Cilíndricos interiores Se utilizan para transmitir grandes esfuerzos entre un eje y una corona dentada interior.
Consiste en una rueda dentada y una pestaña en forma de uña que permite que la rueda avance pero evita que retroceda.
Cuando la distancia entre las ruedas dentadas es grande, hay que introducir una cadena o una correa dentada que va desde la rueda dentada motriz hasta la rueda conducida.
Este mecanismo es irreversible, es decir, la rueda dentada no puede hacer girar el tornillo sin fin.
Los cálculos de velocidad y relación de transmisión en un sistema de transmisión con cadena y correa dentada son los mismos que en el caso de los engranajes.
Por cada vuelta completa del tornillo, la rueda dentada avanza un diente; por eso se considera que el tornillo sin fin actúa como una rueda dentada con un solo diente.
Poseen además una especie de lengua dura dentada llamada rádula.
Se trata de un tipo de cerámica en forma de campana, con decoración geométrica similar a la de la cestería, obtenida mediante la aplicación de un peine o una ruedecilla dentada al barro; en las incisiones así realizadas se solía incrustar una pasta blanca que daba gran vistosidad al vaso, una vez cocido.
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