A priori / a posteriori: expresiones que, aplicadas a las pruebas de la existencia de Dios, remiten a su punto de partida.
El cumplimiento de la ley moral en las éticas materiales siempre iba encaminado a obtener ese contenido concreto o materia, que, según Kant, era algo a posteriori y, por tanto, particular.
Este tipo de demostración se ha llamado argumento a posteriori.
Estos juicios sí aumentan el conocimiento, porque incorporan un conocimiento nuevo sobre el sujeto, pero son a posteriori, pues se necesita acudir a la experiencia para conocer su verdad.
Kant entendió que no puede ser lo que sucede en la experiencia sensible (a posteriori), que nos dice lo que las cosas son, pero no lo que todos deben hacer con carácter universal.
Kant las denominó intuiciones puras, ya que son a priori y no se mezclan con la experiencia; las diferenció de las intuiciones a posteriori o intuiciones empíricas.
La materia del conocimiento depende de la experiencia sensible y es a posteriori; frente a ella, la forma es independiente de la experiencia y a priori.
Las pruebas a posteriori inician la demostración a partir de los datos que ofrece la experiencia, como la perfección percibida en los seres creados o el orden de la naturaleza.
Las éticas materiales reúnen estos rasgos: Son a posteriori, porque los fi nes que proponen se establecen a partir de la experiencia.
Sin embargo, Guillermo rechazó las pruebas a posteriori para demostrar la existencia de Dios.
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