Aunque existen signi fi cativas diferencias entre los fi lósofos empiristas, es posible señalar algunos puntos comunes: El deseo de hacer una filosofía nueva que, a semejanza del proyecto racionalista, sirviera para despejar todas las dudas y proporcionara un conocimiento seguro.
El mayor contraste lo brindaron los empiristas, quienes coincidieron con él en que solo conocemos ideas y no cosas, pero rechazaron la existencia de ideas innatas, porque ubicaron el origen del conocimiento en la experiencia sensible y no en la razón.
El principal interés de Rousseau fue la reforma del orden político de su tiempo, por lo que no prestó especial atención a los debates entre empiristas y racionalistas sobre el conocimiento.
En política, los empiristas supusieron la existencia de un estado de naturaleza y declararon que un contrato social —explícito o implícito, según los autores— fundaría la sociedad civil.
Los empiristas redujeron el conocimiento humano a la experiencia sensible.
Los empiristas, a su vez, ponían el acento —acertadamente, según Kant— en que el conocimiento humano se debe atener a la experiencia.
Los racionalistas ponían el acento en la razón como fuente de conocimiento, mientras que los empiristas situaban su origen solo en los sentidos.
Para los racionalistas, los criterios morales se fundaban en la razón, en contraste con los empiristas, que los situaban en los sentimientos.
Por el contrario, los empiristas los situaron en la experiencia y en el fomento de las emociones positivas.
Por este motivo, los empiristas estuvieron más relacionados con los sucesos acaecidos en Inglaterra, Escocia e Irlanda durante estos siglos.
Racionalistas y empiristas hablaron de las ideas de la mente y Kant, de la cosa en mí.
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