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144 oraciones y frases con monarquía

Las oraciones con monarquía que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar monarquía en una frase. Se trata de ejemplos con monarquía gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar monarquía en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A diferencia de lo que ocurrió en otros países de Europa, donde la burguesía fue la base y el más fi rme soporte del nuevo régimen liberal, en España, con una burguesía escasa y débil, la monarquía, como ya se ha visto, se vio en la necesidad de apoyarse en el único grupo realmente fuerte y capaz de defenderla de las amenazas del carlismo: los militares liberales, cuyo protagonismo en la guerra se trasladó también a la vida política.

  • A ellas seguía siempre una negociación con los banqueros afectados, que solía consistir en sumar a la deuda principal los intereses no pagados, con lo que el endeudamiento de la monarquía era cada vez mayor.

  • A mediados de siglo se destinaba más de la mitad de las rentas ordinarias de la Hacienda Real al pago de intereses de la deuda pública; y a fi nales de siglo, todas ellas, por lo que la monarquía dependía por completo de los caudales de Indias (el quinto real y otros impuestos americanos) y de los servicios extraordinarios aprobados por las Cortes.

  • A partir de ese momento, Carlos III vio la oportunidad de emprender una reforma de la educación en todos sus niveles para modernizarla y someterla al control de la monarquía.

  • A su cabeza estaban los intendentes, hombres de con fi anza de la monarquía, que actuaban como delegados territoriales del gobierno, con muy amplias y variadas funciones: justicia, policía, recaudación de impuestos, reclutamiento y mantenimiento de las tropas, etc. Y a través de ellos la monarquía impulsó a nivel provincial muchos de sus proyectos de reforma.

  • Aunque Castilla y Aragón no fueron los primeros territorios europeos que habían adoptado esta medida, las causas de esta decisión siguen siendo difíciles de comprender, si se tiene en cuenta que los judíos apoyaron económicamente a la monarquía.

  • Aunque los historiadores han ofrecido algunas posibles explicaciones al hundimiento de tan rica y poderosa monarquía, ninguna de ellas es concluyente.

  • Cánovas del Castillo no solo había preparado y dirigido la estrategia para volver a entronizar a la casa de Borbón en España, sino que también había diseñado el nuevo sistema político por el cual se había de regir la monarquía a partir de entonces.

  • Características del Antiguo Régimen El sistema político característico del Antiguo Régimen era la monarquía absoluta .

  • Carlos I mostró un especial interés por dos ciudades emblemáticas: Granada, donde se había culminado el proceso de Reconquista; y Toledo, antigua capital del reino visigodo y, por tanto, referente histórico de la monarquía cristiana anterior a la invasión islámica.

  • Carlos II había nombrado como heredero a este último, ya que era nieto de Luis XIV de Francia, el monarca más pode- roso de Europa en ese momento y, por tanto, el mejor aliado posible para garantizar la integridad territorial de la debilitada monarquía hispánica.

  • Carlos II, poco antes de morir, nombró heredero a Felipe de Anjou con la intención de asegurar el apoyo de la poderosa Francia y evitar así la desmembración territorial de la monarquía hispánica.

  • Con esta teoría, Hobbes pretendió justificar la monarquía absoluta.

  • Con este procedimiento Franco no restablecía a su muerte la monarquía tradicional, sino que instauraba una nueva monarquía continuadora de su propio régimen, ya que obviaba al heredero legítimo al trono –don Juan de Borbón– y obligaba al sucesor designado por él a jurar fi delidad a las Leyes Fundamentales.

  • De esta forma se consiguió en gran medida la monarquía unitaria a la que había aspirado el conde duque de Olivares en la centuria anterior; aunque se mantuvieron los fueros e instituciones vascos y navarros, por la fi delidad de estos territorios al bando borbónico durante la Guerra de Sucesión.

  • Desde un punto de vista político, el reinado de los Reyes Católicos fue un estadio de monarquía autoritaria, como etapa de transición a la monarquía absoluta característica de la Edad Moderna.

  • Durante la monarquía Roma fue gobernada por siete reyes, pertenecientes a dos dinastías: la latina (los cuatro primeros) y la etrusca (los tres últimos).

  • El Gobierno de la nación española es una Monarquía moderada y hereditaria.

  • El valimiento se convirtió en un rasgo permanente de la monarquía en el siglo xvii, aunque no fue algo exclusivo de la monarquía hispánica –recuérdese, en este sentido, el papel desempeñado por los cardenales Richelieu y Mazarino en la monarquía francesa.

  • El auge del Imperio en el siglo La guerra contra los rebeldes holandeses se convirtió en uno de los mayores problemas de la monarquía y absorbió numerosos recursos militares y fi nancieros.

  • El carácter de funcionario al servicio de la monarquía, nombrado por el rey y costeado por el municipio, otorgaba a la fi gura del corregidor un carácter impopular que explica la oposición de muchas ciudades castellanas a su existencia.

  • El Consejo de Estado, creado por Carlos I y presidido por el propio rey, estaba integrado por personalidades de los diferentes reinos y representaba el principio de unidad de la monarquía, por encima de los demás Consejos.

  • El despotismo ilustrado como solución En relación con el propósito de racionalizar el Antiguo Régimen sin destruirlo, se impuso en la Europa del siglo xviii, como ideal político, el despotismo ilustrado, que se basaba en dos principios fundamentales: a El poder absoluto de la monarquía, lo que no suponía ninguna ruptura con la tradición política anterior.

  • El dominio territorial de toda la Península El vacío de poder dejado en Hispania por la caída del Imperio romano fue cubierto por la monarquía visigoda, que estableció su capital en Toledo .

  • El escenario del enfrentamiento fue Italia, un mosaico de Estados pequeños, de gran interés, que los convertía en presa codiciada por las dos grandes potencias militares del momento: la monarquía francesa y la de los Reyes Católicos.

  • El mejor régimen, la república La defensa de la monarquía que hizo en El príncipe parece contrastar con su admiración por la República romana, tal y como se re fl eja en los Discursos sobre la primera década de Tito Livio.

  • El mudéjar cortesano, generalmente encargado por la monarquía y realizado por artistas importados, de influencias ajenas a la tradición del lugar donde se edifica.

  • El palacio se convirtió en el símbolo del poder absoluto de la monarquía francesa, cuya hegemonía en Europa fue indiscutible durante la segunda mitad del siglo.

  • El problema de la monarquía no fue tanto la oposición de republicanos o carlistas, como la ruptura de la coalición monárquico- democrática (unionistas, progresistas y demócratas).

  • El programa iconográfico es complejo, pero su sentido general es el elogio de la monarquía como benefactora de la Universidad.

  • El proyecto de Olivares de una monarquía unitaria Tenga V. Majd.

  • El proyecto de unificación jurídica e institucional de la monarquía Para Olivares el asunto político más importante era la uni fi cación de la monarquía bajo unas mismas leyes e instituciones, según el modelo de las de Castilla.

  • El Reino de Navarra En Navarra, como en la Corona de Aragón, prevaleció la doctrina pactista, y las prerrogativas de las Cortes impidieron el fortalecimiento del poder de la monarquía.

  • El Rey tiene la misma necesidad de la contribución de soldados que de tributos para oponerse a los enemigos del Estado y hacer respetable a todos su monarquía.

  • El término tiene su origen en una visión parcial y tendenciosa –la de los reinos cristianos–, apoyada en dos bases ideológicas: a El derecho a la restauración de la monarquía visigoda, de la cual los reyes astures se consideraron legítimos herederos.

  • El tratamiento de los motivos era clasicista, en composiciones muy dinámicas y espectaculares que trataban de aturdir al espectador, admirado ante la grandeza del comitente de la obra (la Iglesia o la monarquía).

  • En cambio, las diez provincias del sur, de población católica, permanecieron dentro de la monarquía hispánica.

  • En conclusión, ante las di fi cultades económicas los señores reaccionaron tratando de recuperar sus pérdidas por diversos medios, a costa de la monarquía y de los campesinos : a A la monarquía le usurparon tierras y prerrogativas –esencialmente tributos–, aprovechando sus momentos de debilidad, como las guerras civiles o las minorías de edad de los reyes.

  • En todo caso, llama la atención que casi todos coincidieron en denunciar unos mismos problemas: el endeudamiento de la monarquía, el lamentable estado de despoblación que sufría España, el agotamiento económico de Castilla, el enriquecimiento de los extranjeros con el oro y la plata procedentes de América, la pobreza de los españoles por su desprecio hacia el trabajo y el perjudicial aumento del clero.

  • En cambio, un amplio sector de la oposición, mayoritariamente republicana, recelaba de lo contrario y veía en él la reposición de la desacreditada monarquía, con la agravante añadida de venir impuesta por Franco.

  • En conclusión, el reinado de Felipe IV se desenvolvió en un escenario de guerra permanente, que dejó arruinada a la monarquía, y al país en un estado de agotamiento económico y de postración.

  • En conclusión, si se compara el siglo con el, resulta llamativa la forma en que la monarquía hispana pasó del esplendor de un inmenso imperio territorial a una situación de decadencia y ruina que escandalizaba a los propios contemporáneos.

  • En concordancia con la idea de la Ilustración de que la nobleza debía hacerse merecedora de sus privilegios mediante un servicio activo como clase dirigente, se pretendía que los nobles de cada provincia, junto con otros miembros del clero y la burguesía, creasen sociedades de este tipo para fomentar el progreso de sus respectivos territorios, contando para ello con el apoyo de la monarquía.

  • En consecuencia, la monarquía de los Reyes Católicos se basó en la primacía de Castilla sobre Aragón, debido a su mayor potencia y dinamismo.

  • En cualquier caso, el proyecto fracasó por la oposición de las Cortes de la Corona de Aragón, que recelaban de una monarquía a la que consideraban ajena y de una medida que iba en contra de lo establecido en sus fueros.

  • En cuanto a la parte orgánica, la Constitución establece como sistema político para España una monarquía parlamentaria : a El Jefe de Estado es el monarca, que actúa como árbitro y moderador.

  • En cuanto a las formas de gobierno, el de Aquino recogió la división aristotélica que distinguía tres buenas —monarquía, aristocracia y democracia respetuosa de la ley— y tres malas —tiranía, oligarquía y democracia demagógica—. El peor sistema es la tiranía y el mejor, la monarquía, porque da unidad y conduce a la paz.

  • En cuanto al concepto de monarquía, también difería del de Castilla.

  • En definitiva, el monasterio de El Escorial no solo fue la obra arquitectónica más importante de la Contrarreforma católica, sino también y sobre todo la imagen de la grandeza y severidad de la monarquía de Felipe II; una monarquía que, como el monasterio, estaba aislada y encerrada en sí misma.

  • En efecto, tras la inestabilidad del Sexenio, la burguesía se había vuelto claramente conservadora y anhelaba el restablecimiento del orden, que identi fi caba con la restauración de la monarquía en el hijo de Isabel II, el príncipe Alfonso, como garante de una monarquía liberal, pero sin radicalismos.

  • En España la burguesía era escasa y sin influencia, frente a la nobleza y el clero, que junto con la monarquía fueron los principales clientes del arte y condicionaron en gran medida sus características y desarrollo.

  • En este sentido, no se cuestionaba la monarquía absoluta y solo se pretendía que el rey actuara según los dictados de la razón y en bene fi cio del reino.

  • En este sentido, Fernando VII, que en marzo había entrado en España por Gerona y se dirigía hacia Valencia para desde allí emprender camino a Madrid, recibió en abril el documento conocido como Mani fi esto de los Persas, un escrito redactado por sesenta y nueve diputados «serviles» –así denominaban en las Cortes de Cádiz los diputados liberales a los diputados partidarios del absolutismo–, en el que se animaba al monarca a ignorar las propuestas liberales y a restaurar la monarquía absoluta, a la que se consideraba como el resultado de la razón y la inteligencia, y no de la arbitrariedad y el abuso, como la presen- taban los liberales.

  • En este siguió el estilo severo de la escuela de la Corte española, con el distanciamiento y la rigidez propios del estricto ceremonial de la monarquía.

  • En lo sucesivo los Concilios de Toledo, hasta entonces asambleas eclesiásticas, integraron al rey, la nobleza y la Iglesia, y tuvieron carácter de asamblea legislativa, convocada para los asuntos importantes que afectaban a la monarquía.

  • En segundo lugar, la escena presenta el ceremonial propio de la corte bizantina, caracterizado por la solemnidad, el protocolo y el distanciamiento casi divino de la monarquía, que acusa la influencia de las autocracias orientales.

  • En su opinión, una monarquía unitaria facilitaría el gobierno de todos los territorios y la solidaridad entre todos sus habitantes.

  • Esta nueva contienda fue un importante factor de desestabilización de la monarquía democrática de Amadeo y de la Primera República.

  • Felipe V, al que nunca le había agradado el Alcázar, aprovechó la oportunidad para mandar construir un nuevo palacio, más acorde con sus gustos y las necesidades de la nueva monarquía, pues debía albergar no solo a la familia real, sino también diversas instituciones de la corona.

  • Finalmente la monarquía se desentendió del problema y dejó en manos de cada universidad la aplicación de las reformas, lo que equivalía a condenarlas al fracaso.

  • Fragmento de La monarquía .

  • Fue prácticamente un paseo militar con escasas resistencias, debido al desinterés de la mayoría de la población por defender una monarquía con la que no se identi fi caba.

  • Ha declarado últimamente que va a trastornar la Monarquía y sus leyes fundamentales y amenaza la ruina de nuestra religión católica [...], y nos ha forzado a que, para el remedio único de tan graves males, los manifestemos a Europa toda y le declaremos la guerra.

  • Hobbes defendió la monarquía absoluta de su tiempo como forma óptima de gobierno, ya que representaba adecuadamente el poder absoluto del Estado y suponía una mayor armonía social.

  • La inauguración del ferrocarril de Aranjuez es el primer paso que da la capital de la monarquía hacia el mar; es el anuncio seguro de que tarde o temprano los ricos productos de Castilla, de La Mancha y de algunas provincias meridionales, estancados hoy, y ahogando en su improductiva abundancia a su mismo productor, impidiendo la creación de capitales, y dejando yermos campos feraces que podrían alimentar a la mitad de Europa, lograran vaciarse en los grandes mercados del mundo, y cambiarse por los productos que necesitamos y de que carecemos.

  • La monarquía romana era de carácter aristocrático y políticamente no se diferenciaba demasiado de otras ciudades estado del mundo antiguo, incluidas las griegas del período arcaico.

  • La Corona de Castilla era el territorio que más contribuía al mantenimiento de la monarquía, ya que las aportaciones de los restantes territorios apenas llegaban, en algunos casos, a cubrir los gastos de su propia administración y defensa.

  • La Corona de Castilla: hacia la monarquía absoluta En la Corona de Castilla la autoridad de la monarquía se fortaleció de modo considerable en la Baja Edad Media (siglos xiv y xv ).

  • La Corona establecía un contrato con capitanes y eclesiásticos para que llevaran a cabo la conquista y evangelización de los nuevos territorios en nombre de la monarquía, cuyo papel se reducía a la fi nanciación de la empresa y al control de la misma.

  • La decadencia del Imperio en el siglo El nuevo carácter de la monarquía: los validos En de fi nitiva, durante el reinado de Felipe III y ante la debilidad de la monarquía, se produjo una cierta recuperación política de la alta nobleza, que regresó a la Corte en busca del favor del rey o de su valido.

  • La decoración de este Salón se encargó a los mejores pintores españoles e italianos, cuyas obras conmemoraban las grandes victorias de la monarquía española.

  • La derrota del movimiento comunero consolidó una estrecha alianza entre la monarquía (poder político) y la alta nobleza (poder económico y social), que dejaría a Castilla anclada en un conservadurismo social y económico, más orientado a los valores de la Edad Media que a los tiempos modernos.

  • La forma política del Estado español es la Monarquía parlamentaria.

  • La guerra civil catalana fue el resultado fi nal de una suma de confl ictos de intereses que se arrastraban desde mucho tiempo atrás (enfrentamiento entre la oligarquía catalana y la monarquía, de pretensiones autoritarias; entre campesinos y señores feudales; e incluso entre artesanos y comerciantes de Barcelona).

  • La Ley de Jurisdicciones provocó un rechazo general, en especial entre los catalanistas; sin embargo, estuvo vigente hasta la caída de la monarquía.

  • La monarquía absoluta [...

  • La monarquía es una forma de gobierno ideal, ya que el gobernante natural sería el hombre que destaca de los demás.

  • La monarquía intervino directamente apoyando al bando señorial y, tras la derrota de los insurrectos, fueron ajusticiados sus principales dirigentes.

  • La monarquía visigoda adolecía de una gran debilidad, tanto por el excesivo poder de la Iglesia y la nobleza, como por el carácter electivo de la corona.

  • La nueva monarquía liberal, para hacer frente a la guerra, pasó por serios apuros fi scales, que en gran medida condicionaron la orientación dada a ciertas reformas, como la desamortización de Mendizábal, que estudiaremos más adelante.

  • La península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la monarquía visigoda Asimismo, durante el calcolítico y la edad del bronce destacan también dos fenómenos culturales de gran extensión territorial, aunque su presencia no fue uniforme en el conjunto de la Península: a La arquitectura megalítica.

  • La península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la monarquía visigoda Características generales de la economía Hispania quedó integrada en el sistema de producción esclavista, característico del mundo clásico: las conquistas militares de Roma proporcionaban una mano de obra esclava, abundante y barata, obtenida entre las poblaciones sometidas.

  • La península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la monarquía visigoda El proceso de ruralización y polarización social Como consecuencia del declive de las ciudades, la economía del Bajo Imperio entró en un proceso continuo de ruralización : a Los poderosos trataban de adquirir grandes latifundios y abandonaban las ciudades para retirarse a vivir en las lujosas villas que se hacían construir en ellos.

  • La península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la monarquía visigoda La unificación religiosa y los Concilios de Toledo Los visigodos eran arrianos ; y los hispanorromanos, católicos.

  • La península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la monarquía visigoda M A Las colonizaciones fenicia, griega y cartaginesa Los colonizadores fenicios y griegos llegaron a la Península atraídos por su riqueza en oro, plata y cobre.

  • La península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la monarquía visigoda Por romanización se entiende la adopción, por parte de los pueblos conquistados, de la lengua, la cultura, las formas de organización y los modelos de vida romanos.

  • La política industrial de la monarquía Los nuevos monarcas se propusieron potenciar la producción industrial española, para lo cual llevaron a cabo una política económica que básicamente se puede resumir en tres medidas : a El proteccionismo de la industria española, por el cual se prohibía, por ejemplo, la importación de telas de Asia.

  • La reforma del Ejército El Ejército planteaba uno de los problemas más delicados, ya que de su apoyo dependía en gran medida la supervivencia de la República, y entre los mandos militares había demasiadas lealtades a la derrocada monarquía.

  • La ruina económica y la decadencia de la monarquía hispánica explican que no se desarrollaran programas urbanísticos de importancia, ni se ejecutaran grandes construcciones, a diferencia de lo que ocurrió en Roma o en París, por ejemplo.

  • Las competencias de cualquier monarquía del siglo xvi eran menores que las de un Estado actual y, por tanto, también eran menores sus gastos, que se reducían esencialmente a dos capítulos: a El mantenimiento de la monarquía, más los sueldos y gastos de la burocracia estatal.

  • Lo desempeñaba un miembro de la nobleza designado por las Cortes y su función primordial consistía en la interpretación y defensa de los fueros propios de Aragón, en especial frente a posibles pretensiones autoritarias de la monarquía.

  • Los virreyes, como en el resto de la monarquía hispánica, tenían amplísimos poderes en su calidad de representantes del rey.

  • Los aragoneses consideraron esto como una intromisión de la monarquía y una violación de los fueros y privilegios de Aragón, por lo que el pueblo se amotinó e impidió el traslado de Antonio Pérez a la cárcel inquisitorial.

  • Los Consejos especializados Al aumentar las competencias del Estado y el poder político de la monarquía, la administración central se hizo más compleja y requería una numerosa burocracia que integraba cada vez más a juristas y letrados de formación universitaria, pertenecientes en su mayoría a la pequeña nobleza.

  • Los demás asuntos los seguía tratando el Consejo Real, que estaba por encima de todos los demás y que acabó denominándose Consejo de Castilla, como clara manifestación del predominio de esta Corona sobre el conjunto de la monarquía.

  • Los más sabios políticos han preferido esta monarquía absoluta a todo otro gobierno.

  • Los propietarios castellanos de rebaños, para defender sus intereses, fundaron en el siglo xiii el Honrado Concejo de la Mesta, que obtuvo de la monarquía grandes privilegios en perjuicio de los intereses de los agricultores.

  • Los Reyes Católicos convirtieron algunos de estos comités en Consejos independientes, y además crearon otros en respuesta a las nuevas necesidades de la monarquía.

  • Maquiavelo pensó que la monarquía absoluta era necesaria para la creación o para el fortalecimiento del Estado cuando este se ha vuelto débil y decadente.

  • Mención aparte merece la Gaceta de Madrid, cuyo origen se remonta al siglo xvii, y que con Carlos III se convirtió en el órgano de prensa de la monarquía, al servicio del reformismo o fi cial.

  • Mención aparte merecen los Concilios de Toledo, que inicialmente eran solo asambleas eclesiásticas, pero tras la conversión de Recaredo al catolicismo, en el tercero de ellos, adquirieron también un gran papel político: los convocaba el rey, integraban a magnates del Aula Regia, y en ellos se establecieron importantes normas y decisiones que afectaban a la monarquía, como las condiciones para la elección de los reyes o las obligaciones con las que debían cumplir.

  • Millones de españoles de las más variadas ideologías, convencidos de esta verdad, ven en la Monarquía la única Institución salvadora.

  • Monarquía República Tres períodos en que tradicionalmente se divide la historia de Roma.

  • Ni Isabel ni Fernando se plantearon la posibilidad de crear una monarquía unitaria y centralizada.

  • No hay que esperar que decida yo nada de plano y arbitrariamente; sin Cortes no resolvieron los negocios arduos los Príncipes españoles allá en los antiguos tiempos de la Monarquía, y esta justísima regla de conducta no he de olvidarla yo en mi condición presente, y cuando todos los españoles están ya habituados a los procedimientos parlamentarios.

  • No obstante, contó con el apoyo de la monarquía, que coincidía con ellos en el deseo de modernización y progreso del país.

  • No obstante, el origen de esta monarquía es incierto (parece remontarse a fi nales del ii milenio a.C.) y sus reyes son en su mayoría fi guras legendarias, salvo Argantonio (‘el hombre de plata’), cuyo reinado, entre los siglos vii y vi a.C., constituyó la etapa de máximo esplendor.

  • No obstante, en la Corona de Castilla, donde era más acentuada la tendencia de los reyes al fortalecimiento de su autoridad, se produjo desde la Baja Edad Media una creciente intervención de la monarquía sobre los municipios con el fi n de controlarlos: a A principios del siglo xiv se instituyó el regimiento como forma de organización municipal, formado por un número reducido de regidores nombrados por el rey con carácter vitalicio, generalmente entre los miembros de la oligarquía local.

  • Nobleza e Iglesia, como grupos poderosos, tenían, por tanto, intereses comunes y coincidían en impedir el establecimiento de una monarquía fuerte que pudiera limitar su in fl uencia y privilegios.

  • Para ello utilizamos los poderes que las Leyes Fundamentales del Régimen atribuían al Rey para, renunciando a ellos, establecer una monarquía parlamentaria y moderna que se convirtiera en referencia común de todos los españoles [...] La realización de este proyecto implicaba una dificultad formal importante, ya que debía hacerse a partir de la legalidad vigente y para cambiar esa misma legalidad.

  • Para debilitar a la monarquía hispánica, Inglaterra apoyaba a los sublevados holandeses y hostigaba mediante la piratería el comercio en el Atlántico.

  • Pero el absolutismo borbónico redujo su papel prácticamente a la nada: durante el siglo xviii solo fueron convocadas dos veces y para rati fi car decisiones de la monarquía o jurar al heredero de la Corona.

  • Pero Isabel introdujo modi fi caciones: las nuevas milicias o hermandades locales se crearían a propuesta de la monarquía en todas las poblaciones de más de cincuenta habitantes y todas ellas formarían la Liga de la Santa Hermandad, coordinada y dirigida por una Junta General.

  • Pero por su oposición a la monarquía de Isabel II, no participó nunca en su sistema político.

  • Por consiguiente, la forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria.

  • Por consiguiente, la insu fi ciencia de ingresos y los crecientes gastos de la monarquía provocaron un dé fi cit fi scal crónico y la Corona tuvo que recurrir a diversos medios para cubrir la diferencia.

  • Por eso, la Inquisición, que empezó persiguiendo a los falsos conversos, se convirtió con sus sucesores en un instrumento al servicio de la monarquía contra cualquier tipo de desviación religiosa o moral (protestantismo, brujería, ciertas tendencias sexuales, etc.), pero también contra delitos de carácter político, aunque esto último fue lo menos frecuente.

  • Por esta razón, sería tan legítima una monarquía hereditaria como cualquier otro tipo de gobierno.

  • Por primera vez, se estableció la soberanía nacional, la monarquía constitucional y la libertad de imprenta.

  • Por tanto, la expansión demográ fi ca y económica que caracterizaría al siglo xviii había comenzado ya en el último cuarto del siglo xvii, al margen del declive político que atravesaba la monarquía.

  • Por tanto, tras la incorporación del imperio portugués, la monarquía hispánica alcanzó su máxima extensión, con dominios en todo el planeta.

  • Por último, la escultura exenta, tan escasa en el Románico, tuvo un gran desarrollo, sobre todo la escultura funeraria, destinada a capillas privadas financiadas por familias nobles o por la propia monarquía dentro de las iglesias y catedrales.

  • Se de fi nía a España como una « monarquía católica, social y representativa», cuya jefatura del Estado recaía, con carácter vita- licio, sobre Franco, quien se atribuía también la prerrogativa de nombrar a su sucesor.

  • Se trata de una obra inspirada en el retrato imperial romano, que responde perfectamente al afán de exaltación de la monarquía hispana como cabeza del mayor imperio del mundo en ese momento.

  • Según esta tradición, Rómulo se convirtió en el primer rey de la ciudad y, por lo tanto, Roma se convirtió en una monarquía .

  • Senado o consejo de ancianos, que ya existía durante la monarquía, se mantuvo.

  • Si esto ocurre, el orden y la armonía social se desintegran y la monarquía se sustituye por sistemas de gobierno cada vez más alejados del ideal.

  • Sin embargo, esto solo es cierto respecto a las Cortes de la Corona de Aragón, porque las de Castilla, más fáciles de dominar por la monarquía, fueron reunidas con cierta frecuencia, e incluso se promulgaron numerosas leyes ante ellas y con su consentimiento, para darles mayor solemnidad, a pesar de que estas carecían de función legislativa.

  • Sin embargo, antes de que la guerra diera al traste con todo, el nuevo monarca, y en particular su valido, el conde duque de Olivares, habían iniciado el reinado con un ambicioso programa de gobierno que pretendía reformar todo lo necesario para devolver a la monarquía hispánica su perdida grandeza.

  • Sin embargo, el apoyo de los liberales a la causa isabelina permitió desmantelar el Antiguo Régimen y sentar las bases de una monarquía parlamentaria y constitucional, de una economía de signo capitalista y de una nueva sociedad de clases: a Se formaron los primeros partidos políticos que de fi nieron las dos corrientes esenciales del liberalismo español: el Partido Moderado y el Partido Progresista .

  • Sin embargo, en la monarquía absoluta no existía división de poderes, pues todos recaían en una sola persona (el monarca), que los ejercía sin límites ni restricciones (de forma absoluta), directamente o delegando en subordinados que actuaban en su nombre: el monarca elaboraba y promulgaba las leyes (poder legislativo), gobernaba (poder ejecutivo) y era el juez supremo (poder judicial).

  • Sin embargo, la explotación española del Nuevo Mundo tuvo que enfrentarse a dos graves problemas: a Los ataques de piratas, corsarios y fl otas de guerra de países enemigos, que trataban de apoderarse de los importantes cargamentos de oro y plata que traía la fl ota de Indias de regreso a Sevilla, vitales para la monarquía.

  • Sin embargo, si nos atenemos a un criterio sociológico, el Rococó expresa una concepción de la vida propia de una sociedad aristocrática, refinada y hedonista; mientras que el Barroco es un arte propagandístico del poder y la grandeza de la monarquía o la Iglesia.

  • Su fuente de inspiración era el modelo inglés, cuya estabilidad, en su opinión, se basaba en la alternancia en el gobierno de dos grandes partidos y en la consolidación histórica de sus dos instituciones fundamentales, la monarquía y el Parlamento, que habían hecho innecesaria la elaboración de una Constitución escrita.

  • Su política interior se apoyó en dos bases: el poder absoluto de la monarquía y la defensa a ultranza de la ortodoxia católica .

  • Su temática fue principalmente religiosa y con fines devocionales, aunque también tuvo importancia la pintura realizada por encargo de la monarquía, especialmente en el reinado de Felipe II.

  • Surgió así un conjunto de condados, que acabaron independizándose de la monarquía carolingia, encabezados por el hegemónico condado de Barcelona.

  • También establece que el sistema político de España sea la monarquía parlamentaria .

  • Tipo de monarquía que establece la Constitución española.

  • Todas surgieron por iniciativa de sus obispos y con el apoyo de la monarquía, pero sin participación burguesa.

  • Todos ellos fueron consecuencia de las pretensiones imperiales y religiosas de Carlos I, que obedecían a su ideal de una monarquía universal y cristiana, concepto más propio de la Edad Media que de los tiempos modernos.

  • Unos y otros aspiraban al restablecimiento de una monarquía católica y autoritaria, pero mientras los carlistas carecían de candidato de fi nido para el trono –el último titular de la rama carlista había muerto sin sucesión directa– y defendían la tradición de los fueros locales, los juanistas optaban claramente por la continuidad de la línea dinástica reinante en España y rechazaban cualquier forma de autonomía, incluidos los fueros locales tradicionales.

  • Vuestra monarquía es vieja: mi misión se dirige a renovarla; mejoraré vuestras instituciones, y os haré gozar de los beneficios de una reforma, sin que experimentéis quebrantos, desórdenes ni convulsiones.

  • Y de este modo la falta de mecenazgo regio o nobiliario quedó en parte compensada por los encargos de las nuevas fundaciones religiosas, que proliferaron especialmente en Madrid, como capital definitiva de la monarquía y creciente foco de atracción poblacional.