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75 oraciones y frases con muro

Las oraciones con muro que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar muro en una frase. Se trata de ejemplos con muro gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar muro en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A ellos se añaden las molduras con forma de ajedrezado, en los arcos y a diferentes alturas del muro, tanto dentro como fuera del edificio.

  • A medida que el tsunami avanza por aguas menos profundas, la velocidad disminuye, pero la altura de la ola puede crecer hasta formar un muro de agua de varios metros.

  • A. Material y técnica utilizados La pintura se puede aplicar sobre casi todo tipo de soporte, pero los más frecuentes a lo largo de la historia han sido la tabla, el muro, el lienzo y el papel.

  • Además el muro se articula con elementos ornamentales y molduras diversas que eliminan su carácter liso, monótono e inexpresivo.

  • Aunque la arquitectura barroca mantuvo gran parte de los elementos del vocabulario clásico, su concepción del edificio era completamente distinta: Se tendió a modelar el muro mediante curvas, avances y retrocesos, que sugieren tensión y movimiento, frente al orden y la proporción del edificio renacentista, que transmitía serenidad y equilibrio estático.

  • Como soporte, además del muro, era frecuente el empleo de la columna, de tipo clásico, con capiteles trabajados a trépano y rematados por cimacio.

  • Complejo sistema de arbotantes y contrafuertes, que permite aligerar al máximo el muro y establecer uno de los conjuntos de vidrieras que, con los de la catedral de Chartres, se consideran de los mejores del Gótico europeo.

  • De este modo se hace innecesaria la tribuna y el peso de la cubierta ya no recae exclusivamente sobre el muro, pudiéndose abrir en él amplios ventanales con grandes vidrieras polícromas que inundan el interior de una abundante luz irreal.

  • De este modo se resaltan los valores cromáticos y el muro parece «desmaterializarse», como si se tratara de un espejo, proporcionando una sensación de ligereza en el interior que contrasta con el aspecto masivo del edificio por fuera.

  • Desde los extremos hacia el centro, disminuye la distancia entre los soportes, que aumentan su volumen pasando de pilastras a columnas, al mismo tiempo que el muro tiende a avanzar.

  • Después, y según el tipo de templo, se podían incorporar otros temas en sus zonas correspondientes, como el Juicio Final, por ejemplo, en el muro occidental opuesto a la cabecera.

  • El alzado consta de los siguientes elementos: columnas y pilares unidos por arcos de herradura, que definen los nueve tramos del interior; sobre los arcos, lienzos de muro con vanos de herradura y lobulados, que comunican entre sí los espacios contiguos; y por último, en cada tramo, salvo el central, una cubierta de bóveda.

  • El muro curvo de la construcción basal está ordenado mediante una disposición rítmica de macizos y de vanos.

  • El exterior apenas preocupa, pues se pretende tan solo aislar el recinto sagrado mediante un muro inexpresivo.

  • El exterior, con cimborrio sobre el crucero, refleja con claridad la ordenación interior, y el muro manifiesta la influencia lombarda en sus elementos decorativos: arquillos ciegos, que recorren su parte superior, prolongados a intervalos regulares por lesenas o bandas lombardas; y entre unos y otras, galería de arcos vivos en el ábside central.

  • El mihrab, actualmente desaparecido, probablemente fuera un nicho embebido en el muro o tal vez una estructura cuadrada en saliente por el muro sureste (el de la quibla ).

  • El mihrab sería, como en toda mezquita, el principal centro de interés visual, pero también lo sería la quibla (muro orientado a La Meca, donde se encuentra el mihrab ), hacia donde dirigen los creyentes sus plegarias.

  • El muro dejó de ser un mero elemento de cierre, como en Grecia, para convertirse en el principal elemento sustentante.

  • El muro liso herreriano se interrumpe solo en la portada, con la presencia de elementos decorativos que aportan cierta plasticidad y efectos de claroscuro.

  • El muro ya no tenía por qué ser tan sólido como en el románico y se podían abrir amplios ventanales.

  • El óleo admite, como el temple, varios soportes: el muro, la tabla y, sobre todo, la tela (lienzo), preferentemente de lino o de cáñamo.

  • El registro superior, en el muro occidental, a ambos lados de la puerta de acceso, muestra escenas relacionadas con los orígenes de Roma; en el muro opuesto, personificaciones de Roma y la Paz; y en los muros laterales, el cortejo encabezado por Augusto en la ceremonia del sacrificio, realizado en aquella ocasión sobre un altar de madera.

  • El triforio, galería estrecha sobre el muro de la nave central –abierta a esta generalmente mediante triforas o ventanas de tres vanos–. No debe confundirse con la tribuna –de anchura igual a la de la nave lateral sobre la cual discurre–, que en el Gótico tiende a desaparecer, pues su función de contrarresto la desempeñan los arbotantes.

  • En cuanto a la pintura mural, tendió a a a desaparecer en las iglesias en favor de la vidriera, en la misma medida en que el l muro fue sustituido por los grandes ventanales.

  • En consecuencia, predomina el muro sobre los vanos, por lo que estos son escasos y suelen estar abocinados, a veces con arcos de medio punto en disminución o arquivoltas.

  • En el interior de la sala de oración se encuentra la quibla o muro orientado a La Meca (en la mezquita de Córdoba está orientado al sur) con un mihrab o nicho equivalente al ábside de las iglesias cristianas.

  • En el muro oriental del transepto se abren cuatro capillas, dos a cada lado; y en la girola, otras cinco radiales, de las cuales la central, más antigua y conocida como capilla del Salvador, es más compleja.

  • En ella Giotto desarrolló, en escenas independientes encuadradas en falsos marcos pintados, un amplio programa iconográfico que comienza con la vida de los padres de la Virgen (San Joaquín y Santa Ana), sigue con la vida de Cristo y culmina en el Juicio Final del muro oeste.

  • En este ambicioso proyecto volcó Miguel Ángel todas sus ilusiones de escultor, pero tras numerosas interrupciones y obstáculos por parte del propio pontífice y de sus herederos, quedó reducido finalmente a un monumento funerario adosado a un muro lateral en la iglesia romana de San Pietro in Vincoli.

  • En los mosaicos, el reflejo dorado de la luz «desmaterializa» el muro y crea un ambiente sobrenatural y místico.

  • En su época, este pensador puso como ejemplo de técnica la albañilería: el albañil es quien posee las habilida-des y procedimientos necesarios para construir un muro.

  • Es semicircular y el muro de la escena es monumental.

  • Esta técnica recibe el nombre de trampantojo (término preferible al galicismo trompe l’oeil) y consiste, como su nombre indica, en engañar la vista del espectador haciéndole creer que no existe el muro y que lo representado en él es verdadero.

  • Están profusamente decoradas, en contraste con el resto del muro, cuya única decoración son las almenillas que lo rematan.

  • Este rasgo evidencia la reducción de la columna a puro elemento decorativo, ya que la función sustentadora la asume el muro.

  • Este rasgo evidencia la reducción de la columna a puro elemento decorativo, mientras el muro asume la función sustentante.

  • Gárgolas, conductos de desagüe del tejado para evitar que el agua deteriore el muro, con inquietantes formas humanas y animales.

  • La aplicación de estos materiales tuvo enormes repercusiones en la estructura general de los edificios: El muro se convirtió en mero elemento de cierre o muro-cortina, ya que el armazón interno del edificio hacía innecesaria su tradicional función sustentante.

  • La articulación del muro con arcos, salientes y elementos decorativos.

  • La columna prevalecía sobre el muro como elemento sustentante; el muro se empleaba como elemento de cierre.

  • La fachada está dividida en tres pisos mediante el tratamiento del aparejo del muro.

  • La pintura al fresco requiere, por tanto, rapidez, pues hay que terminar antes de que el muro se seque, y seguridad en la ejecución, porque no permite rectificaciones.

  • La primera de ellas, la bóveda, fue un encargo del Papa Julio II, y la segunda, el muro tras el altar, fue ejecutada casi treinta años después.

  • La primera labor es, precisamente, preparar el muro, revocándolo y enluciéndolo con varias capas de mortero a base de cal, arena y agua.

  • La técnica aplicada en la pintura mural era el fresco, pero rara vez era un fresco puro, lo más normal era aplicar una técnica mixta que añadía una última capa de pintura al temple sobre el muro ya seco, para obtener un resultado final más vivo.

  • La utilización del metal en el armazón del edificio, las columnas y las cubiertas permite la creación de un espacio interior amplísimo, y al mismo tiempo luminoso por la apertura de amplios ventanales, posibles debido a que el muro ya no cumple ninguna función sustentante.

  • Las fachadas también son diferentes en cada cuerpo, y al ser independientes de la estructura portante, sustituyen en gran medida el muro por amplios acristalamientos.

  • Los contrafuertes empujan el muro en sentido contrario al del agua.

  • Los frescos fueron realizados en la primera mitad del siglo a.C. y se clasifican en el segundo estilo pompeyano o arquitectónico, porque las escenas se enmarcan en arquitecturas pintadas que simulan ser reales, creando la ilusión óptica de que el espacio continúa donde solo existe un muro.

  • Los más empleados históricamente han sido tres: la pintura al fresco, aplicada sobre el muro; el temple, generalmente sobre soporte de madera (tabla); y el óleo, también sobre tabla, pero principalmente sobre tela (lienzo).

  • Los pigmentos, normalmente de origen mineral, se disuelven en agua de cal y se aplican mientras el muro aún está húmedo, ya que al secarse absorbe los colores y los fija.

  • Los vanos debilitan la capacidad sustentante del muro, que en el Románico es fundamental para sostener el peso de la cubierta.

  • Muro perimetral del recinto.

  • No extraña, por tanto, que se haya comparado a estas obras con jaulas de piedra o cajas de vidrio, según se ponga el acento en la estrechez de los tramos de muro o en el predominio de las vidrieras.

  • Pero lo que realmente caracteriza al periodo es la reducción del muro al mínimo en favor de las vidrieras, separadas entre sí por estrechas y delgadas columnas.

  • Pero el enorme peso de la cubierta exigía utilizar robustos sistemas de soporte (gruesos muros reforzados por contrafuertes exteriores, pilares y columnas interiores de gran anchura), lo que explica la escasez de vanos (puertas y ventanas) para no debilitar el muro.

  • Pero el procedimiento más común ha sido el fresco -o « buon fresco », como lo denominaban las fuentes italianas-, que requiere que el muro esté húmedo en el momento de pintar.

  • Pero en cada piso las bíforas están separadas entre sí por pilastras apenas salientes del muro, según la superposición de órdenes clásicos que recomendaba Vitruvio y que se aprecia en el Coliseo de Roma.

  • Pero la fama de esta iglesia se debe sobre todo a su altísimo campanario, rasgo propio de la arquitectura segoviana, que en este caso constituye además uno de los tipos más característicos del Románico, consistente en una torre de robusto basamento de sección cuadrada, de un número variable de pisos, con vanos por sus cuatro lados (a veces el número de vanos aumenta con la altura para aligerar el muro), y rematado en chapitel.

  • Pseudoperíptero, es decir, con columnas en el pórtico, y semicolumnas adosadas al muro en los lados y parte trasera de la cella.

  • Se trata de una mezcla de templo griego y etrusco: planta rectangular sobre podio alto, pórtico profundo con columnas, acceso frontal con escalinata, nave única ( cella ) y semicolumnas adosadas al muro a los lados y en la parte posterior de la celda.

  • Si se compara el westwerk añadido a finales del siglo a la iglesia de San Pantaleón de Colonia con el de la iglesia abacial de Corvey, se aprecia una notable diferencia en el tratamiento del muro, que se ha enriquecido con una variedad de elementos decorativos, como arquillos ciegos lombardos y molduras.

  • Si se observa con detenimiento, los elementos arquitectónicos (pilastras, ménsulas, nichos, vanos) carecen, en su mayoría, de una función arquitectónica real (sustentar u ordenar el espacio) y su principal cometido es dotar de plasticidad al muro, como si fueran un complemento de las esculturas que allí se iban a albergar.

  • Sin embargo, como los colores bajan de tono con el muro seco, para darles mayor brillantez, es frecuente añadir después retoques, al temple o al óleo, que ya no se absorben, sino que se adhieren solo en la superficie y, por tanto, se pueden deteriorar con más facilidad.

  • Sin embargo, se diferencia de ella en que los diversos temas se distribuyen en lo que aparentan ser pinturas de caballete enmarcadas y trasladadas al muro (quadri riportati).

  • Sobre el muro seco se pueden utilizar diversos procedimientos, como el temple, el óleo o la encáustica (aplicación en caliente de los colores disueltos en cera de abeja, muy frecuente en la Antigüedad clásica).

  • Solo la fachada principal presenta una mayor articulación del muro, especialmente en la portada, más elevada que el resto y con superposición de órdenes.

  • Su principal aportación en la arquitectura fue la articulación del muro, especialmente en el exterior, al que dotó de plasticidad y elementos dinamizadores.

  • Su peso recae sobre arcos de descarga ocultos en el muro que desvían los empujes hacia ocho gruesos pilares de hormigón situados entre los nichos.

  • Sus partes y elementos principales son: El haram (significa «sagrado» y «prohibido») o sala cubierta para la oración, generalmente dividida en naves que en la arquitectura hispanomusulmana son perpendiculares a la quibla («orientación») o muro orientado a la Meca, hacia donde se dirigen las oraciones.

  • Todo ello (materiales, grietas, incisiones, signos y colores) sugiere la imagen de un muro, en cuya materia se retienen las marcas y huellas de múltiples evocaciones.

  • Tras la caída del muro, llegó el capitalismo.

  • Una aportación original del Gótico fue el retablo, destinado al muro tras el altar.

  • Una viga de acero, al dilatarse, puede resquebrajar e inclu-so puede derribar un muro si previamente no se deja suficiente espacio para que se pueda dilatar libremente.

  • Uno de ellos consiste en realizarlo en un cartón a tamaño real, que se sobrepone en el muro; a continuación, se perforan con un puntero los contornos y, por último, se pasa una muñequilla de estarcir, de forma que el dibujo queda calcado en el muro mediante líneas de puntos.