Ahora la Unión Europea ha conseguido un auténtico mercado único: las mercancías, los servicios, las personas y el dinero pueden circular libremente por los diferentes países miembros, como si no existieran fronteras.
Al fi nal, la demanda americana de productos europeos, se acabó nutriendo fundamentalmente de mercancías extranjeras, en vez de fomentar la industria española.
Así, pues, siendo la región navegable en todos sentidos, tanto la importación como la exportación de mercancías se ve extraordinariamente facilitada.
Durante mucho tiempo se creyó que estaba dedicado a la Fortuna Viril, pero en realidad se trata de un santuario consagrado a Portunus, divinidad de los puertos, erigido junto al antiguo puerto fluvial de Roma, adonde llegaban las mercancías remontando el Tíber desde Ostia.
El oro y la plata eran acuñados en la Ceca o Casa de la Moneda de Sevilla; una parte era para la Corona (el quinto real y otros impuestos) y otra se destinaba al pago de las mercancías enviadas en el viaje de ida a América.
En conclusión, el oro y la plata de América llegaban primero a Sevilla, pero acababan enriqueciendo a los extranjeros, ya que en su mayor parte se destinaban a dos fi nes: el pago de las deudas contraídas por la Corona con la banca europea, y el pago de las mercancías extranjeras enviadas a América.
En las relaciones de mercado, las libertades de oferta y demanda se conjugan entre sí, dando lugar a los precios de las mercancías.
Esta aportación de Marx se basa en la idea de que el valor de cambio de las mercancías es objetivo.
Este comercio, que explica la prosperidad comercial de Génova y Venecia durante la Edad Media, fue ruinoso para Europa por varias razones: a Europa compraba mercancías de gran valor a Oriente y apenas le vendía nada, por lo que el fl ujo de dinero hacia Oriente era constante y empezaban a escasear el oro y la plata necesarios para la acuñación monetaria.
Históricamente el agua de los ríos ha sido y es una alternativa para el transporte de mercancías y per-sonas.
La gran diferencia entre mercancías extranjeras y españolas.
La venta se hace difícil, los almacenes se llenan de mercancías sin salida, y preséntase fatalmente la crisis, la cual no puede cesar sino disminuyendo la producción; esto es, haciendo todo lo contrario de la elevación de los derechos protectores que la estimulan artificial y violentamente.
Las mercancías se transportaban en el plaustrum, carreta de dos ruedas, o en el serracum, carro más grande y robusto.
Los puertos permiten el in ter-cambio de mercancías de todo tipo y generan riqueza para el país.
Pero hasta mediados de siglo, además de los obstáculos naturales, contribuía también al aislamiento de los mercados toda una serie de trabas legales heredadas del Antiguo Régimen : el sistema gremial, que controlaba rígidamente en cada ciudad actividades industriales y comerciales; los portazgos o derechos de puertas, que se pagaban por introducir mercancías en una ciudad; los pontazgos, por cruzar un puente; los barcazgos, por usar una barca; los peajes, por utilizar un camino.
Pero las vías también servían para la circulación de mercancías y de personas.
Por eso, el empresario establece una diferencia entre el salario que ofrece al obrero y el precio al que vende sus mercancías.
Se considera envase o embalaje todo producto fabricado con materiales de cualquier naturaleza y que se utilice para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar mercancías, desde materias primeras hasta artículos acabados, en cualquier fase de la cadena de fabricación, distribución y consumo.
Un factor fundamental ha sido el espectacular desarrollo tecnológico, que ha revolucionado los transportes y las comunicaciones, facilitando la circulación, física o virtual, de personas, mercancías, capitales e información.
Utilizar las redes ferroviarias, en lugar de las carreteras, para el transporte de mercancías.
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