«Estoy contenta de estar viva.
«Ya he tenido suficiente, / necesito alguien que comprenda / que estoy sola en medio de un montón de gente.
Así, por ejemplo, al afirmar que un árbol es un ser vivo, estoy uniendo dos conceptos: el de árbol y el de ser vivo.
El punto clave reside en reflexionar sobre hasta dónde llega la comunidad, hasta dónde estoy dispuesto a ampliar mi tienda: todos somos capaces de compartir un bocadillo con nuestro amigo que no tiene; pero, ¿somos también capaces de compartirlo con un desconocido?
Estoy compuesto de fuerte metal, permanezco consciente todo el tiempo y puedo soportar fácilmente los más extremados cambios ambientales.
Estoy hasta el gorro! –¿Y si realizases el circuito en un papel, dibujándolo?
Estoy segura de que si él hubiera estado allí, yo no estaría aquí hoy».
Los estoy viendo yo, el cónsul, y les pido su parecer sobre los negocios públicos, y cuando conviniera acabar con ellos a estocadas, ni aun con las palabras se les ofende.
No es que yo exista porque piense, sino que estoy seguro de que existo en la medida en que pienso; eso es así, aunque todos mis pensamientos sean falsos.
O, al decir que un árbol no es una persona, estoy separando esos dos conceptos o nociones.
Pero sí, todavía estoy corriendo.
Pero todavía no he encontrado lo que estoy buscando.
Por ti estoy lleno de temor.
Si yo busco sólo mi interés, sin importarme si perjudico al conjunto o no, no estoy actuando de acuerdo con mi condición de persona con una dimensión social.
Tengo cuatro hijos hermosos, una esposa a la que adoro, estoy vivo y gozo de cada momento de mi vida».
Termina diciendo: «Estoy convencido de estos relatos y medito de qué modo presentaré al juez mi alma lo más sana posible.
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