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22 oraciones y frases con deseos

Las oraciones con deseos que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar deseos en una frase. Se trata de ejemplos con deseos gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar deseos en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • «Tratar siempre de vencerme a mí mismo más bien que a la fortuna, y de cambiar mis deseos antes que el orden del mundo; y generalmente de acostumbrarme a creer que no hay nada que esté enteramente en nuestro poder más que nuestros pensamientos».

  • A su vez, dentro de la fi losofía española, contrastó con las ideas de Unamuno, quien identi fi có la vida con los deseos y los sentimientos, de modo que la consideró como algo subjetivo e incomprensible para la razón.

  • De acuerdo con él, el alma es como un carro tirado por dos caballos: uno representa las inclinaciones o impulsos nobles, mientras que el otro simboliza los apetitos y deseos.

  • De hecho, el hombre virtuoso se desliga del cuerpo ya en la vida mortal, pues no se deja arrastrar por los deseos sensibles.

  • El ser humano pasa a ser un individuo sujeto a sus intereses y deseos.

  • En consecuencia, la única libertad posible es la de movimiento, es decir, la ausencia de obstáculos para la actividad de las pasiones y deseos.

  • En mitad del drama que están viviendo, buscan la estrella fugaz para pedir sus deseos.

  • Esto se debe a que ciertos deseos o prejuicios pueden llevarnos a error y a que nos creamos más libres de lo que en realidad somos; por ejemplo, cuando alguien actúa movido solo por un eslogan publicitario que no ha examinado críticamente.

  • La apertura a la razón impide que la religión se convierta en un fanatismo y satisface los más íntimos deseos del alma humana.

  • La felicidad consistiría, por consiguiente, en liberarse de las falsas opiniones y de las complicaciones innecesarias, ajustar los propios deseos a lo que basta para una vida austera, respetar la justicia, gozar de la amistad leal y abstenerse de la vida política.

  • La razón que parece aportar el autor es que el ser humano, como individuo, es distinto del cuerpo social, lo que conlleva que sus deseos pueden llegar a ser opuestos a los del conjunto del que es miembro.

  • Las Bienaventuranzas invitan a tener un corazón de deseos, como lo fue el de los Reyes Magos cuando siguieron la estrella.

  • Nirvana: estado de vacío total respecto a los deseos de cualquier realidad exterior o interior, de tal indiferencia que hasta la presencia del yo (fuente de cualquier deseo) desaparece.

  • No se me ocultaba sin embargo que el progreso rápido de la civilización europea, la difusión universal de luces hasta entre las clases menos elevadas, la mas frecuente comunicación entre los diferentes países del globo, los asombrosos acaecimientos reservados a la generación actual, habían suscitado ideas y deseos desconocidos a nuestros mayores, resultando nuevas e imperiosas necesidades; ni tampoco dejaba de conocer que era imposible dejar de amoldar a tales elementos las instituciones políticas, a fin de obtener aquella conveniente armonía entre los hombres y las leyes, en que estriban la estabilidad y el reposo de las sociedades.

  • Ortega y Gasset la definía como «aquella actuación sobre el medio natural por la que uno adapta tal medio a sí, en lugar de adaptarse él mismo a este, de modo que de esta manera logra satisfacer sus necesidades o deseos».Como la ciencia, toda técnica tiene un fin o término específico al que tiende.

  • Para el budismo, la causa del sufrimiento son los deseos y las pasiones que dominan al hombre.

  • Podemos vivir intentando satisfacer únicamente nuestros deseos y sin abrir nunca nuestra perspectiva hacia proyectos más elevados; no obstante, todas las personas, independientemente de cuál haya sido su comportamiento, tienen una dignidad inviolable como seres humanos.

  • Queriéndome rodear de una gran consideración de los magistrados y sacerdotes, he aumentado sus privilegios; igualmente el Senado ha ordenado que en todos los templos se puedan enviar deseos para mí a la divinidad.

  • Sin embargo, hay que aprender a eliminar las pasiones que proceden de la vida en sociedad, que son las que acrecientan nuestros deseos egoístas y nos someten a ellos.

  • Sin embargo, su voluntad no merecería alabanza, porque no ha sido animada por el dictado de la razón práctica a priori, es decir, por lo que todos deberían hacer: ayudar a los demás más allá de los propios deseos.

  • Su virtud es la moderación o templanza, que regula los deseos del alma concupiscible, pues han de usar los bienes que producen con medida, porque deben pensar en la comunidad en su conjunto.

  • Yo mismo quiero saber vuestros deseos y vuestras necesidades.