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25 oraciones y frases con ignorancia

Las oraciones con ignorancia que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar ignorancia en una frase. Se trata de ejemplos con ignorancia gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar ignorancia en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • «Fuera del Estado reinan las pasiones, la guerra, el miedo, la pobreza, el abandono, el aislamiento, la barbarie, la ignorancia, la bestialidad.

  • Agustín se apartó, así, del intelectualismo ético platónico, que culpaba de la falta de virtud a la ignorancia.

  • Aunque es una zona predominantemente católica, la catequesis sigue siendo urgente, pues las sectas, la superchería y el fetichismo se ven favorecidos por la ignorancia y la pobreza.

  • Como consecuencia, para el de Cusa, el ser humano «se mueve en la ignorancia», que solo cuando se reconoce se transforma en docta ignorancia.

  • De hecho, la confusión y el miedo ante un problema son a menudo generados por la ignorancia y el desconocimiento.

  • Define el concepto de docta ignorancia, según el pensa Investiga sobre la distinción entre natura naturans y natura naturata en el pensamiento de Giordano Bruno.

  • El error implica la ignorancia, pero se puede ser ignorante sin llegar a errar (basta con no formar ningún juicio acerca de aquello que se ignora).

  • El reconocimiento de la propia ignorancia despierta las preguntas y la búsqueda.

  • Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia.

  • En ellos Goya se muestra irónico y combativo con la corrupción de las costumbres, la superstición, la inmoralidad del clero o la ignorancia popular.

  • En este sentido, fue continuador del intelectualismo moral socrático, según el cual, quien conoce el verdadero bien no puede dejar de practicarlo y, por el contrario, quien se deja llevar por el vicio es por ignorancia con respecto a aquel.

  • Este era, a su juicio, el comienzo del fi losofar, puesto que la búsqueda de la sabiduría supone, ineludiblemente, el reconocimiento de la propia ignorancia.

  • Este método se compone de dos fases: la ironía, que supone el reconocimiento de la propia ignorancia, y la mayéutica, la parte en la que se llega a los principios objetivos.

  • Esto se opone al intelectualismo socrático, ya que el hombre no siempre se aparta del bien por ignorancia, sino que, a veces, voluntariamente decide (elección) subordinar un bien superior a otros bienes inferiores.

  • Ignorancia del espacio.

  • La ignorancia es la falta de conocimiento acerca de algo.

  • La mayor parte de la gente se incluye en una segunda categoría, la de los necios: aquellos que ignoran casi todo, pero viven satisfechos en su ignorancia, quizás porque ni siquiera son conscientes de ella.

  • Las catedrales urbanas desempeñaron desde el siglo una importante labor docente a través de las denominadas escuelas catedralicias, que impartían una instrucción elemental a los hijos de la burguesía y de la pequeña nobleza ciudadana, e incluso al clero, cuya ignorancia preocupaba a la propia Iglesia.

  • Mediante preguntas sobre una cuestión y la refutación de sus respuestas, Sócrates trataba de eliminar los prejuicios del interlocutor y hacerle reconocer su ignorancia acerca de algo.

  • Puede ser tanto material —carecer de alimento o de una vivienda digna, por ejemplo— como espiritual —así, la ignorancia o la soledad—. Atenta contra la dignidad del ser humano, pues hace que alguien preparado para el conocimiento y la belleza deba centrarse tan solo en sobrevivir.

  • Según esto, nadie obra mal voluntariamente, porque el vicio solo puede ser consecuencia de la ignorancia, esto es, de confundir el bien verdadero con el aparente.

  • Si actuamos mal es debido a la ignorancia, que impide al alma desvincularse de lo sensible y material.

  • Solo se puede hacer, empleando sus palabras, fi losofía «de la aurora»: una fi losofía entre dos luces, que nunca llega a su plenitud, pero que va más allá de la ignorancia, emprendiendo el camino de la sabiduría.

  • Son auténticas sátiras de la sociedad y la condición humana en las que Goya se muestra irónico y combativo con la corrupción de las costumbres, la superstición, la inmoralidad del clero o la ignorancia popular.

  • Surgieron así escuelas catedralicias que impartían una instrucción también elemental dirigida a los hijos de la burguesía y de la pequeña nobleza urbana, e incluso al clero, cuya ignorancia preocupaba en primer lugar a la propia Iglesia.