Ahora, coge la jeringa y llénala de agua.
Coge una jeringa vacía (te parecerá vacía, pero en realidad contiene aire).
Después, coge la jeringa y llénala de agua.
El aire no es visible, pero en cambio podemos ver las burbujas que forma al ser expulsado desde el interior de una jeringa bajo el agua.
Engancha el otro extremo de la jeringa a la madera mediante un tornillo con anilla.
Esta jeringa contiene agua coloreada para que se vea bien.
Esta jeringa contiene aire.
Haz un agujero con las tijeras a la goma del pistón de la jeringa grande.
Inserta la jeringa pequeña dentro de la grande.
La boca de la jeringa pequeña debe quedar insertada en la goma.
Para conseguir que no quede aire, llénalo entero y después aprieta la jeringa con el tubo hacia arriba hasta que salga todo el aire.
Pega el otro extremo de la jeringa a la madera mediante un tornillo con anilla.
Pon la segunda bola de metal en la jeringa grande.
Pon una de las bolas de metal en la jeringa pequeña.
Realiza un agujero lateral en el extremo opuesto de la punta del cilindro de la jeringa pequeña.
Tapa el extremo ancho de la jeringa pequeña con la goma del pistón que le corresponde.
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