De ida, porque mueve a salir de uno mismo para preocuparse por el bien del que se ama.
El oro y la plata eran acuñados en la Ceca o Casa de la Moneda de Sevilla; una parte era para la Corona (el quinto real y otros impuestos) y otra se destinaba al pago de las mercancías enviadas en el viaje de ida a América.
Es decir, el amor se despliega en un movimiento de ida y vuelta.
La diosa Afrodita había prometido Helena a Paris como agradecimiento por el hecho de haberla escogido a ella como la más bella en el juicio de la montaña Ida, concediéndole la manzana de oro.
La relación entre fe y razón a lo largo de la historia ha sido siempre «de ida y vuelta»: las verdades de fe fueron, en buena medida, definidas mediante conceptos tomados de la filosofía (como naturaleza, persona o sustancia).
Los fósiles encontrados en la zona indican claramente que los ñus hacen este mismo recorrido de ida y vuelta desde hace más de un millón de años.
Para su explotación comercial se organizó el Galeón de Manila, que una vez al año hacía la travesía de ida y vuelta entre esta ciudad y Acapulco.
Trabajé que fuesen allá, y después vi que no entendían en la ida.
Un astronauta hizo un viaje espacial de ida y vuelta desde la Tierra.
Zeus ordenó a Hermes que las guiara hasta el monte Ida delante de Paris: Hera, si resultaba elegida entre las tres, ofreció a Paris el reino sobre todos los hombres; Atenea, la victoria en la guerra; Afrodita, el matrimonio con Helena.
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