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9 oraciones y frases con entusiasmo

Las oraciones con entusiasmo que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar entusiasmo en una frase. Se trata de ejemplos con entusiasmo gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar entusiasmo en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A la vista de este porvenir, deben reflexionar las personas sensatas y de buena fe de nuestra patria y convencerse de la necesidad de ayudar con todo entusiasmo a esta hermosa empresa.

  • En ella se refleja a la perfección el entusiasmo de Palladio por la arquitectura de la Antigüedad clásica: de planta cuadrada, cada una de las cuatro fachadas presenta el aspecto de un frente de templo romano y el espacio central está cubierto por una cúpula.

  • Igualmente, el entusiasmo de los seguidores en un partido de fútbol actual, o la idolatría hacia los grandes deportistas, se diferencia muy poco de los partidarios de las factiones en las carreras de carros romanas.

  • La experiencia despertó el interés de Carlos III, que ofreció su patrocinio real a la Sociedad, y su ministro Campomanes animó con entusiasmo a que se crearan Sociedades Econó- micas de Amigos del País en todas las provincias.

  • Las islas Filipinas Prácticamente concluida la exploración de América durante el reinado anterior, Felipe II propició, aunque con menos entusiasmo, la del océano Pací fi co, recorrido por vez primera en la expedición de Magallanes y Elcano.

  • Por eso, el hombre de ciencia tiene que desarrollar también virtudes que le permitan la comunicación, el liderazgo y la capacidad de transmitir entusiasmo.

  • Posidonio, alabando la cantidad y excelencia de los metales, no prescinde de su habitual retórica, sino que, poseído de un entusiasmo poético, se entrega a exageraciones.

  • Según sus planteamientos, la clase obrera lucharía con más entusiasmo contra el enemigo, si estaba motivada por la defensa de sus conquistas revolucionarias.

  • Y esto debería bastar para atenuar el entusiasmo de quienes contemplan la ciencia como si fuera una especie de oráculo infalible.