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5 oraciones y frases con mauricio

Las oraciones con mauricio que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar mauricio en una frase. Se trata de ejemplos con mauricio gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar mauricio en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A Felipe II no le gustó que el martirio se relegara a un segundo plano, aunque en el primero El Greco había retratado a importantes militares contemporáneos, con la intención tal vez de equiparar su lucha contra la herejía con la de San Mauricio.

  • Consulta los recursos digitales y explica brevemente los siguientes temas iconográficos aparecidos en las obras de esta unidad: San Sebastián, Santo Entierro, Expolio, Santa Liga, San Mauricio, Adoración de los pastores.

  • El tema se desarrolla en tres escenas sucesivas: en primer plano, el diálogo de San Mauricio con sus jefes militares; a la izquierda, una decapitación a la que también asiste el santo; al fondo, a la izquierda, soldados desnudos entre los que se ha de elegir a los mártires; todo ello presidido por un coro de ángeles en la parte superior.

  • En el parteluz aparece la figura de un obispo, seguramente San Indalecio, el fundador de la diócesis de Burgos, y no el obispo Mauricio, iniciador de la catedral, como a veces se ha sugerido.

  • En su obra se sintetizan las diversas in fl uen- cias que recibió a lo largo de su trayectoria desde Creta hasta España: la espiritualidad del arte bizantino cretense, las luces irreales y los colores fríos del pintor veneciano Tintoretto, etc. Entre sus obras más destacadas, se podrían mencionar: La adoración del nombre de Jesús (El Escorial), cuadro que ofreció a Felipe II, ya que es una exaltación de su persona y de su triunfo contra los turcos en Lepanto; El martirio de San Mauricio (El Escorial), obra encargada por Felipe II, que nunca colocó en su destino por no ser de su agrado; El entierro del señor de Orgaz (iglesia de Santo Tomé en Toledo), probablemente su mejor obra; y magní fi cos retratos, como el del Caballero de la mano en el pecho (Museo del Prado, Madrid).