Alguien, por ejemplo, el señor García, podría sostener que no todos los cuervos son negros, solo que aún no hemos podido observar un cuervo que no lo sea.
Destacan Manuel García Morente, José Gaos, Xavier Zubiri, María Zambrano y Julián Marías.
El señor García puede ser más o menos razonable, pero no podemos decir que su posición sea completamente descabellada.
Empleando su capacidad de inferir, el señor García inferirá que Sócrates va a invadir la Tierra.
Estudió Filosofía en la Universidad Central de Madrid y tuvo como profesores a Ortega, Zubiri y García Morente.
Imaginemos que el señor García, por la razón que sea, llega a creer que, si Sócrates es marciano, invadirá la Tierra y más tarde cree también que Sócrates es marciano.
La paradoja del hombre calvo Imaginemos que el señor García no tiene un solo pelo en la cabeza; es evidente, entonces, que es calvo y si le añadimos un pelo en el centro de la cabeza, no dejará de ser calvo.
Los militares sublevados, cuando conquistaban un pueblo o ciudad, eliminaban sistemáticamente a miembros y simpatizantes de partidos y sindicatos de izquierdas, pero entre sus víctimas también fueron numerosos los maestros, tan apreciados por la República, y los intelectuales, entre los que sobresale la fi gura de Federico García Lorca, asesinado al principio de la guerra.
Más ornamentado aún es el edificio del Ayuntamiento, obra de Andrés García de Quiñones, que sobresale con una escala distinta en el lado norte de la plaza.
Podemos decir que está equivocado, e incluso que ha perdido el contacto con la realidad, pero, estrictamente hablando, no podemos afirmar que el señor García esté siendo irracional.
Si en la época de Le Verrier alguien hubiera cuestionado la existencia de Vulcano, no solo no habría sido poco razonable (como el señor García), sino que habría estado en lo cierto.
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