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30 oraciones y frases con prestigio

Las oraciones con prestigio que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar prestigio en una frase. Se trata de ejemplos con prestigio gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar prestigio en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A diferencia de las mujeres de Grecia y de muchos pueblos de la Antigüedad, la mujer en Roma gozaba de prestigio y de bastante respeto.

  • Asume la más alta representación del Estado en las relaciones diplomáticas, ayudado por el prestigio contrastado que la Corona de España posee en el ámbito internacional.

  • Cubrían un amplio espectro ideológico –socialistas, socialdemócratas, demócrata-cristianos, liberales, e incluso monárquicos–, y su fuerza provenía no de sus escasos militantes, sino del prestigio de sus dirigentes.

  • De este modo, los médicos gozan de prestigio social por la labor asistencial que realizan, independientemente de los ingresos que obtengan por su tarea.

  • El encargo recayó sobre Charles Barry, arquitecto de gran prestigio, aunque clasicista.

  • El estatus o posición social El prestigio da lugar a la formación de distintos estatus.

  • En cuanto a los artistas, salvo raras excepciones, no gozaron en Grecia de una consideración social mucho mejor que en el resto de las civilizaciones antiguas: se valoraban sus creaciones, pero su prestigio no superaba al de cualquier artesano que desarrollara bien su oficio.

  • En nuestra sociedad, una fuente importante de prestigio social es la profesión.

  • Es por ello que la pintura de historia (mitológica o religiosa), la única que gozaba de prestigio hasta entonces, fue sustituida en este nuevo contexto por cuadros de géneros menores y de reducido tamaño, más apropiados para la decoración de espacios íntimos y confortables.

  • Escándalos como los de los GAL, Juan Guerra –hermano del vicepresidente de gobierno, que utilizaba un despacho o fi cial para negocios personales–, Luis Roldán –director general de la Guardia Civil que amasó una auténtica fortuna apropiándose de fondos públicos – o Mariano Rubio –gobernador del Banco de España que favoreció desde su cargo negocios fraudulen- tos de sus amistades–, por citar solo los más llamativos, deterioraron considerablemente ante la opinión pública el prestigio y la credibilidad del gobierno socialista, sobre todo a partir de los noventa.

  • Este sistema pretendía unir en un solo equipo de gobierno a los generales de más prestigio, con el fin de evitar guerras civiles.

  • Este fue, sin duda, el mayor éxito que se apuntó el dictador, ya que satis fi zo la demanda generalizada de acabar con la guerra y, al mismo tiempo, elevó el prestigio de los militares africanistas.

  • La defensa de un imperio tan colosal supuso el aumento del prestigio del ejército.

  • Las estructuras sociales La estructuración o estratificación social es el sistema que sitúa a las personas jerárquicamente en la sociedad, según criterios de poder, riqueza o prestigio.

  • Los proyectos de reforma del conde duque de Olivares El ideario del conde duque de Olivares se apoyaba en dos principios fundamentales que inspiraban todo su programa de gobierno: a La «reputación», que exigía volver a la tradición imperial de prestigio y recuperar el protagonismo en el exterior.

  • No existían gobernantes que dictaran leyes, sino tan solo cabecillas o consejos de ancianos, cuyo poder se basaba en el prestigio personal; y las normas se habían establecido por la costumbre, que todos respetaban.

  • No obstante, se da la paradoja de que este prestigio de la ciencia coexiste con una cierta desconfianza hacia ella.

  • Pero no todos los miembros del estamento nobiliario gozaban de igual prestigio y fortuna, sino que existía una jerarquía interna: a La alta nobleza (duques, condes, marqueses, ricos hombres de Aragón), que disponía de grandes riquezas y extensos señoríos.

  • Por esta razón, los artistas consagrados gozan de un prestigio social y una posición económica que nunca antes habían tenido.

  • Por otra parte, desde la posguerra el arte se ha universalizado, tanto por el desarrollo de los nuevos medios de comunicación, como por la actividad de influyentes galerías de arte y, sobre todo, la celebración periódica de exposiciones internacionales de gran prestigio, que han consagrado a movimientos y a artistas.

  • Por otra parte, la veneración por el mundo antiguo extendió de nuevo la práctica del mecenazgo: a imitación de Mecenas, amigo del emperador Augusto, muchos príncipes, clérigos, nobles y burgueses de esta época dedicaron, por un afán de prestigio personal, un gran esfuerzo al fomento del arte y la cultura, manteniendo en sus círculos a los más afamados artistas e intelectuales y financiando sus obras.

  • Se los seguía considerando meros artesanos, aunque como tales algunos de ellos gozaban de admiración y prestigio.

  • Sin embargo, los artistas, aún sin superar la condición de artesanos, gozaron de una mejor posición económica y vieron aumentar su prestigio social, en especial los maestros de obras.

  • Sin embargo, tenía a su favor el prestigio adquirido por sus militantes a lo largo de muchos años de lucha contra el franquismo en todos los frentes.

  • Solo escapaban a esta situación los más afamados arquitectos, cuyo prestigio social se debía a que diseñaban y dirigían las obras, pero no las ejecutaban directamente, por lo que no se envilecían con el trabajo manual.

  • Su obra empezó a ser reconocida en los años treinta, pero fue después de la Segunda Guerra Mundial cuando alcanzó un auténtico prestigio en todo el mundo.

  • Su rasgo más sobresaliente fue la activa política exterior con que O’Donnell pretendió devolver a España el prestigio internacional que había perdido.

  • Un colegio de menos prestigio era el de los arúspices, que examinaban las entrañas de los animales para interpretar la voluntad de los dioses.

  • Un ginecólogo de prestigio les dijo que lo más sensato era el aborto.

  • Valiéndose de su prestigio, selló un pacto secreto con Pompeyo y Craso, dos generales políticos de mucho peso, y formó el primer triunvirato.