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68 oraciones y frases con divina

Las oraciones con divina que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar divina en una frase. Se trata de ejemplos con divina gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar divina en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • «Por lo cual también en el tratamiento con que la divina Providencia e inefable bondad mira a la curación de las almas luce muchísimo la belleza en sus grados y perfección.

  • «Yo bendigo todos los días la salida del sol, mi corazón le canta un himno como antes, pero prefiero su puesta de rayos oblicuos, evocadora de dulces y tiernos recuerdos, de queridas imágenes de vida, larga vida bendita, y dominándolo todo, la verdad divina que calma, reconcilia y absuelve.

  • A esto respondió Pelayo: «¿No has leído en las sagradas escrituras que la iglesia de Dios es comparable a un grano de mostaza y que se volverá a levantar a través de la gracia divina?

  • A su vez, otras esferas mueven la Luna, hasta llegar a la última y más divina, la esfera de las estrellas fijas.

  • Además, incluye la reflexión sobre la sustancia divina.

  • Además, la tesis de que, mediante la luz divina, el hombre tiene acceso en su interior a las verdades inmutables, suscitó en fi lósofos posteriores el establecimiento de un nuevo punto de partida del pensar: el yo frente a la «inseguridad» de la realidad exterior.

  • Al llamarlo Hijo de Dios, manifestamos la relación única y privilegiada, de total unidad y semejanza, entre Jesús y Dios Padre: Jesús participa en la naturaleza divina.

  • Antígona, convencida de que la ley divina tenía que prevalecer sobre los decretos humanos, hizo los honores fúnebres correspondientes a su hermano.

  • Así pues, el único criterio que nos queda para juzgar la moralidad de una acción es la voluntad divina, que da origen a la ley moral.

  • Así, eliminaba también el problema de la comunicación de las sustancias, pues si solo hay una sustancia, la divina, todo está unido en Dios y carece de sentido la pregunta sobre la relación entre cuerpo y pensamiento en el ser humano; estos no son más que atributos de Dios, que se mani fi estan en modos de ser concretos y diversos.

  • Con objeto de contrarrestar el mundo de las esencias del aristotelismo árabe y, así, salvar la omnipotencia divina, Ockham concibió un mundo absolutamente contingente en el que no cabía un conocimiento de verdades universales y absolutas.

  • Crises oró en alta voz, con los brazos extendidos a lo alto: «¡Óyeme, oh tú, el de argénteo arco, que proteges Crisa y la muy divina Cila, y sobre Ténedos imperas con tu fuerza.

  • De ahí la importancia de la esperanza y de la filiación divina.

  • De este modo, las otras dos sustancias de la metafísica cartesiana quedaban reducidas a manifestaciones de la esencia divina in fi nita.

  • De modo semejante a como una obra de arte se contiene en la inteligencia del artí fi ce antes de realizarla, las esencias de las cosas se hallan como ejemplares o modelos en la mente divina antes de crearlas.

  • Descartes no se detuvo a analizar la esencia divina, ya que los atributos esenciales que de fi nen a Dios son muy claros: la perfección y la in fi nitud.

  • Distinguió tres tipos de leyes: La ley eterna es el gobierno de la razón divina sobre el universo, que ordena los movimientos de todas las criaturas hacia sus fi nes propios.

  • El conocimiento verdadero solo procede del intelecto y es posible porque el alma se asemeja a la unidad divina.

  • El de Aquino considera que el argumento ontológico de san Anselmo no es válido para probar la existencia de Dios, ya que presupone que podemos alcanzar un conocimiento perfecto de la esencia divina, cosa que nuestra razón, por ser limitada, no puede obtener.

  • El de Estagira precisó que la metafísica se debe ocupar del ser en cuanto ser, es decir, de todo lo que es, y de las primeras causas y los primeros principios, además de re fl exionar sobre la sustancia divina, causa suprema de todo movimiento.

  • El fi lósofo inglés pensó que la ley moral solo se puede conocer por la fe, ya que depende absolutamente de la voluntad divina.

  • El libro que recoge de forma literal esa revelación divina es el Corán (‘lectura’), aunque su redacción de fi nitiva se realizó bastante tiempo después de la muerte de Mahoma.

  • El libro sagrado de la religión islámica es el Corán («lectura»), que, según la tradición, recoge literalmente la revelación divina recibida por Mahoma a través del arcángel San Gabriel.

  • El neoplatonismo es una corriente filosófica según la cual la belleza del mundo visible es un reflejo o emanación de la luz divina.

  • En efecto, el hombre no está preparado para llevar la vida de felicidad perfecta que solo conviene a los dioses: «si la mente es divina respecto del hombre, también la vida según la mente es divina respecto de la vida humana».

  • En esta época no se consideraba aún que un paisaje pudiera ser algo más que el escenario de una historia (humana o divina), y desde luego carecía de interés por sí mismo como para ser el propio tema de la pintura.

  • En esta línea, Duns Scoto fundó los preceptos morales en la voluntad libre de Dios y no en la razón divina.

  • En Israel, los hombres elegidos por Dios (los reyes, los sacerdotes y los profetas) eran ungidos con aceite como signo de bendición divina.

  • En la actualidad se entiende que los textos religiosos pretenden mostrar la intervención divina en la creación de la vida, pero no explicar cómo se ha originado la materia viva, lo cual pertenece al ámbito de los textos científicos.

  • Entre ellos, mencionaremos dos que con frecuencia se representaban juntos –en especial en catacumbas y sarcófagos– por compartir el mismo mensaje sobre la misericordia divina y la salvación por la fe: el sacrificio de Isaac y Daniel en el foso de los leones.

  • Es el motor de nuestras acciones y de él depende su bondad o maldad, en la medida en que acepta o rechaza la ley divina.

  • Es precisa —argumenta— una intervención especial de Dios, una iluminación divina, que proporcione estas ideas al ser humano.

  • Este reparto de funciones se justi fi caba en los textos medievales como plasmación en este mundo de la voluntad divina de armonía social.

  • Explica por qué no es posible comprender a Jesús si se excluye su realidad divina.

  • Felicidad: fin último de la criatura racional, que consiste en gozar de la esencia divina.

  • Horkheimer, por su parte, acabó acercándose al pensamiento teológico, porque consideró que la miseria del hombre y su sufrimiento hacían despertar la esperanza en una justicia perfecta y divina.

  • La denominó «La puerta del infierno», inspirándose en La Divina Comedia de Dante, y se integraban en ella casi doscientas figuras de diferentes tamaños.

  • La encíclica comienza señalando este valor incomparable de la vida humana e indicando que la razón de este especial valor se encuentra en la vocación del ser humano a participar en la vida divina.

  • La gracia divina es el medio que nos permite alcanzar metas que en solitario resultarían imposibles.

  • La historia de la humanidad, dirigida por la Providencia divina, terminará al final de los tiempos con el triunfo definitivo de la ciudad de Dios.

  • La paz que trae Jesús está estrechamente unida a la filiación divina: saberse hijo de Dios y tratar a los demás como a tales, son actitudes que llenan de paz a uno mismo y al mundo.

  • La sustancia divina, según Spinoza, se compone de atributos, entendiendo por atributo lo que «el entendimiento percibe de una sustancia como constituyendo su esencia».

  • La voluntad divina, que se identi fi ca con el principio de razón su fi ciente, eligió la más conveniente entre las in fi nitas esencias posibles.

  • La voluntad libre es el motor de nuestras acciones y de ella depende su bondad o maldad, en la medida en que acepta o rechaza la ley divina.

  • Las realidades sobrenaturales, como la Revelación divina y los milagros, comenzaron a considerarse super fl uos porque, con el humanismo renacentista, el ser humano se juzgaba autosu fi ciente.

  • Ley eterna: concepto que introdujo Agustín de Hipona, que lo define como «la razón divina o voluntad de Dios que manda conservar el orden natural y prohíbe quebrantarlo».

  • Los cristianos aceptaban una Revelación divina sobrenatural, que proporcionaba nuevos conceptos acerca de Dios y del hombre, y de las relaciones del hombre con Dios.

  • Maria, consultando a su esposo, decidió confiar en la protección divina de Dios.

  • No obstante, mientras que para Platón las ideas existían separadas del Demiurgo y eran superiores a él, Agustín sostiene que las ideas se encuentran en la mente divina, no se distinguen de Dios, son fuente del ser de las cosas y de la verdad, y son fundamento de la certeza y de la ciencia.

  • Para él, solo existe una verdad, a la que se puede acceder por dos caminos: la razón y la filosofía —que nos acercan a ella parcialmente—, y la fe —que nos la da a conocer en plenitud—. Ambos caminos se complementan: la fe, impulsada por la gracia divina, puri fi ca y orienta la inteligencia, y la conduce a conocer las cosas inteligibles; la razón ayuda a profundizar en el contenido de la fe y proclama su credibilidad.

  • Por tanto, la voluntad divina se convierte en la base del Derecho, cuyas fuentes principales son el Corán y la sunna (‘senda’), que era la norma de vida establecida por Mahoma con sus palabras y sus actos, y transmitida por la tradición.

  • Propuso la autogeneración del universo como respuesta a la tesis de la creación divina.

  • Quienes no admitan la Providencia divina ni la inmortalidad del alma, no deben desempeñar cargos públicos.

  • Rituades báquicos en un sarcófago, siglo dC. Los órficos hablaban de la transmigración de las almas, la parte divina (los titanes) de los hombres.

  • San Agustín sostuvo que Dios creó todas las cosas a partir de la nada, libremente y de acuerdo con unas ideas contenidas en la inteligencia divina.

  • Según Tomás de Aquino, la ley, en general, es una ordenación de la razón, dirigida al bien común de una comunidad y promulgada por una autoridad legítima, sea esta humana o divina.

  • Señaló que no podemos conocer perfectamente la esencia divina, porque Dios es in fi nito, aunque sí es posible saber algo de ella partiendo de la relación de las criaturas con el Creador.

  • Si el entendimiento humano es fi nito, no nos es posible conocer la esencia divina.

  • Siguiendo el principio de la omnipotencia divina, Ockham entendió que Dios puede hacer y ordenar todo lo que no implique contradicción lógica.

  • Sin embargo, como no podemos conocer perfectamente la esencia divina, la a fi rmación «Dios existe» no es evidente para nosotros.

  • Sin embargo, pensó que no se pueden predicar atributos positivos de la esencia divina.

  • Sobrenaturales: proceden por Revelación divina para que podamos conocerlas mediante la virtud de la fe.

  • Su fi nalidad era religiosa: explicar el modo en que la Providencia divina dirige la historia humana y re fl exionar sobre el sentido de esta, desde su comienzo en la Creación hasta el día del juicio fi nal.

  • Su interpretación es polémica, pero a la luz del neoplatonismo se puede entender su significado esencial: la primavera es la estación en que el mundo natural manifiesta toda su belleza, que es una concreción en el mundo físico de la belleza divina.

  • Sus obras manifiestan una clara preferencia por dos elementos arquitectónicos: la cúpula, que recuperaba el simbolismo de la perfección divina, asociada a la forma geométrica de la esfera; y el pilar, como elemento sustentante de los arcos, con lo que la columna quedaba relegada a una función meramente decorativa.

  • Un poco más tarde, san Agustín de Hipona distinguió entre las nociones de ley eterna, ley natural y ley positiva: La ley eterna es la razón divina, la voluntad de Dios que manda conservar el orden natural y prohíbe perturbarlo.

  • Veamos sus aportaciones principales: Para Sócrates, lo más importante del hombre es su alma, que es divina e inmortal.

  • Y al llamarlo Hijo de Dios, manifestamos que Jesús participa en la naturaleza divina.