De este modo, no solo la España Ulterior, sino también la Citerior, hasta Zaragoza, antiquísima y floreciente ciudad, abierta ya por manifiesto juicio de Dios, la despobló con la espada, el hambre y el cautiverio; destruyó, quemándolas con el fuego, las bellezas ciudadanas; envió a la cruz a los señores y poderosos del siglo, y descuartizó con los puñales a los jóvenes y pequeños.
Enfurecido, el rey Apolo envió una peste al campamento griego y Agamenón no tuvo más remedio que liberar a su esclava.
Estos se mantenían gracias al obispo de Grenoble, San Hugo, que un domingo les envió carne para comer, lo que provocó entre ellos una discusión sobre la conveniencia o no de romper su abstinencia de este tipo de alimento.
La respuesta de Felipe II fue contundente: envió un ejército para restablecer el orden y mandó ejecutar al Justicia, que había encabezado la protesta.
Su objetivo era restablecer el orden y envió al ejército para que sofocara el movimiento cantonalista.
Teniendo noticias de que su levantamiento iba a mayores, César no envió una expedición, sino que se encargó él mismo de ella.
Zeus, instigado por Atenea, decidió hacer regresar a Ulises a casa y envió a Hermes para que se lo anunciara a Calipso.
Los ejemplos de YourDictionary.com han sido recopilados de diversas fuentes para reflejar el uso actual e histórico de la lengua. Estos ejemplos no representan las opiniones de YourDictionary.com.