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17 oraciones y frases con fortuna

Las oraciones con fortuna que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar fortuna en una frase. Se trata de ejemplos con fortuna gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar fortuna en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • «Tratar siempre de vencerme a mí mismo más bien que a la fortuna, y de cambiar mis deseos antes que el orden del mundo; y generalmente de acostumbrarme a creer que no hay nada que esté enteramente en nuestro poder más que nuestros pensamientos».

  • Además, los cargos no estaban remunerados, de manera que solo podía acceder a ellos la minoría que tenía una fortuna suficiente.

  • Adquirió una inmensa fortuna con la venta de patentes de sus explosivos y la explotación de los campos petrolíferos de Baku (Azerbaiyán).

  • Al tener el estatuto de ciudadanos romanos gozaban de privilegios políticos –participaban y votaban en las asambleas políticas–, militares –podían integrarse en las legiones– y sociales –tenían derecho a la bene fi cencia pública y privada, como el reparto gratuito de trigo, por ejemplo–. Sin embargo, existían grandes diferencias de fortuna en el conjunto de los ciudadanos romanos, desde los más pobres, que vivían casi en exclusiva de la bene fi cencia, hasta los muy ricos.

  • Así, no da como falsa la leyenda de que habiéndose incendiado una vez los bosques, al estar la tierra compuesta de plata y oro, subieron fundidos a la superficie; pues todo el monte y colina es como dinero acumulado allí por una pródiga fortuna.

  • Carecían de derechos políticos –a diferencia de los ciudadanos–, pero tenían derechos civiles –a diferencia de los esclavos–, como el de contraer matrimonio, tener propiedades, etc. También había entre ellos grandes diferencias de fortuna, y una vía fácil de promoción social era enrolarse en las tropas auxiliares del ejército, ya que al licenciarse obtenían la ciudadanía romana.

  • Como reformador social, distribuyó el pueblo en siete clases sociales, según su fortuna, para el pago de impuestos.

  • Durante el tiempo del Imperio, la jerarquía social se basaba en la fortuna.

  • Durante mucho tiempo se creyó que estaba dedicado a la Fortuna Viril, pero en realidad se trata de un santuario consagrado a Portunus, divinidad de los puertos, erigido junto al antiguo puerto fluvial de Roma, adonde llegaban las mercancías remontando el Tíber desde Ostia.

  • Entre las admirables acciones de Aníbal, […] jamás surgió en ese ejército disensión alguna ni en su seno ni contra del príncipe, tanto en los momentos de mala como de buena fortuna.

  • Escándalos como los de los GAL, Juan Guerra –hermano del vicepresidente de gobierno, que utilizaba un despacho o fi cial para negocios personales–, Luis Roldán –director general de la Guardia Civil que amasó una auténtica fortuna apropiándose de fondos públicos – o Mariano Rubio –gobernador del Banco de España que favoreció desde su cargo negocios fraudulen- tos de sus amistades–, por citar solo los más llamativos, deterioraron considerablemente ante la opinión pública el prestigio y la credibilidad del gobierno socialista, sobre todo a partir de los noventa.

  • Este tipo de vida no está al alcance de todos, en primer lugar, porque «la mayor parte de los hombres vive a merced de sus pasiones» y, en segundo lugar, porque este filósofo reconoce que la felicidad necesita también los llamados «bienes de la fortuna» (riqueza, prosperidad, amigos, etcétera).

  • Pero no todos los miembros del estamento nobiliario gozaban de igual prestigio y fortuna, sino que existía una jerarquía interna: a La alta nobleza (duques, condes, marqueses, ricos hombres de Aragón), que disponía de grandes riquezas y extensos señoríos.

  • Pero al final de su vida vio cómo declinaba su carrera artística frente al empuje de Murillo y buscó fortuna en Madrid, donde murió olvidado y pobre.

  • Por lo general, estos pensadores no eran atenienses, sino extranjeros procedentes de diferentes ciudades que acudían a la gran polis a probar fortuna.

  • Se convirtió en la segunda residencia de los patricios romanos y, durante la época imperial, muchas familias romanas se desplazaron hasta allí y realizaron construcciones, como el templo de la Fortuna Augusta y el edificio de Eumaquia.

  • Sin embargo, la felicidad de los estoicos es distinta de la aristotélica, ya que estos consideran que no son necesarios los bienes de fortuna y que la sola virtud asegura la armonía interior y la imperturbable paz del alma.