A la vez, fue un tiempo de crecimiento económico, debido al nuevo comercio que propiciaron los descubrimientos geográ fi cos y al aumento de la producción agrícola e industrial.
A lo largo del siglo xix, los Estados se expandieron a enclaves o colonias en zonas geográ fi cas distantes.
Alejada de la in fl uencia de los colonizadores orientales (griegos y fenicios), el área celta estaba menos evolucionada en todos los ámbitos, aunque era muy heterogénea: los pueblos del centro y el oeste estaban tanto más desarrollados cuanto más próximos a los pueblos ibéricos; en cambio, los pueblos del norte (galaicos, astures, cántabros y vascones) presentaban el nivel más bajo de desarrollo por su aislamiento geográ fi co.
De hecho los escasos estudios que se han hecho en ámbitos geográ fi cos reducidos parecen demostrar que las desamortizaciones no modi fi caron sustancialmente la estructura de la propiedad .
Durante esta etapa, los enfrentamientos no desaparecieron, pero se limitaron a zonas geográ fi cas concretas.
El contenido de las leyes dependía del momento histórico y del contexto geográ fi co.
En cuanto a su ámbito geográ fi co, arraigó sobre todo en zonas rurales de las Vascongadas, Navarra, Aragón, la Cataluña interior y el Maestrazgo, territorios en los que el pequeño cam- pesinado era importante.
En general, se mantuvieron las tendencias de la época visigoda – ruralización y economía cerrada –, pero acentuadas por las difíciles condiciones geográ fi cas y políticas en que se desenvolvieron estos primitivos núcleos: la base económica era una agricultura y ganadería de subsistencia, con poca actividad mercantil y escasa circulación monetaria.
Esta inesperada rebelión sorprendió a Felipe IV y a Olivares, que, ante la incapacidad de atender dos frentes simultáneos, optaron por concentrar sus esfuerzos en la rebelión catalana, tal vez convencidos de que Portugal sería más fácil de recuperar por su aislamiento geográ fi co.
La fi losofía tiene su comienzo histórico y geográ fi co entre fi nales del siglo vii y principios del siglo vi a. C., en una ciudad griega llamada Mileto, situada en la costa de Asia Menor, frente al mar Egeo.
Los condicionamientos geográficos El transporte interior en la Península, tanto el terrestre como el fl uvial, se veía obstaculizado por unos condicionamientos geográ fi cos poco favorables : a La elevada meseta central está rodeada de cadenas montañosas (con escasos puertos naturales) que di fi cultan las comunicaciones entre la España interior y la periferia costera.
Los sistemas de información geográ fi ca nos permiten obtener información de nuestro entorno y analizarla.
Pero en España este temor era particularmente comprensible, por la proximidad geográ fi ca con Francia y por las relaciones de parentesco existentes entre los monarcas de ambos países.
Situación estratégica de España y regiones de interés prioritario España, por su situación geográ fi ca, tiene una importante posición estratégica que la convierte en puerta de entrada en Europa desde el norte de África .
Un mercado interior no del todo unificado Al estudiar los transportes se ha visto cómo los condicionamientos geográ fi cos fragmentaban el territorio nacional en mercados regionales aislados entre sí.
Una prueba evidente es que todavía existían grandes diferencias en el precio de bienes de primera necesidad, como el trigo, entre ciudades alejadas geográ fi camente.
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