conducta universal».

  • En este sentido, hemos de recordar que el fin no justifica los medios, es decir, que un fin bueno —como lo es, sin duda, querer tener un hijo— no justifica el empleo de medios éticamente incorrectos.

  • En una de ellas escribió: «Obra solo según la máxima a través de la cual puedas querer al mismo tiempo que se convierta en una ley universal».

  • Estás haciendo un pastel y, sin querer, mezclas harina con sal, en lugar de azúcar.

  • La existencia de Dios No es posible un conocimiento intuitivo de su existencia, pues la intuición siempre nos remite a lo sensible o a nuestros actos internos de conocer y querer.

  • La libertad signi fi ca, por lo tanto, que el ser humano puede querer o no dirigirse hacia el bien, pero no puede decidir lo que es bueno, ya que la perfección que le es propia está inserta en su modo de ser (esencia o naturaleza), tal como ha sido creada por Dios.

  • La respuesta se encuentra en la propia dinámica del conocer y querer humanos.

  • Los Mandamientos señalan un mínimo («No debes…») que deja un amplio espacio a la creatividad: «No cometerás actos impuros»; de acuerdo, pero… ¿cuántas maneras tenemos de querer cada vez más y mejor?

  • No deberíamos caer en la trampa de querer poseer un producto simplemente porque se anuncia mucho o porque está de moda.

  • Nuestras tendencias no pueden reducirse al querer voluntario: la propia experiencia muestra otro tipo de inclinaciones —como los instintos o deseos— que acompañan más directamente a la dimensión corporal del hombre.

  • Para el filósofo francés, la razón es la única fuente válida del conocer y del querer, con completa independencia de los sentidos.

  • Por consiguiente, podemos querer o no querer lo que nos dicta la razón.

  • Razón: como intelecto, es la facultad del espíritu cuyas operaciones son la intuición y la deducción; como voluntad, es la facultad cuya operación es el querer y se caracteriza por gozar de libertad sin límites.

  • Su interés particular puede hablarle de forma totalmente diferente a como lo hace el interés común; su existencia absoluta y naturalmente independiente puede llevarlo a pensar que lo que debe a la causa común es una contribución gratuita, y que para él es más oneroso el pago que para los demás perjudicial la pérdida y, considerando a la persona moral que forma el Estado como un ser racional puesto que no es un hombre, disfrutaría de los derechos cívicos sin querer cumplir los deberes del súbdito, injusticia que acabaría produciendo la ruina del cuerpo político».