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33 oraciones y frases con palacios

Las oraciones con palacios que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar palacios en una frase. Se trata de ejemplos con palacios gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar palacios en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A raíz de esta exclusión, muchos miembros de la alta nobleza abandonaron la vida cortesana y se retiraron a vivir en los suntuosos palacios de sus señoríos.

  • Del arte micénico conocemos algunos ejemplos notables de tumbas monumentales, de pintura mural y de objetos de orfebrería, pero lo más significativo es la arquitectura de sus ciudadelas y palacios.

  • Desde la segunda mitad del siglo se impuso en iglesias y palacios el barroco decorativo, denominación aplicada a las pinturas murales de efectos ilusionistas y carácter apoteósico.

  • El Barroco clasicista, auspiciado por la nueva dinastía borbónica con artistas italianos y franceses principalmente, que tuvo su más genuina expresión en los palacios reales, aunque también se realizaron algunas obras importantes de carácter religioso.

  • El hombre de Delf había visto un mundo fantástico y subvisible de seres diminutos que habían vivido, nacido, luchado y muerto ocultos y desconocidos para todos los hombres desde el comienzo de los tiempos, capaces de destruir y aniquilar razas enteras de hombres, asesinos silenciosos que mataban a los niños en sus cunas y a los reyes en sus seguros palacios.

  • El teatro abarcaba un amplio abanico de contenidos, desde tragedias hasta comedias burlescas, y se representaba en todo tipo de escenarios: las obras destinadas al pueblo, en los corrales de comedias; las representaciones cortesanas, en palacios y jardines; los autos sacramentales, en templos o plataformas móviles a modo de carros.

  • En cambio los interiores, sobre todo de palacios y mansiones aristocráticas, sí fueron campo de experimentación del nuevo estilo, esencialmente decorativo y especializado en crear ambientes alegres y confortables, de carácter «pintoresco».

  • En cambio, de los almohades se pueden apreciar en Sevilla, la que fuera su capital en Al Ándalus, dos magní fi cos ejemplos: la Torre del Oro y la Giralda, esta última era el minarete de la mezquita, que ocupaba el solar de la catedral actual –véase imagen inferior–. Por último, el arte nazarí de Granada (siglos xiv y xv ) nos ha legado otra magní fi ca obra: el palacio de la Alhambra, el mejor y más antiguo de los palacios islámicos conservados –véase imagen superior–. Sus pobres estructuras están enmascaradas por una fantástica decoración, que cubre por completo techos y muros, con motivos vegetales, geométricos y epigrá fi cos.

  • En el plano iconográfico, a los temas religiosos demandados por la Iglesia se añadieron cada vez más temas profanos o mitológicos, encargados por nobles o burgueses para sus villas y palacios, siguiendo el espíritu humanista de recuperación de la cultura clásica.

  • En este sentido, destacan los palacios de gobierno, cuyos mejores ejemplos se ajustan a dos modelos principales: El tipo de palacio defensivo, cerrado, con aspecto de fortaleza rematada por grandes almenas y con una torre vigía de gran altura, como el Palacio Comunal de Siena y el Palacio de la Señoría de Florencia.

  • En las obras que se han conservado, por ser en su mayoría procedentes de palacios y mansiones lujosas, predomina la corriente patricia, que aspiraba a una fiel imitación de la naturaleza, según la tradición del arte griego.

  • Entre sus rasgos innovadores se pueden señalar los siguientes: El almohadillado característico de los palacios florentinos.

  • Era, por tanto, una formación más orientada a los valores meramente estéticos y destinada a las suntuarias construcciones religiosas o civiles (palacios y edificios públicos).

  • Estos palacios eran estructuras abiertas y carecían de murallas, a diferencia de los rígidos y cerrados palacios orientales.

  • Estos palacios y las pinturas que decoraban sus muros constituyen el más rico legado del arte cretense.

  • Flandes (los territorios del sur, la actual Bélgica), de población católica, permaneció unido a la corona española y a la Iglesia católica, por lo que allí predominaron los ideales de la Contrarreforma y, por tanto, la temática religiosa, aunque la rica aristocracia local estimuló también la pintura de temas profanos para la decoración de sus palacios.

  • Fueron muy frecuentes los temas mitológicos y alegóricos para la decoración de palacios, ya que la elegancia de sus formas gozó de un gran éxito en los medios cultos.

  • La Alhambra en realidad son dos palacios unidos: uno en torno al patio de los Arrayanes y el otro en torno al patio de los Leones.

  • La Alhambra, como todos los palacios islámicos, presenta ciertos rasgos peculiares: carece de fachadas ostentosas, pero sus interiores son lujosos, confortables y refinados; las estancias se articulan en torno a patios interiores y se yuxtaponen sin un sentido claro de ordenación espacial; y los límites entre edificación y naturaleza tienden a difuminarse.

  • La arquitectura civil, tanto pública (Ayuntamientos, lonjas) como privada (palacios nobiliarios), tuvo igualmente un gran desarrollo y participó de las mismas características formales y técnicas que las catedrales, con las lógicas diferencias determinadas por su función.

  • La Danza de la Muerte [La Muerte invita a bailar al obispo, que dice lo siguiente:] Mis manos aprieto, de mis ojos lloro, porque soy venido a tanta tristura ; yo era abastado de plata y de oro, de nobles palacios e mucha holgura: ahora la muerte con su mano dura tráeme en su danza medrosa sobejo [...] [La Muerte se dirige al rey y le dice:] Rey fuerte, tirano, que siempre robastes todo vuestro reino e fenchistes el arca, de hacer justicia muy poco curastes, según es notorio por vuestra comarca: venid para mí, que yo soy monarca que prenderé a vos e a otro más alto [...].

  • La mayoría de sus creaciones eran de pequeño tamaño, ya que se producía más para las casas y oratorios privados de la burguesía local que para iglesias o palacios.

  • Las ciudades se convirtieron en símbolo y escenario del poder, de la Iglesia o de las monarquías, que crearon en ellas centros significativos con edificios y espacios monumentales: templos de atrayentes fachadas, palacios majestuosos, plazas espectaculares presididas por la estatua del rey o por una vistosa fuente con esculturas.

  • Mayor interés por el interior que por el exterior del edificio, por varias razones: la influencia de la tradición romana y bizantina; la propia tradición del pueblo árabe, originario de una región cuyo clima extremo obliga a refugiarse en interiores confortables aislados del exterior; la naturaleza intimista e individual de la religión islámica, que propicia el desarrollo de la vida en el ambiente privado de las casas; y el rechazo, por el carácter igualitario del Islam, de la ostentación pública de lujo y riquezas, que se reservan para los interiores de los edificios mientras al exterior presentan fachadas de muros desnudos, especialmente en casas y palacios.

  • No obstante, los templos y edificios públicos se apartaron menos, en general, de la sobriedad y el equilibrio clásicos; mientras que en los palacios y villas privadas se experimentaban con frecuencia formas lúdicas y efectistas.

  • Por otra parte, en la sociedad islámica la religión es el centro absoluto de todas las facetas de la vida comunitaria: la política, el derecho, la educación, etc. El arte no escapa a esta regla y presenta, por tanto, ciertas peculiaridades: La principal actividad es la arquitectura religiosa, cuyo edificio más característico es la mezquita, aunque también son importantes, dentro de la arquitectura civil, los palacios y las construcciones militares.

  • Por otra parte, en los territorios reconquistados por los cristianos, la arquitectura islámica pervivió a través del denominado arte mudéjar, estilo sin equivalentes en el resto de Europa, que fusionaba estructuras y elementos musulmanes con otros cristianos en la construcción de iglesias o palacios.

  • Procede de la tradición de cantar, en palacios y plazas, las gestas de los héroes.

  • Sin embargo, las ventanas, aunque recuerdan las bíforas de los palacios florentinos, son góticas, como la crestería.

  • Sin embargo, no hay que olvidar que algunas de las obras más notables del arte mudéjar no son ni cristianas ni siquiera religiosas, como las sinagogas judías o los palacios, por ejemplo.

  • Sin embargo, vivió un último periodo de extraordinaria vitalidad en el siglo, en gran medida por el carácter «pintoresco» de sus palacios y canales, que hizo de ella uno de los predilectos destinos turísticos de la época.

  • Su arquitectura, con magníficas realizaciones como los palacios del Generalife o la Alhambra, presenta los siguientes rasgos: Pobres estructuras constructivas enmascaradas con una profusa decoración y con revestimientos de materiales diversos: mármoles en los suelos, cerámica vidriada (alicatados) en los zócalos, y yeso o estuco en la parte superior.

  • Y aunque algunas partes se comenzaron en el siglo, su núcleo más importante es de la centuria siguiente y está compuesto por dos palacios adosados: El Palacio de Comares, que rodea el patio de los Arrayanes (imagen superior), característico tipo hispanomusulmán de patio, de planta rectangular y con una alberca que refresca el ambiente y refleja como un espejo las arquitecturas circundantes.