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76 oraciones y frases con italia

Las oraciones con italia que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar italia en una frase. Se trata de ejemplos con italia gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar italia en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A este compromiso, aunque con matizaciones, se adhirieron después otros veinticinco países europeos (entre ellos Alemania, Italia y Portugal) y se creó el Comité de No Intervención, con sede en Londres, para veri fi car el cumplimiento de lo pactado.

  • Actualmente, en muchos países del mundo (Italia, Estados Unidos, España…) también existe un órgano de gobierno que se llama senado.

  • Al no conseguirla y quedar rodeado por las posesiones de los Austrias, Francisco I pretendió hacerse con el predominio en Italia, como sus predecesores en tiempos de los Reyes Católicos.

  • Así, cualquier intento de periodización carece de validez general: la tradicional división del Gótico en preclásico, clásico, radiante y flamígero puede ser aplicable para la arquitectura de Francia, pero no para la de Inglaterra o Italia, y menos aún para la escultura o la pintura.

  • Catedral de Santa María Asunta, Torcello, Italia.

  • Cefalú, Italia.

  • De hecho, es muy dudoso que el ejército sublevado hubiera podido hacerse con la victoria fi nal sin la decisiva ayuda de Alemania e Italia.

  • Derrotados los regímenes totalitarios de Alemania, Italia y Japón, el nuevo escenario internacional de la posguerra aparecía dividido en dos grandes bloques: el mundo capitalista, liderado por Estados Unidos como gran potencia; y el comunista, que la Unión Soviética había logrado extender a gran parte de Europa Oriental, y al que se unió también China, el país más poblado del mundo.

  • Después de Italia, y si exceptuamos las fabulosas maravillas de la India, yo por descontado situaría inmediatamente a Hispania, toda la zona que orilla el mar; aunque sea árida en parte, allí donde produce es fecunda en cereales, en aceite, en vino, en caballos y en metales de todo tipo.

  • Dirigió un ejército por la península Ibérica, que atravesó los Pirineos y los Alpes hasta llegar al norte de Italia para combatir a los romanos.

  • El día que Castilla sea feudataria de Aragón y Aragón de Castilla, Portugal de entrambas y entrambas de Portugal; y esto mismo respecto de los reinos de España, los de Italia y los de Flandes con recíproca correspondencia, es necesario preci- samente que esta sequedad y separación de corazones que hasta ahora ha habido, se una con estrecho vínculo natu- ralmente por medio de la correspondencia de las armas; pues cuando los portugueses vean a los castellanos, y los castellanos a los portugueses,, sabrán que ve cada uno al amigo y feudatario del otro y al que le ha de socorrer con su sangre y con su gente en la necesidad que tuviere, y aquella amistad que tienen entre sí [...

  • El puente cultural entre el mundo islámico y la cristiandad fueron los centros de traducción del árabe que surgieron de forma espontánea en diferentes ciudades, especialmente en Italia y en la península Ibérica.

  • El escenario del enfrentamiento fue Italia, un mosaico de Estados pequeños, de gran interés, que los convertía en presa codiciada por las dos grandes potencias militares del momento: la monarquía francesa y la de los Reyes Católicos.

  • El humanismo se desarrolló desde el siglo xv a partir de dos focos principales: Italia, donde el Renacimiento impulsó la recuperación del pensamiento y el arte de la Antigüedad clásica; y los Países Bajos, donde los humanistas adoptaron una actitud religiosa renovadora, individualista y crítica frente a las autoridades eclesiásticas, que preparó involuntariamente el camino a la reforma protestante.

  • El manierismo, cuyo comienzo coincide con la crisis de la cristiandad por la reforma protestante y con los conflictos bélicos entre España y Francia por el control de Italia.

  • El mármol se reservó para los monumentos funerarios, y el bronce, por su dificultad técnica y su elevado coste, fue escasamente empleado, a diferencia de lo que ocurría en Italia.

  • El pensamiento humanista se desarrolló en Europa desde el siglo a partir de dos focos principales: Italia, donde el Renacimiento impulsó la recuperación de la filosofía y el arte de la Antigüedad clásica; y los Países Bajos, donde los humanistas adoptaron una actitud religiosa renovadora, individualista y crítica frente a las autoridades eclesiásticas, que preparó involuntariamente el camino a la reforma protestante.

  • El Renacimiento en la literatura y el arte El Renacimiento, como movimiento artístico y literario, se inició en Italia en el siglo xv, desde donde se difundió por toda Europa en la centuria siguiente.

  • En un principio, Felipe V fue aceptado sin oposición tanto en España como en Europa, salvo por parte del emperador de Austria, que no había reconocido el testamento de Carlos II y había iniciado las hostilidades en Italia.

  • En el caso de Francia, que reivindica ser uno de los focos primitivos del estilo –junto con Italia y Alemania–, se suele dividir el Románico en escuelas regionales (Borgoña, Perigord, Poitou, Normandía, etc.).

  • En el siglo, cuando ya el Renacimiento llevaba un siglo de existencia en Italia y había dado sus primeros pasos en España, todavía se construyeron algunas catedrales góticas, como la nueva de Salamanca y la de Segovia.

  • En el siglo a. de C., en el norte de Italia se desarrolló un nuevo molino hidráulico que contaba con un sistema de engranajes de madera que permitían una reducción importante del movimiento.

  • En el siglo siguiente, debido a las invasiones de los persas, muchos hombres sabios, como Pitágoras, se desplazaron hacia el sur de Italia y Sicilia, donde continuaron cultivando la fi losofía.

  • En este sentido, hay que tener en cuenta la influencia que en su formación tuvo el largo viaje que realizó por Italia, Grecia y Asia Menor.

  • En Italia conoció la obra de Miguel Ángel, que ejerció en él una profunda influencia.

  • En Italia tuvo la oportunidad de estudiar a fondo a los maestros del Renacimiento y en especial a Rafael, del que fue un ferviente admirador.

  • En Italia, los volcanes Vesubio y Estróm -boli.

  • Eneas, hijo de Anquises y de Venus, tras un largo periplo explicado por Virgilio en la Eneida, llegó a Italia.

  • Estados fuertes y unidos Su desengaño ante una Italia fragmentada en repúblicas, enfrentadas entre si, lo condujo a pensar que una sociedad dividida se debilita y decae.

  • Este mismo año, culminó la uni fi cación de Italia, cuando las tropas francesas abandonaron Roma, tras la derrota de Napoleón III frente a Bismarck.

  • Esto explica la peculiaridad del Renacimiento español: en una primera fase (finales del siglo y primer tercio del ) se limitó a introducir algunos elementos renacentistas en obras esencialmente góticas; y solo desde el segundo tercio del siglo se empezó a concebir la obra en su conjunto con un nuevo lenguaje, pero ya manierista en mayor o menor grado, en concordancia con lo que se estaba realizando en Italia por las mismas fechas.

  • Estuvo en Italia, donde admiró la obra de Miguel Ángel y los pintores barrocos, y en Londres, donde retrató la miseria resultante de una industrialización deshumanizada, anticipándose con ello al Realismo.

  • Finalmente, propuso como candidato a Amadeo de Saboya, duque de Aosta e hijo del rey de Italia.

  • Finalmente, surgió en Italia el arte renacentista, cuyo modelo fue el arte clásico.

  • Fuiste, pues, Catilina, aquella noche a casa de Leca, repartiste Italia entre tus cómplices, determinaste adónde había de ir cada cual de ellos, elegiste los que habían de quedar en Roma y los que llevarías contigo, señalaste los parajes de la ciudad que habían de ser incendiados, aseguraste que partirías pronto, dijiste que si demorabas algo tu salida era porque aún vivía yo.

  • Gozó de fama internacional y ejerció una gran influencia dentro y fuera de Italia.

  • Hay que nombrar también los de Verona, Capua y Taormina (en Italia), El Djem (en Túnez), y Arlés y Nîmes (en Francia).

  • Intentó obtener una de las becas en Roma que concedía la Academia de Bellas Artes de San Fernando, pero no tuvo éxito y acabó viajando a Italia por sus propios medios.

  • Italia no era un Estado unificado políticamente, sino un conjunto de territorios independientes, que en muchos casos se organizaban como ciudades-estado similares a las del mundo antiguo, con una vida urbana muy activa.

  • La primacía absoluta de los elementos estructurales desnudos y las proporciones geométricas, coincidiendo con los planteamientos teóricos más clasicistas, como los de Vignola o Palladio en Italia.

  • La estética renacentista se introdujo en la pintura española por las mismas vías que señalábamos para la escultura: importaciones de Italia, presencia en España de pintores italianos y viajes a Italia de pintores españoles.

  • La flora propiamente mediterránea es casi inexistente en países como Inglaterra o Alemania y es muy restringida en Francia e Italia.

  • La Italia fascista de Mussolini proporcionó una ayuda vital, mayor incluso que la de Alemania en número de hombres y valor económico.

  • La República intentó, no obstante, que la Sociedad de Naciones interviniera contra Italia y Alemania por su participación directa en la contienda española.

  • Las ayudas a los sublevados Alemania, Italia y Portugal, países que mantenían regímenes fascistas o similares, apoyaron de forma directa a los militares sublevados y la ayuda de los dos primeros fue determinante para el desarrollo de la guerra desde el mismo comienzo del alzamiento militar, pues efectuaron el traslado de tropas desde Marruecos a la Península.

  • Los bizantinos finalizan la conquista de Italia.

  • Los Consejos, por tanto, fueron decayendo: unos se suprimieron por innecesarios, como los de Aragón, Italia y Flandes; el de Estado fue ignorado en la práctica; y el de Indias vio muy reducidas sus competencias.

  • Los griegos, expertos marineros y hábiles comerciantes, fundaron colonias en distintos lugares, desde el Mar Negro hasta el sur de Italia y Sicilia, Libia o la península Ibérica (Ampurias).

  • Los otros eran el Consejo de Aragón, Indias (para los asuntos americanos), Italia, Flandes y Portugal .

  • Lugares exóticos, especialmente de Oriente, España e Italia, que satisfacían el afán de evasión y ensoñación.

  • Natural de Fuendetodos, en la provincia de Zaragoza, se inició en la pintura en el taller de un modesto pintor y completó su educación artística con un viaje a Italia.

  • No fue casualidad que la filosofía surgiera en tierras de colonos: en Jonia (costa de Asia Menor) y en la Magna Grecia (sur de Italia).

  • No obstante, en Italia el Renacimiento interrumpió su desarrollo a comienzos del siglo, y en otras zonas –España, por ejemplo– se prolongó hasta el primer tercio del siglo .

  • Pero no hizo caso de esa prohibición y cruzó con sus tropas el río Rubicón, situado en el norte de Italia y considerado la frontera que no podía atravesar.

  • Pero si en Italia el Renacimiento había surgido a partir de la reflexión sobre las obras y concepciones artísticas de la Antigüedad, en España se pasó por alto esta reflexión y los artistas se inspiraron directamente en las creaciones de sus contemporáneos italianos.

  • Por cierto que hace tiempo estaba deseando hablarte de ellos y recontar la serie completa de los míos para que todavía te alegres más de haber llegado a Italia».

  • Por este motivo, en arquitectura y escultura seguiremos un criterio de exposición general por países (Francia, Italia, España), como en la unidad anterior; pero las peculiaridades de la pintura aconsejan su estudio por estilos y no por países.

  • Por otra parte, en Italia se mantuvo durante toda la Edad Media la tradición paleocristiana de separar el baptisterio y el campanario como edificios independientes de la iglesia.

  • Recibió diferentes nombres, según los países: Art Nouveau (Francia y Bélgica), Modern Style (Gran Bretaña), Jugendstil (Alemania), Sezession (Viena), Liberty (Italia), Modernismo (España).

  • Respecto a la fi nanciación de la guerra, el bando sublevado no disponía de reservas metálicas como los republicanos, pero recibió ayuda de los regímenes fascistas de Italia y Alemania .

  • Se sucedieron seis emperadores en solo quince años y fueron meros títeres de los intereses rador Rómulo Augústulo fue depuesto por el rey germánico Odoacro, jefe de los hérulos, quien se proclamó rey de Italia.

  • Se trata de una pintura al óleo sobre tabla, pues desde mediados de siglo la influencia de los pintores flamencos había extendido por Italia esta técnica.

  • Según la teoría organicista de la sociedad desarrollada por el partido fascista de Benito Mussolini en Italia —y adoptada en España por Francisco Franco—, el Estado se considera un organismo ético superior al individuo.

  • Sin embargo, conviene señalar que esta práctica del «turno» al margen del cuerpo electoral no era exclusiva de España, sino que tenía sus equivalentes en las otras dos monarquías meridionales que, como la española, presentaban un cierto atraso económico y político respecto a la Europa occidental: en Italia, la alternancia entre la destra y la sinistra ; y en Portugal, el rotativismo del partido Regenerador y el Progresista.

  • Sin embargo, el Comité fue del todo ine fi caz: Alemania, Italia y Portugal continuaron ayudando militarmente a los sublevados, en contra de los compromisos adquiridos; en cambio, las potencias democráticas negaron la asistencia necesaria al gobierno legítimo de la República, que al fi nal solo contó con la ayuda militar de la Unión Soviética, único país que, a la vista de la actuación de Alemania e Italia, decidió ignorar también los compromisos adquiridos de no intervención.

  • Sin embargo, en su misma época, aparecieron en el sur de Italia unos autores —entre los que destaca Parménides — que descon fi aron de los sentidos, negaron la realidad del movimiento y solo dieron crédito a la razón, que nos instala ante lo inmutable.

  • Sin embargo, la elegancia sienesa, muy del gusto de las refinadas cortes europeas, ejerció una gran influencia fuera de Italia, mucho mayor que las innovaciones formales de Giotto.

  • Sin embargo, no hay que olvidar que dentro del Barroco, la corriente más clasicista, dominante en Francia e Italia, no había abandonado nunca del todo el vocabulario arquitectónico del mundo antiguo, rescatado en el Renacimiento (columnas clásicas, frontones, cúpulas, etc.), ni había caído en excesos decorativos como los del Barroco tradicional español.

  • Solo a partir de los años finales del siglo se fue incorporando el nuevo lenguaje, favorecido por las intensas relaciones con Italia, lo cual no impidió que se levantaran catedrales góticas hasta bien avanzado el siglo, como las de Salamanca o Segovia.

  • Su aprendizaje en el taller familiar lo complementó con una prolongada estancia en Italia, donde conoció a fondo la obra de Donatello, Miguel Ángel y los manieristas florentinos, entre otros, y asistió, según parece, al descubrimiento del Laocoonte.

  • Su autor, Gianlorenzo Bernini, fue el mejor escultor de su época, no solo en Italia, sino en toda Europa, además de gran arquitecto y pintor.

  • Su fama se extendió fuera de Italia y Luis XIV le encargó varios proyectos de fachada para el Palacio del Louvre de París, aunque finalmente no fueron realizados.

  • Su pintura representa el inicio y máxima expresión del naturalismo barroco, que tuvo numerosos seguidores dentro y fuera de Italia.

  • Su trayectoria como pintor comenzó en Venecia, pero la fama que obtuvo le llevó a trabajar primero por todo el norte de Italia, después en Würzburgo y finalmente en Madrid, reclamado por Carlos III para decorar el recién construido Palacio Real.

  • Uno de los destinos principales en Italia, además de Roma, era Venecia, cuyo atractivo radicaba no solo en su patrimonio artístico, sino también en el carácter pintoresco que le proporcionaban sus canales, su ambiente exótico y su anclaje en el tiempo debido a la decadencia económica que atravesaba desde el siglo .

  • Y por último, su ubicación en Rávena, en Italia, reforzaba aún más las pretensiones de Justiniano de reunificar el antiguo Imperio Romano, del que se consideraba legítimo heredero tras la caída de Occidente en manos de los bárbaros.