A diferencia de Husserl o de Ortega, para Zubiri, el conocimiento no es simple conciencia o pensamiento, sino la aprehensión de las cosas como realidades.
Actualmente, la in fl uencia de Ortega se halla, ante todo, en sus reflexiones políticas.
Baste tan solo con citar algunos nombres, que no son sino una reducida muestra: Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Jorge Guillén y Rafael Alberti, entre los escritores; Salvador de Madariaga, Claudio Sánchez Albornoz y Américo Castro, entre los historiadores; José Ortega y Gasset, José Ferrater Mora y María Zambrano, entre los fi lósofos; y un larguísimo etcétera que abarca todas las ramas del pensamiento.
Busca información en Internet y contrasta la idea de Ortega de «europeizar España» con el abogaba más bien por una «españolización de lo europeo».
Comenta dos aportaciones de Ortega al modo de hacer filosofía.
Como decía José Ortega y Gasset, «la vida me es dada, pero no me es dada hecha».
Con la ayuda de algún ejemplo, comenta los rasgos y los efectos de los usos sociales, según Ortega.
De lo anterior se sigue que el conocimiento, para Ortega, nunca es defi nitivo, porque siempre puede aparecer una perspectiva nueva que habría que integrar a las que ya conocemos.
Durante un mismo tiempo cronológico, según Ortega, conviven tres generaciones diferentes, y este hecho permite que la historia siempre sea novedosa.
El divorcio existente entre la España o fi cial y la España real o vital –en palabras de Ortega y Gasset– no se limitaba solo al ámbito estricto de la actividad política.
El hombre y la gente En sentido radical y primario, la vida humana, para Ortega, es siempre individual; es, por esencia, mi vida, mi yo con las cosas.
El Renacimiento, según Ortega, sería un ejemplo de época de crisis generacional y de cambio.
Elige a un filósofo estudiado en unidades anteriores y compara sus ideas políticas con las de Ortega.
En este sentido, Ortega se alejó de los planteamientos positivistas y del idealismo alemán.
En este sentido, afirmaba J. Ortega y Gasset que «la técnica es lo contrario de la adaptación del sujeto al medio, puesto que es la adaptación del medio al sujeto».
En las décadas previas a la guerra civil española, la fi losofía de Ortega se propagó, en primer lugar, entre sus alumnos de la Universidad madrileña, en la cual logró reunir a un buen grupo de discípulos.
En muchos casos el contacto se mantuvo a través de dos vías principalmente: la difusión de sus obras en España, siempre que sus contenidos no atacaran al régimen ni defen- dieran explícitamente ideas prohibidas; y las visitas y estancias temporales, que en ciertos casos se convirtieron en retornos defi nitivos al cabo de un tiempo, como ocurrió con José Ortega y Gasset .
En primer lugar, la Guardia Civil liberaba a Ortega Lara, un funcionario de prisiones secuestrado por ETA y encerrado en un zulo durante casi año y medio en condiciones infrahumanas.
En relación con el ser humano, Ortega conoció bien el positivismo y el idealismo alemán, que sometían al hombre a la razón y a la ciencia, y se olvidaban del individuo concreto con sus aspectos no racionales.
Estudió Filosofía en la Universidad Central de Madrid y tuvo como profesores a Ortega, Zubiri y García Morente.
Europeización: solución propuesta por Ortega para regenerar España; consiste en introducir y asimilar la ciencia y la cultura europeas, para alcanzar un desarrollo semejante al de Europa.
Junto a su afán por modernizar España, Ortega defendió las tradiciones en el arte, las costumbres (por ejemplo, la caza), las fi estas (como los toros)...
La idea de razón pura, según Ortega, predominó desde el comienzo de la historia del pensamiento.
La razón histórica, según Ortega, nos ayuda a descubrir una nueva perspectiva para nuestra vida, llena de novedosas posibilidades.
La vida y sus atributos La célebre a fi rmación de Ortega, «yo soy yo y mi circunstancia», es una descripción certera de la vida como realidad radical.
Los dos intelectuales más representativos de esta generación eran José Ortega y Gasset, fi lósofo cuyo pensamiento ejercería una gran in fl uencia en las jóvenes generaciones, y el catalán Eugeni d’Ors, fi lósofo también, que desarrolló una gran labor difusora de las corrientes artísticas, literarias y fi losó fi cas europeas.
Los intelectuales del momento —Unamuno, Baroja y el propio Ortega, entre otros— intentaron analizar de una manera objetiva el problema de la decadencia de España y promover su regeneración.
Más que en sus ideas, la gran aportación de Ortega reside en su forma de hacer filosofía, que se pone de mani fi esto en estos aspectos: El uso de la lengua española como lengua fi losó fi ca, sin recurrir a otros idiomas.
Objetivismo: primera etapa del pensamiento de Ortega; consiste en adoptar la ciencia como modelo de conocimiento para reflexionar con rigor y precisión, superando, así, el declive de España.
Ortega analizó el concepto de nación, concebido como aquella sociedad concreta que tiene un proyecto de vida común por encima de los particularismos de los individuos, de los grupos sociales y de las regiones.
Ortega defendió, entonces, que todos conocemos las cosas desde una perspectiva vital, desde un punto de vista particular, que es exclusivo de cada uno.
Ortega describió estos comportamientos con los siguientes rasgos: Impuestos por la sociedad: el individuo supone que recibirá algún tipo de represalia si no actúa así.
Ortega encontró diferentes descriptores o categorías que nos ayudan a entender la vida.
Ortega escribió: «yo soy yo y mi circunstancia», pero la frase continúa: «y si no la salvo a ella, no me salvo yo».
Ortega estableció que era necesario dar con algunas categorías o atributos que ayudasen a identi fi car y comprender bien la vida.
Ortega fue afín a las ideas democráticas y liberales.
Ortega había escrito: «necesitamos ciencia a torrentes, a diluvios».
Ortega pone el Renacimiento como ejemplo de época eliminatoria.
Ortega recurrió a las generaciones para comprender la historia, porque consideró que las edades o épocas no eran su fi cientes.
Ortega se sumó al movimiento regeneracionista y propuso dos medidas: La «europeización de España», es decir, que España adoptara lo mejor del pensamiento de Europa.
Ortega se opuso tanto al vitalismo irracionalista como a la razón pura universal, ajena a lo concreto y a la historia.
Ortega señaló que las relaciones sociales y los usos los realiza la gente, que es todos y nadie en concreto, vida humana colectiva, vida en sentido secundario.
Ortega sostuvo que el hombre posee una naturaleza histórica, lo que signi fi ca que su vida consiste en desenvolverse de un modo dinámico y libre hacia el futuro.
Ortega trabajó en el sector editorial, participó en la política y colaboró con la prensa escrita.
Ortega y Gasset la definía como «aquella actuación sobre el medio natural por la que uno adapta tal medio a sí, en lugar de adaptarse él mismo a este, de modo que de esta manera logra satisfacer sus necesidades o deseos».Como la ciencia, toda técnica tiene un fin o término específico al que tiende.
Ortega, de acuerdo con el vitalismo, rechazó la razón pura racionalista, porque es una razón abstracta que pretende analizar la realidad y desentrañar sus principios o elementos en una búsqueda de la identidad y la estabilidad.
Para Ortega, la razón es una función vital, como lo pueden ser ver o palpar.
Para Ortega, la verdad no es relativa, sino absoluta; la realidad, en cambio, es relativa, ya que está en relación con la perspectiva desde la que se accede a ella.
Para superar estos extremos, Ortega planteó un nuevo concepto: la razón vital.
Por otro lado, en sintonía con Ortega, planteó la necesidad de que existiera una minoría que dirigiese honestamente al pueblo hacia su futuro.
Raciovitalismo: tercer período de la filosofía de Ortega, en el que consideró que se ha de emplear la razón para comprender la vida como realidad radical.
Recibieron, en mayor o menor medida, el in fl ujo de la fi losofía de Ortega.
Según Ortega, los usos producen tres clases de efectos sociales: Facilitan prever la conducta de los desconocidos y, por lo tanto, relacionarse socialmente con extraños.
Si una nueva generación da prioridad a la herencia recibida, estaríamos ante lo que Ortega denomina una época cumulativa.
Siguiendo a Ortega, se propuso desarrollar un nuevo programa de la razón vital a partir del estudio del hombre y la vida humana; por ello, denominó a su análisis antropología metafísica.
Siguiendo un ejemplo utilizado por el propio Ortega, la vista de la sierra de Guadarrama es distinta según se mire desde Madrid o desde Segovia y, en realidad, admite innumerables puntos de vista.
Sin embargo, para Ortega, atender a las cosas mismas y no a la mente que las conoce es una actitud ingenua.
Texto de J. Ortega y Gasset.
Unidad del yo con las cosas El realismo, según Ortega, daba por supuesto que la verdadera realidad son las cosas mismas, con independencia del yo que las conoce.
Visita la página web oficial de la Fundación Ortega y Gasset, y redacta una exposición acerca de su naturaleza, actividades y publicaciones.
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