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8 oraciones y frases con impusieron

Las oraciones con impusieron que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar impusieron en una frase. Se trata de ejemplos con impusieron gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar impusieron en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • En de fi nitiva, los musulmanes impusieron un cambio de rumbo en los territorios que ocuparon –renacimiento urbano, activo comercio, abundante circulación monetaria–, cuya pujanza contrastaba con la situación heredada de los visigodos y, al menos hasta el siglo xi, con la de los núcleos cristianos contemporáneos.

  • En Roma recibió el nombre de Hércules y es conocido, sobre todo, por los doce trabajos que le impusieron como castigo por haber asesinado a sus propios hijos.

  • Es más, sus constantes disputas internas reforzaron las tendencias disgregadoras, que se impusieron sobre cualquier intento de uni fi cación política durante toda la historia de Al Ándalus.

  • Finalmente se impusieron las tesis de Negrín y los comunistas, y Prieto acabó por abandonar el gobierno.

  • Los almorávides y los almohades, en cambio, con su rigorismo e intolerancia religiosa impusieron una seria limitación al pensamiento .

  • Los más destacados de estos nuevos profesionales –los ministros de Comercio y de Hacienda, y el máximo responsable de la O fi cina de Coordinación y Programación Económica–, eran miembros del Opus Dei y, por tanto, católicos militantes; sin embargo, impusieron un nuevo estilo de hacer política sin discursos ideológicos y con un interés prioritario por la e fi cacia técnica y económica.

  • Nunca escondieron sus creencias, pero nunca las impusieron.

  • Por otra parte, la arquitectura gótica italiana difiere notablemente de los modelos del norte de Francia y configura, junto con algunas iglesias del sur de Francia y de la Corona de Aragón, el llamado Gótico mediterráneo o Gótico horizontal, bajo la influencia del Císter y sobre todo de las nuevas órdenes mendicantes –franciscanos y dominicos–, que impusieron una arquitectura sobria, de espacios amplios y unitarios, idóneos para la predicación ante una gran multitud.