«Cada vida es un punto de vista sobre el universo», escribió .
Al final de su vida escribió unos Comentarios en tres libros, con interesantes referencias sobre algunos artistas italianos y una autobiografía.
Con todo, César la escribió con la intención de ganarse el favor de los ciudadanos de Roma y poder gobernarla.
Con motivo de la caída de Roma, Agustín escribió su célebre obra La ciudad de Dios .
Después volvió a Siracusa, donde enseñó y escribió sobre Álgebra, Geometría y Física.
En la Educación del príncipe cristiano, escribió numerosos consejos para la formación del príncipe Carlos, futuro Carlos V. En ellos subrayó las virtudes propias para el gobierno, y la necesidad de mantener la paz y evitar la guerra.
En este sentido, Marx escribió que «la burguesía produce sus propios sepultureros».
En la Política escribió que el hombre es «por naturaleza un animal social».
En Los principios de la fi losofía escribió que entendemos por sustancia la cosa «que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra para existir».
En una de ellas escribió: «Obra solo según la máxima a través de la cual puedas querer al mismo tiempo que se convierta en una ley universal».
Es precisamente en este período cuando Ibn Hazm escribió El collar de la paloma, sin duda uno de los mejores tratados sobre el amor de la literatura universal.
Escribió la Eneida, poema épico nacional que combina la Odisea, en sus seis primeros cantos, con la Ilíada en los seis últimos.
Escribió numerosas obras, entre las que se pueden citar De docta ignorantia y De visione Dei.
Escribió un tratado o Canon, hoy perdido, sobre las proporciones de la figura humana.
Este tipo de escritura constituye un paso intermedio entre el sentido de la lectura fenicio y el que se acabó imponiendo, de izquierda a derecha, en el se escribió en bustrófedon.
Heródoto escribió la Historia, una obra que, dividida en nueve libros, da mucha información sobre las Guerras Médicas.
Ortega escribió: «yo soy yo y mi circunstancia», pero la frase continúa: «y si no la salvo a ella, no me salvo yo».
Parménides escribió el poema Sobre la naturaleza, del que se conservan bastantes versos.
Pero Pozzo, además de gran pintor y arquitecto, era un teórico del arte y escribió un importante tratado sobre la perspectiva.
Platón siguió el planteamiento de su maestro y escribió sobre el más allá.
Solo suscita dudas acerca de esto un pasaje de difícil interpretación, en el que escribió que el intelecto «viene de fuera y que solo él es divino».
Unas décadas más tarde, el físico y matemático inglés Isaac Newton escribió una obra clave para el desarrollo de la ciencia: Philosophiae naturalis principia mathematica ( Principios matemáticos de la filosofía natural ).
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