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32 oraciones y frases con goya

Las oraciones con goya que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar goya en una frase. Se trata de ejemplos con goya gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar goya en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A su desgracia personal se añadió la virulencia de los acontecimientos de la Francia revolucionaria, que tuvieron una gran repercusión en los círculos políticos e ilustrados españoles, con los que Goya estaba relacionado.

  • A este respecto, son muy expresivas las obras pictóricas de Goya y los lienzos de Delacroix.

  • Así, ciertas obras emblemáticas son básicas en sus respectivas culturas: pensemos en las obras de El Greco, Velázquez y Goya en la cultura pictórica española; en la música de Bach, Beethoven y Brahms en Alemania; o en los haikus o poemas breves y el teatro japonés tradicional en la cultura nipona.

  • Busca en Internet imágenes de los principales cuadros de Goya.

  • Como a menudo ocurre en la obra de Goya, su carácter enigmático y ambiguo, para eludir posibles represalias políticas o de la Inquisición, da pie a múltiples interpretaciones.

  • Con recursos de gran fuerza expresiva y dramática (composición abigarrada y muy próxima al espectador, intensa agitación, grandes contrastes lumínicos, pinceladas rápidas en grandes manchas sin apenas dibujo), Goya nos muestra el ensañamiento de unos y otros sin escatimar detalles.

  • Constituyen con las pinturas negras de esos mismos años la culminación del desengaño y el pesimismo de Goya, que ya no pretende denunciar para corregir, como en «Los Caprichos», sino dar rienda suelta a sus obsesiones y fantasmas personales, al margen de cualquier normativa y por delante del arte de su tiempo.

  • Cronos devorando a sus hijos de Goya .

  • El punto de vista de Goya es, por tanto, el de un testigo horrorizado que pretende denunciar la brutalidad de la guerra, en tanto que representa la máxima expresión de la barbarie y el fracaso absoluto de la razón.

  • El tema nos remite igualmente a los maestros clásicos, en este caso a la «Venus de Urbino», de Tiziano, aunque también se podrían encontrar referencias a la «Maja desnuda», de Goya, y a la «Odalisca con esclava», de Ingres.

  • En cualquier caso, como Goya en «Los desastres de la guerra», Picasso no se conforma con denunciar un hecho concreto, sino que ofrece una reflexión de validez universal sobre el sufrimiento innecesario, la barbarie y la crueldad de la guerra.

  • En él Goya muestra su conocimiento de la pintura clásica (composición piramidal, dominio de la luz, perspectiva de abajo arriba por la posición elevada del tapiz), así como la influencia de la pintura galante del Rococó.

  • En ellos Goya se muestra irónico y combativo con la corrupción de las costumbres, la superstición, la inmoralidad del clero o la ignorancia popular.

  • Es probable que el anciano Goya, ante la proximidad de su propia muerte, pretendiera hacer una reflexión sobre ella a través de Saturno (el Tiempo), que destruye a los seres que él mismo crea.

  • Es quizás la serie de menor trascendencia en cuanto a contenido y en ella Goya recrea los orígenes y el arte del toreo de su tiempo.

  • Este cuadro de Gericault, como algunas de las obras de su contemporáneo Goya, refleja la deshumanización y la irracionalidad de una situación límite.

  • Goya las pintó para sí mismo y con absoluta libertad, lo que explica su carácter enigmático y a veces incomprensible, que las relaciona con «Los Disparates».

  • Goya, desengañado de España y de su taimado monarca, decidió exiliarse a Francia con el pretexto de tomar unas aguas termales.

  • Goya, sospechoso de simpatizar con las ideas reformistas, vivió años de temor que agudizaron su visión pesimista y angustiada.

  • La línea del horizonte, en un recurso muy característico de Goya, se encuentra un poco por encima del tercio inferior de la estampa, por lo que nos ofrece una visión desde un ángulo ligeramente bajo y resulta así más sobrecogedora la escena.

  • La serena delicadeza de la figura refleja la tranquilidad de ánimo recuperada por Goya, tras la liberación del miedo que le producía la España negra de Fernando VII.

  • Los mostachos de los muertos hacen pensar que se trata de soldados franceses, pero esto carece de importancia porque Goya denunciaba por igual la violencia de ambos bandos.

  • No es de extrañar, por tanto, que Goya fuera admirado por tantos pintores vanguardistas de los siglos y, que vieron en él a un genio inclasificable y precursor de todos ellos.

  • Pero el siglo XIX merece iniciarse con la figura genial e inclasificable de Goya, que, moviéndose entre la razón de los ilustrados y el sentimiento de los románticos, y sin desvincularse del todo de ninguna de las corrientes de su época, superó a todas y se adelantó a las más diversas vanguardias artísticas.

  • Pero Goya no pretendió hacer una propaganda del patriotismo español, ni una denuncia de la invasión francesa, sino una crítica de la guerra en sí y de sus atrocidades.

  • Pero la crítica racional de la pasión descontrolada, la defensa de ciertos valores pretendidamente universales, la reducción de las composiciones a sus elementos imprescindibles, la deformación de los rasgos al servicio de la fuerza expresiva, su desbordada fantasía y el carácter simbólico u onírico son características que hacen de esta serie de grabados de Goya una obra demasiado compleja e innovadora como para encasillarla dentro de los límites del Clasicismo o el Romanticismo de su tiempo.

  • Pero es absurdo pensar que Goya pretendiera caricaturizarlos, como se ha dicho a veces.

  • Por su carácter delirante y surrealista, de difícil interpretación, constituyen con las pinturas negras la culminación del desengaño y el pesimismo de Goya.

  • Por su temática y tratamiento, Goya se adelantó a las grandes pinturas del Romanticismo francés, con sus situaciones límite y deshumanizadas, como «La balsa de la Medusa» de Gericault.

  • Probablemente por esto último y para evitarse problemas, Goya dejó la serie sin publicar y solo estampó dos juegos.

  • Se ha llegado a afirmar que no son obra suya, sino de su hijo, pero los principales especialistas mantienen la autoría de Goya.

  • Son auténticas sátiras de la sociedad y la condición humana en las que Goya se muestra irónico y combativo con la corrupción de las costumbres, la superstición, la inmoralidad del clero o la ignorancia popular.