«Yo pienso» («Cogito»), a fi rma Descartes, es una primera idea clara y distinta, que mani fi esta la existencia del pensamiento.
A continuación, Descartes se propuso determinar A en qué consisten los cuerpos.
A propósito de las pasiones del alma, Descartes entendió que son ideas oscuras y confusas, difíciles de de fi nir.
Ahora bien, ¿qué entendió Descartes por cosa o sustancia?
Al mismo tiempo, esta duda es universal —ya que se extiende a todo conocimiento o creencia— y es voluntaria —porque supone una actitud consciente y deliberada—. Descartes juzgó que existían diversos motivos para dudar: D A veces, los sentidos proporcionan un conocimiento confuso y engañoso.
Al ser acciones del cuerpo, parece que las pasiones del alma podrían determinar nuestra conducta según las leyes mecánicas de la naturaleza; sin embargo, Descartes a fi rmó que la voluntad libre puede influir en nuestro obrar controlando las pasiones, haciendo que sintamos de un modo y actuemos de otro.
Al tratar sobre la existencia real de esas tres ideas, Descartes aseguró que son cosas o sustancias : yo soy una sustancia que piensa, Dios es una sustancia in fi nita y perfecta, y el mundo de los cuerpos es una sustancia extensa.
Así, Descartes llegó a a fi rmar que el yo puede existir sin el mundo.
Así, Descartes se propuso elaborar una fi losofía que fuese una sola ciencia universal con un único método, el matemático.
Así, en la modernidad, el campo de reflexión se reduce: a partir de Descartes solo se acepta el análisis de aquello que uno puede pensar partiendo de sí mismo.
Ciertamente, el cuerpo humano, para Descartes, es semejante al de los animales; por eso, lo juzgó sometido a las mismas leyes mecanicistas de la materia.
Como más tarde harían Descartes y Leibniz, el de Cusa consideró que las matemáticas eran un modelo del saber fi losó fi co.
Como sentenció Descartes con su locución «pienso, luego existo», solo puedo conocer con certeza que hay un yo, un pensamiento que piensa.
Con Descartes se produjo un giro idealista, que signi fi caba el abandono de la realidad como punto de partida y su sustitución por la conciencia.
Con Descartes, ya en la Edad Moderna, el ser humano se concibe como una conciencia o mente que tan solo se limita a hacer uso de una máquina (el cuerpo).
Con esta mentalidad, Descartes inició el racionalismo que, al mismo tiempo, supuso el nacimiento de la filosofía moderna.
Con respecto a su existencia, Descartes no parecía descon fi ar de su existencia real, pero la duda metódica lo obligaba a buscar el modo de asegurarse.
Crítica de la causalidad El principio de causalidad se había tomado por evidente desde los presocráticos hasta Descartes y Locke, en la Edad Moderna.
Crítica de las ideas metafísicas Como consecuencia de la crítica al principio de causalidad, Hume rechazó las ideas de la metafísica, frente a Descartes y Locke, que habían admitido la realidad de las sustancias —yo, Dios, cosas extensas— utilizando ese principio.
Descartes adoptó una duda universal, voluntaria y provisional, con objeto de obtener alguna idea que superase esa duda y, por tanto, fuese totalmente cierta.
Descartes aplicó a los seres vivos su doctrina mecanicista sobre la naturaleza.
Descartes imaginó el «yo pienso» como una idea evidente que se correspondía con una sustancia permanente.
Descartes inauguró la filosofía moderna, verdadero punto de infl exión en la historia del pensamiento, pues supuso la ruptura con la tradición antigua y medieval, así como también la aparición de propuestas que pretendían ser novedosas.
Descartes lo estableció como el principio y fundamento de su sistema.
Descartes no se detuvo a analizar la esencia divina, ya que los atributos esenciales que de fi nen a Dios son muy claros: la perfección y la in fi nitud.
Descartes sostuvo que las ideas claras y distintas se obtienen mediante la primera operación del espíritu, es decir, la intuición intelectual.
Descartes, iniciador de la postura idealista, trató de corregir y recti fi car el realismo.
Después, Descartes coincidió con esta apreciación y, por ello, trató de aplicar el método matemático a la fi losofía.
El idealismo, iniciado por Descartes y secundado por el pensamiento moderno y contemporáneo.
El empirismo, como toda la fi losofía moderna, mostró mucho interés por el estudio del conocimiento humano y, al igual que el racionalismo iniciado por Descartes, adoptó una postura idealista.
El método El método, según Descartes, es el instrumento para guiar a la razón.
El ser humano también se de fi ne por su capacidad de conocer, pero, frente a Descartes, Hobbes sostuvo que el pensamiento no di fi ere del cuerpo.
El ser humano, según Descartes, es el resultado de la composición entre una sustancia pensante y otra sustancia extensa, aunque estas sean completamente distintas e independientes.
En efecto, Descartes se propuso probar con demostraciones ciertas y evidentes la existencia de Dios fuera de nuestra mente.
En ellos se refugió Descartes, pues allí encontró apoyo económico, mayor libertad y más paz para escribir.
En este ambiente intelectual, el conocimiento humano se convirtió en el principal tema de re fl exión para Descartes, quien trató de mejorarlo mediante un método adecuado que eliminase toda posible duda y mostrara verdades ciertas.
En resumen, para Descartes, perfección máxima y existencia se identi fi can.
En su tratado Las pasiones del alma, Descartes re fi ere que experimentamos la unión de alma y cuerpo en las pasiones, porque en ellas ambas sustancias interactúan entre sí.
Esta oposición entre dos realidades, con sus relativos niveles de conocimiento, uno preferible a otro, influirá decisivamente en algunos filósofos antiguos, sadores modernos, como Descartes.
Esta crisis movió a Descartes a proyectar un nuevo sistema filosófico, en el que una nueva razón fuera capaz de superar el escepticismo.
Este argumento supone que Descartes juzgó a Dios como causa de sí mismo (causa sui ), a diferencia de toda la tradición fi losó fi ca anterior, que lo concebía como causa incausada.
Fragmento de Descartes, de Karl Jaspers.
Frente a Descartes, Locke negó la existencia de ideas innatas.
Frente al clima de escepticismo de su época, Descartes supuso que la razón goza, por sí misma, de la capacidad natural e infalible de conocer la verdad.
Haz una valoración moral de esa acción desde el punto de vista de Hume y desde el punto de vista de Aristóteles, Tomás de Aquino y Descartes.
Husserl reconoció su deuda con Descartes.
La duda metódica Descartes consideró que, para afrontar con éxito la búsqueda de la certeza absoluta, era necesario dudar de todo.
La evidencia, por consiguiente, hace referencia a nuestras ideas, que para Descartes ya no son formas inteligibles, resultado de una aprehensión intencional como señalaba la fi losofía realista, sino representaciones mentales de cosas que suponemos que existen fuera de nosotros.
La razón, según Descartes, ha de buscar verdades evidentes, es decir, ciertas e incuestionables, que él identifica con las ideas claras y distintas.
La solución de Descartes consistió en relacionar el alma con un órgano al que denominó glándula pineal y que situó en el cerebro.
Locke, al igual que Descartes, buscó un método seguro.
Los errores en el conocimiento y en la ciencia, para Descartes, se debían a la ausencia de método o al empleo de un método defectuoso; propuso el empleo del modelo matemático.
Otro punto de interés para Descartes y la fi losofía moderna fue el conocimiento racional de Dios, al margen de la fe, que contribuyera a evitar las guerras de religión.
Para Descartes, no es posible que haya modos en Dios, pues no está sometido a variación alguna.
Para el idealismo moderno, iniciado por Descartes, las ideas representan cosas exteriores a nuestro pensamiento, pero esas cosas nos son desconocidas.
Podría dudar de la existencia del mundo que me rodea, pero es incuestionable que existe un yo que piensa y que duda sobre ese mundo; Descartes lo expresó con su famoso «pienso, luego existo».
Por medio de las pasiones, Descartes se aseguró de la unión entre alma y cuerpo, pero esto le planteó el dilema de la «comunicación de las sustancias» : si estamos ante dos sustancias distintas e independientes, ¿cómo se explica que puedan in fl uirse mutuamente?
Por un camino diferente al de Platón, Descartes sostuvo un dualismo antropológico muy semejante al suyo.
Re fl exionando sobre la primera certeza, Descartes se dio cuenta de que poseía una idea de Dios.
Revisa el concepto de sus compáralo con el de Descartes.
Se propuso, como Descartes, hacer de la fi losofía una ciencia estricta.
Según Descartes, solo Dios hace posible que el «yo pienso» abandone su soledad.
Siguiendo las reglas del método, Descartes llegó a la conclusión de que hay tres ideas claras y distintas que podemos aceptar con certeza: idea de yo, de Dios y de mundo.
Sin duda, Descartes no logró solucionar satisfactoriamente el problema y autores racionalistas posteriores trataron de resolver la cuestión acudiendo a Dios, a quien hicieron intervenir de un modo u otro.
Sin salirse del idealismo, los fi lósofos posteriores a Descartes que no eran racionalistas ofrecieron otras explicaciones sobre el conocimiento.
Tomás de Aquino y Kant lo criticaron, mientras que Descartes lo adoptó en su argumentación sobre la existencia de Dios.
Tras descubrir la existencia del «yo pienso» como primera verdad indudable, fi el a su método, Descartes parte de esta primera certeza para demostrar la existencia de la realidad exterior a la mente.
Tuvo gran influencia en el pensamiento moderno; así, por ejemplo, su impronta es clara en el pensamiento de Descartes.
Una vez alcanzada la certeza absoluta del «yo pienso», Descartes se preguntó «¿quién soy yo?».
Viajó varias veces a Francia, donde se interesó por la filosofía y admiró a Descartes.
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