A consecuencia de esta alteración del orden de la naturaleza, los dioses enviaron una peste.
Aunque la peste bubónica, que había sido el gran azote de la humanidad, desapareció en el siglo xviii, todavía se produjeron epidemias mortíferas en la Europa decimonónica, como el cólera, el tifus o la fi ebre amarilla.
El con fl icto se fue radicalizando y acabó en rebelión abierta cuando, ante un brote de peste, la nobleza y las autoridades locales abandonaron la ciudad de Valencia.
El siglo se inició en Castilla con una profunda crisis agraria que enlazó con la terrible mortalidad provocada por la Peste Negra.
En siglos en los que las invasiones bárbaras, las enfermedades (como la peste), la pobreza y la carencia de formación cultural afectaban a muchas personas, los monasterios se alzaban como puntos de luz y protección para sus vecinos, y como legados culturales y espirituales para la humanidad.
Enfurecido, el rey Apolo envió una peste al campamento griego y Agamenón no tuvo más remedio que liberar a su esclava.
La crisis demográfica Las causas directas de la crisis demográ fi ca, observada con alarma por los mismos contemporáneos, fueron principalmente cuatro: a Las grandes epidemias, que afectaron a toda Europa y fueron las más virulentas desde la peste negra de mediados del siglo xiv .
Los animales salvajes, acostumbrados a los cadáveres de los que morían por la espada, el hambre o la peste, matan a los hombres más fuertes, y, alimentados con sus carnes, se lanzan por todas partes para la perdición del género humano.
Mientras cometen desmanes los bárbaros por las Españas y el azote de la peste no ataca con menos intensidad, el tiránico recaudador de impuestos arrebata las riquezas y las provisiones almacenadas en las ciudades y el soldado las consume.
Se pasó así de la anterior fase expansiva a otra marcada por el hambre, la peste, la guerra y los con fl ictos sociales.
Y así, haciendo estragos por todo el orbe, las cuatro plagas del hierro, el hambre, la peste y los animales salvajes, alcanzan su cumplimiento las profecías anunciadas por el Señor a través de sus profetas.
Y la peste, por su parte, no hace menos estragos.
Los ejemplos de YourDictionary.com han sido recopilados de diversas fuentes para reflejar el uso actual e histórico de la lengua. Estos ejemplos no representan las opiniones de YourDictionary.com.
