A esas maneras de pensar y expresar las cosas, que son, al mismo tiempo, los modos de ser de las mismas cosas, los llamó categorías (de kategorein, que significa ‘atri-buir’).
Aristóteles llamó homeomerías (que signi fi ca ‘partes semejantes’) a los arjés propuestos por Anaxágoras, porque, aunque se pueden dividir de un modo ilimitado, cada parte resultante es cualitativamente idéntica a sí misma.
Aristóteles llamó a este principio intelecto agente.
Aristóteles llamó a este saber «ciencia primera».
Así, llamó materia (hylé) al sustrato que permanece en el cambio de los cuerpos, que se corresponde con la potencia y es algo indeterminado.
De este modo Rómulo obtuvo él solo el poder: la ciudad, recién fundada, se llamó según el nombre de su fundador.
Detrás quedó un área desvastada que la gente de la época llamó Dust Bowl, la «Cuenca de Polvo».
El físico neozelandés Ernest Ruther ford llamó a esta par tícula de carga positiva protón (del griego prôtos, ‘el primero’).
En la Vocación se representa el momento en que Cristo, acompañado de San Pedro, al pasar junto a la oficina de San Mateo, que era recaudador de impuestos, le llamó para que le siguiera.
Entró en lo que ella llamó «el túnel de la heroína».
Inicialmente llamó a esa sustancia nucleína, pero más tarde, por su carácter ácido y por proceder de los núcleos de las células, recibió el nombre de ácido nucleico.
Kant llamó ideal de la razón pura a la idea trascendental de Dios y sostuvo que es imposible demostrar su existencia o su inexistencia.
Kant llamó categorías a estos últimos.
Kant los llamó ideas trascendentales, que produce la razón para tratar de conocer la cosa en sí, aquello que es incondicionado y, a la vez, fundamento de toda condición.
La impresión diaria de una publicación, como un periódico, era prácticamente imposible por la falta de tiempo, hasta que Ottmar Mergenthaler mecanizó este proceso mediante una máquina a la que llamó linotipia.
La llamó primer motor inmóvil.
La obra del rabino Moisés —así se llamó a Maimónides— fue muy citada por los escolásticos cristianos.
La radiación que se desvía hacia el polo positivo del campo eléctrico se llamó beta ( β ); la que lo hace hacia el negativo alfa ( α ); y la que no sufre desviación, radiación gamma ( γ ).
Llamó a cada una de estas partículas quantum de radiación y, años más tarde, fotones .
Llamó a esta ley logos, quizá uno de los términos Ll más importantes de la historia de la fi losofía y que m él utilizó por primera vez.
Llamó a estas ideas postulados, porque no pueden ser conocidos por la razón teórica, pero son requisitos necesarios para el ejercicio de la moralidad y debemos considerarlos como si existiesen realmente.
Llamó a estos principios átomos (‘sin partes’), al ser partículas indivisibles.
Llamó fenómeno empírico al objeto indeterminado de las intuiciones empíricas, es decir, apariencia sensible.
Llamó polos a esos extremos, por analogía con la Tierra.
Obtuvo polímeros de aminoácidos similares a las proteínas que denominó proteinoides termales, que formaban pequeñas gotitas, a las que llamó microesferas.
Ockham llamó suposición a esta función de sustitución.
Pero Gea, descontenta con el destino que se había reservado a los Titanes, llamó a los Gigantes, hijos de ella y de la sangre de Urano, que cogieron árboles inflamados y rocas enormes.
Popper llamó a su fi losofía racionalismo crítico.
Por eso, también se les llamó «físicos» o «fisiólogos» (de physis, ‘naturaleza’ en griego).
Russell llamó a este método atomismo lógico.
Se les llamó protestantes a él y a sus seguidores, debido a las quejas y críticas que difundían en contra de los decretos imperiales, que pretendían sofocar las nuevas ideas.
Se llamó a esta nueva forma de análisis filosofía analítica.
Sin embargo, llamó causas segundas a las causas de los cambios, que siempre requieren un ser previo para su acción.
Son sustancias los seres individuales, a los que denominó sustancia primera; también aplicó este término a los conceptos universales que se forman en la mente por abstracción, a los que llamó sustancias segundas.
Tras la muerte de Dios, el ser humano se liberaría de estorbos y podría llamó la «transvaloración o transmutación de todos los valores», es decir, la inversión completa de los principios morales que habían re poder.
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