• Español ES

15 oraciones y frases con dirigentes

Las oraciones con dirigentes que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar dirigentes en una frase. Se trata de ejemplos con dirigentes gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar dirigentes en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • Acto seguido, Suárez mantuvo entrevistas personales con dirigentes de la oposición democrática, y contactos indirectos y secretos con Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comu- nista.

  • Cubrían un amplio espectro ideológico –socialistas, socialdemócratas, demócrata-cristianos, liberales, e incluso monárquicos–, y su fuerza provenía no de sus escasos militantes, sino del prestigio de sus dirigentes.

  • El papel de contrapeso a la autoridad del rey lo desempeñaban las Cortes, que defendían los intereses especí fi cos de los grupos sociales dirigentes de sus respectivos reinos (la nobleza, el clero y la alta burguesía).

  • En cambio, la alta nobleza conservó sus títulos, aunque con carácter meramente honorí fi co –sin privilegios feudales–, y se integró en los grupos dirigentes de la nueva sociedad en razón de sus propiedades territoriales y de sus negocios.

  • En los territorios de la Corona de Aragón, la relación entre gobernante y gobernados se mantuvo dentro del concepto feudal de pacto entre el señor y sus vasallos, entendiéndose por vasallos en este caso solo los grupos sociales dirigentes (la nobleza, el clero y el patriciado urbano).

  • Formar grupos dirigentes que pusieran al día nuestro país, superando, así, la visión estrecha y cerrada de los individuos, de los grupos sociales y de las regiones.

  • La gente que vive en áreas de alto riesgo, preparada y con la educación necesaria sobre los riesgos que acarrea la erupción, normalmente es mejor juez de la realidad que sus dirigentes, que suelen ser parciales por sus propios intereses y por aquellos que quieren explotar el territorio en beneficio propio.

  • La mediación de los dirigentes de la CNT, comprometida tanto con el gobierno central como con la Generalitat, permitió dominar la insurrección y acabar con los poderes paralelos.

  • La monarquía intervino directamente apoyando al bando señorial y, tras la derrota de los insurrectos, fueron ajusticiados sus principales dirigentes.

  • La patronal catalana, por su parte, respondió con igual dureza: frente a la huelga obrera, el lock-out o cierre temporal de la empresa por decisión del dueño; y frente a la acción directa o «terrorismo rojo», el «terrorismo blanco» o contratación de pistoleros y bandas armadas para asesinar a dirigentes obreros y sindicales .

  • Los sindicatos y organizaciones obreras reclamaron la entrega de armas para defender la República, pero Casares Quiroga –presidente del gobierno en el momento de la rebelión– se negó a ello porque eso signi fi caba traspasar de hecho el poder del Estado a los dirigentes sindicales y a los responsables de los partidos obreros.

  • No eran partidos de masas, sino de notables, por lo que su fuerza radicaba en las características personales de sus miembros y, muy especialmente, de sus máximos dirigentes.

  • No podría considerarse una oligarquía, porque gobernarían los ciudadanos de rentas medias (y no solo los ricos), ni tampoco una democracia, ya que los dirigentes serían más o menos competentes (se excluiría, así, a los ignorantes).

  • Tácito es pesimista sobre el comportamiento humano: las multitudes les provocan miedo y desprecio, a la vez que, en general, ve egoístas e hipócritas a las clases dirigentes, incluidos los emperadores.

  • Toda esta situación no tiene posibilidades ni expectativas de cambio a medio plazo, pues estudiadas las previsiones del III Plan, en relación a la creación de puestos de trabajo, aparece la incapacidad del sistema productivo, al no poder absorber más que una parte de la mano de obra nueva que anualmente se presenta en el mercado de trabajo, de donde la emigración se revela necesaria para el sistema de desarrollo económico escogido para la sociedad española por sus dirigentes.