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49 oraciones y frases con monarca

Las oraciones con monarca que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar monarca en una frase. Se trata de ejemplos con monarca gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar monarca en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • ¿O reclamaría el papel de monarca absoluto que le correspondía según la tradición del Antiguo Régimen?

  • Al año siguiente de su llegada al trono, John Locke publicó dos tratados de fi losofía política, en los que defendía la legitimidad del nuevo monarca y el parlamentarismo frente al poder absoluto.

  • Aunque entre unos territorios y otros existían notables diferencias, algunos cargos e instituciones eran similares: a Los virreyes representaban al monarca y asumían sus mismas funciones en algunos territorios no castellanos.

  • Buscando la solemnidad y la grandeza, el monarca optó por los materiales de calidad, mármol y bronce, para lo cual reunió a especialistas italianos.

  • Carlos II había nombrado como heredero a este último, ya que era nieto de Luis XIV de Francia, el monarca más pode- roso de Europa en ese momento y, por tanto, el mejor aliado posible para garantizar la integridad territorial de la debilitada monarquía hispánica.

  • Como es difícil conseguir que el monarca sea el mejor, es conveniente limitar su poder mediante magistrados elegidos por el pueblo.

  • Con la excusa de la garantía de la estabilidad social y el mantenimiento de la paz, la soberanía del monarca no tenía ningún límite.

  • Cuando las Cortes concedían algún subsidio al monarca, se creaba una comisión para organizar y controlar su recaudación, y una vez concluida su labor, se disolvía.

  • De este modo, tales lugares se convirtieron en señoríos jurisdiccionales y sus pobladores en vasallos del nuevo señor, que asumía sobre ellos las funciones propias del monarca.

  • De este modo, en vez de asistir militarmente al monarca –motivo por el cual sus antepasados habían recibido las tierras–, le usurpaban incluso su autoridad política.

  • De este modo, frente al concepto feudal del rey como señor de vasallos –lo que implicaba una reciprocidad de compromisos y obligaciones entre uno y otros–, se fue imponiendo en Castilla la doctrina del rey como soberano de súbditos, según la cual el reino debía estar subordinado a la autoridad ilimitada e independiente del monarca, que solo era responsable de sus actos ante Dios.

  • Durante su reinado tuvieron un gran protagonismo, además de los ministros ya citados (Aranda, Floridablanca y Campomanes), grandes intelectuales de la talla de Jovellanos u Olavide, cuya colaboración en algunos de los proyectos de reforma del monarca fue muy destacada.

  • El monarca pretendía así embellecer esa zona de Madrid y, al mismo tiempo, fomentar el estudio y desarrollo de las ciencias naturales, tan valoradas por la Ilustración.

  • El Partido Moderado El Partido Moderado (o Liberal Moderado) se identi fi caba con las concepciones del liberalismo doctrinario francés, partidario de la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, así como de dotar al monarca de amplios poderes y de limitar los derechos individuales de los ciudadanos.

  • El rey rea fi rmó su poder, y estipuló que en lo sucesivo correspondería al monarca designar al Justicia de Aragón.

  • En este sentido, la plaza mayor española tiene un carácter utilitario y una concepción teatral que la diferencian de la place royal francesa, de carácter más simbólico y propagandístico, con la estatua del monarca en su centro.

  • En cualquier caso, ni la composición ni las funciones de estas primitivas Cortes estamentales son equiparables a las de las actuales Cortes o Parlamentos constitucionales : no eran representativas de la voluntad general de la población, no tenían poder legislativo y no disponían de instrumentos legales para controlar el poder del monarca.

  • En cuanto a la parte orgánica, la Constitución establece como sistema político para España una monarquía parlamentaria : a El Jefe de Estado es el monarca, que actúa como árbitro y moderador.

  • En este sentido, Fernando VII, que en marzo había entrado en España por Gerona y se dirigía hacia Valencia para desde allí emprender camino a Madrid, recibió en abril el documento conocido como Mani fi esto de los Persas, un escrito redactado por sesenta y nueve diputados «serviles» –así denominaban en las Cortes de Cádiz los diputados liberales a los diputados partidarios del absolutismo–, en el que se animaba al monarca a ignorar las propuestas liberales y a restaurar la monarquía absoluta, a la que se consideraba como el resultado de la razón y la inteligencia, y no de la arbitrariedad y el abuso, como la presen- taban los liberales.

  • En la república se promueve el bien general y la libertad del pueblo, mientras que el monarca no se preocupará más que de sus intereses particulares.

  • En resumen, el régimen institucional resultante de esta Constitución, con un evidente predominio del papel del monarca frente a las Cortes, era muy similar al del reinado efectivo de Isabel II.

  • En sus orígenes, la soberanía correspondía al monarca y no al pueblo.

  • En una estructura política tan descentralizada como la aragonesa, la autoridad real en los territorios en que no residía el monarca estaba representada por lugartenientes o virreyes, que actuaban en su nombre y que con frecuencia eran miembros de la propia familia real.

  • Es una exaltación del monarca y de la victoria de la Santa Liga contra los turcos en la batalla de Lepanto.

  • Este monarca mostró grandes dotes intelectuales y de gobierno, y mantuvo contactos con los fi lósofos ilustrados franceses.

  • Este monarca alentó además la utilización de las lenguas vulgares, como el gallego y sobre todo el castellano, al cual se tradujeron del árabe numerosas obras cientí fi cas, fi losó fi cas y literarias.

  • Federico II el Grande, Este monarca fue un claro exponente del despotismo ilustrado.

  • Felipe IV era un monarca culto y con un mayor interés por las tareas de gobierno y los problemas de España.

  • Goya, desengañado de España y de su taimado monarca, decidió exiliarse a Francia con el pretexto de tomar unas aguas termales.

  • Incluso un artista de la talla de Velázquez necesitó la intervención del rey y una bula papal para ser admitido en la Orden de Santiago, pues se lo impedía el hecho de haberse mancillado con trabajos por encargo antes de entrar al servicio del monarca.

  • La Danza de la Muerte [La Muerte invita a bailar al obispo, que dice lo siguiente:] Mis manos aprieto, de mis ojos lloro, porque soy venido a tanta tristura ; yo era abastado de plata y de oro, de nobles palacios e mucha holgura: ahora la muerte con su mano dura tráeme en su danza medrosa sobejo [...] [La Muerte se dirige al rey y le dice:] Rey fuerte, tirano, que siempre robastes todo vuestro reino e fenchistes el arca, de hacer justicia muy poco curastes, según es notorio por vuestra comarca: venid para mí, que yo soy monarca que prenderé a vos e a otro más alto [...].

  • La de los apostólicos, nombre aplicado al grupo más exaltado de los realistas o absolutistas, que consideraban sospechosas incluso las tímidas medidas de reforma y el moderantismo del monarca.

  • La primacía del poder civil –uno de los grandes éxitos alcanzados por el sistema político de la Restauración– ya no era tan clara, pues el desenlace del con fl icto demostraba dos hechos: a La propensión del monarca a favorecer al ejército en los casos de con fl icto entre el poder civil y el militar.

  • Los secretarios de los Consejos actuaban como enlace entre el monarca y el Consejo al que pertenecían; y el secretario del Consejo de Estado era al mismo tiempo secretario personal del rey.

  • No obstante, repudió las acciones revolucionarias violentas y la ejecución del monarca francés.

  • Para la labor de gobierno el monarca se servía fundamentalmente de dos instituciones : a El O ffi cium Palatinum .

  • Para Locke, el poder político pertenece a los individuos, que tienen derecho a reemplazar al monarca o al Parlamento si no cumplen bien las funciones encomendadas.

  • Para lograrla, el poder ha de residir en un solo monarca o príncipe.

  • Pero a menudo, y en especial en las zonas ya pobladas, el monarca no transfería la totalidad de las propiedades del lugar, sino solo aquellos bienes y derechos que hasta entonces habían correspondido a la corona (las tierras sin dueño, los bosques, los montes, ciertas rentas, etc.), sin modi fi car las propiedades de los vecinos.

  • Pero con su retorno se planteaba un dilema: ¿aceptaría el papel de monarca constitucional que le habían adjudicado las Cortes de Cádiz?

  • Por aquel entonces prodigaba el monarca cristiano toda clase de cuidados, consideraciones y respetos a los musulmanes, hasta el punto de excitar los celos y la envidia de los propios cristianos.

  • Si Carlos III se ajustaba en gran medida al mo- delo ideal de monarca del despotismo ilustrado, con Carlos IV comenzó lo que algunos autores denominan despotismo mi- nisterial, ya que el verdadero poder lo ejercía el primer ministro, y no el rey.

  • Si su padre se consideró un emperador europeo, él en cambio pensaba y actuaba como un monarca castellano.

  • Sin embargo, antes de que la guerra diera al traste con todo, el nuevo monarca, y en particular su valido, el conde duque de Olivares, habían iniciado el reinado con un ambicioso programa de gobierno que pretendía reformar todo lo necesario para devolver a la monarquía hispánica su perdida grandeza.

  • Sin embargo, en la monarquía absoluta no existía división de poderes, pues todos recaían en una sola persona (el monarca), que los ejercía sin límites ni restricciones (de forma absoluta), directamente o delegando en subordinados que actuaban en su nombre: el monarca elaboraba y promulgaba las leyes (poder legislativo), gobernaba (poder ejecutivo) y era el juez supremo (poder judicial).

  • Sin embargo, las intenciones del joven monarca representaban una incógnita para la gran mayoría.

  • Sin embargo, no parece que Creta fuera un territorio unificado bajo el mando de un solo monarca, sino más bien un conjunto de ciudades-estado, cada una de ellas con un palaciosantuario como núcleo económico, político y religioso.

  • Su característica esencial es la austeridad, en consonancia con el talante personal del monarca.

  • Y un tercer rasgo fue el resurgimiento del protagonismo de los militares, favorecido por el acentuado espíritu castrense del monarca, que tendía a favorecer al ejército siempre que había un con fl icto entre este y el poder civil.