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20 oraciones y frases con heredero

Las oraciones con heredero que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar heredero en una frase. Se trata de ejemplos con heredero gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar heredero en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A su primogénita Isabel la casaron con el príncipe heredero de Portugal y, muerto este, con el rey.

  • Alejandro se proclamó heredero de Darío III, asesina griega y la persa, promoviendo la integración de los persas en el ejército y favoreciendo los matrimonios entre sus dignatarios y muchachas jóvenes de clase alta.

  • Arquitectura y obras públicas El arte romano fue al mismo tiempo heredero y transmisor de la tradición artística griega, aunque introdujo importantes novedades respecto a Grecia, en especial en la arquitectura: empleo del hormigón y del ladrillo, utilización del arco y la bóveda, etc. La arquitectura romana perseguía tres objetivos esenciales: la utilidad del edi fi cio, su perfección técnica y la propaganda del patrocinador de la obra.

  • Carlos II había nombrado como heredero a este último, ya que era nieto de Luis XIV de Francia, el monarca más pode- roso de Europa en ese momento y, por tanto, el mejor aliado posible para garantizar la integridad territorial de la debilitada monarquía hispánica.

  • Carlos II, poco antes de morir, nombró heredero a Felipe de Anjou con la intención de asegurar el apoyo de la poderosa Francia y evitar así la desmembración territorial de la monarquía hispánica.

  • Como heredero de la Corona, el príncipe aparece con los atributos de general: la bengala en la mano derecha y la banda carmesí cruzada.

  • Con este procedimiento Franco no restablecía a su muerte la monarquía tradicional, sino que instauraba una nueva monarquía continuadora de su propio régimen, ya que obviaba al heredero legítimo al trono –don Juan de Borbón– y obligaba al sucesor designado por él a jurar fi delidad a las Leyes Fundamentales.

  • De hecho, a la muerte de Isabel ambas coronas se separaron de nuevo durante un tiempo y solo el azar determinó que recayesen fi nalmente en un mismo heredero: su nieto Carlos.

  • Desde el exterior recibió la ayuda de la Corona de Aragón, de la que era heredero el esposo de Isabel, Fernando.

  • El origen del motín debe buscarse en el partido que se había formado en torno al príncipe heredero, futuro Fernando VII, radicalmente opuesto al excesivo poder y protagonismo de Godoy.

  • En el foro se realizaba el elogio fúnebre del difunto, normalmente a cargo del heredero.

  • Este podría ser disfrutado por el heredero, pero no vendido ni donado ni embargado sin permiso del rey, ya que debía transmitirse de generación en generación.

  • Heredero de Kant, valora la validez de una ciencia en función de su utilidad.

  • La exaltación de ciertos valores esenciales, como la religiosidad, el espíritu patriótico o el heroísmo militar, pretendía la glori fi cación de los vencedores de la Guerra Civil y condujo a la reivindicación de un pasado imperial idealizado –desde los Reyes Católicos hasta el Siglo de Oro–, del que el franquismo se consideraba heredero y continuador.

  • Octavio, sobrino y heredero de Julio César, le correspondió el gobierno de Occidente, que incluía Hispania y el norte de África.

  • Pero el absolutismo borbónico redujo su papel prácticamente a la nada: durante el siglo xviii solo fueron convocadas dos veces y para rati fi car decisiones de la monarquía o jurar al heredero de la Corona.

  • Pero, consciente de los graves problemas y sinsabores que le había ocasionado la persecución del protestantismo en Alemania, decidió liberar a su heredero de esta fuente de conflictos, por lo que cedió a su hermano las posesiones de Austria y, con ellas, los derechos a aspirar a la corona imperial alemana.

  • Podía designar a un hijo, o bien adoptar a una persona que creyera conveniente para convertirse en su heredero.

  • Por este procedimiento, los bienes patrimoniales de la nobleza pasaban intactos de un heredero a otro y quedaban protegidos frente a embargos por deudas e, incluso, frente a posibles herederos derrochadores.

  • Y por último, su ubicación en Rávena, en Italia, reforzaba aún más las pretensiones de Justiniano de reunificar el antiguo Imperio Romano, del que se consideraba legítimo heredero tras la caída de Occidente en manos de los bárbaros.