Al día siguiente Políxena se lo explicó a su hermano Paris, quien mató a Aquiles.
Amulio expulsó a Numitor del trono, mató a su hijo y arrinconó a su hija, Rea Silvia, consagrándola al culto de Vesta, que imponía el celibato.
Apolo la mató con su arco y se apropió de este lugar sagrado.
Aquiles, entonces, volvió a la lucha para vengar a Patroclo; mató a Héctor y arrastró su cadáver al pie de las murallas de Troya, antes de devolverlo a su padre.
Así: raíz del cual Heracles mató a sus hijos.
Cuando Aquiles mató a Héctor, su padre, Príamo, roído por el dolor, se humilló ante el guerrero griego y le pidió el cadáver de su hijo.
Disfrazado de pedigüeño y con la ayuda de su hijo, Telémaco, mató a los pretendientes y recuperó su trono. .
En una encrucijada se peleó con un hombre por el derecho de paso y lo mató: era Layo, su padre.
Entonces él mató al dragón y sembró sus dientes.
Entonces mató de un golpe de flecha a Antínoo, el jefe de los pretendientes, y reveló su identidad.
Esta enfermedad vírica se expandió por lugares tan distantes como Nueva Zelanda, la India, Estados Unidos y Portugal, y mató a la mitad de la población infectada.
Intentando evitar ese destino y, pensando que sus padres eran los reyes de Corinto, Edipo huyó hacia Tebas y por el camino mató a su padre en una disputa.
Loco de dolor, Aquiles volvió a tomar las armas y mató a Héctor.
Luego marchó a Delfos, donde mató a la serpiente Pitón, que protegía una cueva en la que se emitían oráculos.
Pero un dragón que protegía la fuente de Ares en aquel lugar mató a algunos hombres de Cadmo.
Perseo luchó con el tirano y lo mató.
Prometeo también instauró el primer sacrificio: mató a un buey y amontonó dentro de la piel los mejores cortes de carne envolviéndolos en las entrañas del animal.
Rómulo lo mató y se convirtió en el primer rey de Roma.
Sin embargo, la tradición más divulgada es que Remo saltó los nuevos muros para insultar a su hermano: por eso Rómulo lo mató y, lleno de rabia, increpándolo con estas palabras, dijo: «Así acabará a partir de ahora cualquiera que salte por encima de mis murallas».
Teseo llegó ante el monstruo y lo mató; después, siguiendo el hilo, consiguió salir del laberinto.
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