Así nos lo enseña en la parábola de los invitados a una boda.
Aunque el robot llevaba armadura de soldado, su propósito era entretener a los invitados en las fiestas de su mecenas, Ludovico Sforza, duque de Milán.
Constaban de dos partes: una cena y el simposio propiamente dicho, mucho más largo y durante el cual los invitados se dedicaban a beber fundamentalmente vino.
Cuando el dios Osiris volvió, Seth dio una gran fiesta de bienvenida y lanzó un desafío a los invitados: regalaría un cofre a quien cupiera en él sin dificultad.
Destacaba en este sentido el jardín manierista, concebido como conjunto escenográfico (juegos de agua, laberintos, grutas artificiales) para el disfrute de los propietarios y sorpresa de sus invitados.
El Leonideo, con un jardín acuático en forma de trébol, donde se hospedaban invitados distinguidos.
En ella, uno de los invitados lleva la ropa sucia y desgarrada, no está preparado para participar en el banquete.
En ellas, Jesús habla de Dios como Padre Misericordioso y del Reino como un gran banquete al que están invitados todos, especialmente los pecadores y pobres, a los que llama a la conversión.
Los bebedores lanzaban las últimas gotas de vino de su copa en dirección a un vaso llamado cótabo, colocado en medio de los invitados.
No seas reacio al banquete de muchos invitados; en grupo, mayor reconocimiento y gasto menor.
Los ejemplos de YourDictionary.com han sido recopilados de diversas fuentes para reflejar el uso actual e histórico de la lengua. Estos ejemplos no representan las opiniones de YourDictionary.com.