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394 oraciones y frases con cosas

Las oraciones con cosas que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar cosas en una frase. Se trata de ejemplos con cosas gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar cosas en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • ¿Conocemos las cosas tal y como son?

  • ¿Qué fruto, inquiero, exigimos de estas cosas: la admiración de los tontos y la satisfacción de los simples?

  • ¿Y cómo quedaban los antiguos «elementos» de acuerdo con esta nueva forma de ver las cosas?

  • «[…] examinando con atención lo que era y viendo que podía fingir que no tenía cuerpo alguno y que no había mundo ni lugar en que me encontrase, pero que no por esto podía fingir que yo no fuese, y que al contrario, por lo mismo que pensaba en dudar de la verdad de las demás cosas se seguía muy evidente y ciertamente que yo era; mientras que si solo hubiese dejado de pensar, aunque fuera verdadero todo el resto de lo que (alguna vez) hubiera imaginado, no tenía ninguna razón para creer que yo hubiese existido; conocí por esto que yo era una sustancia cuya esencia íntegra o naturaleza solo consiste en pensar y que para ser no necesita ningún lugar ni depender de ninguna cosa material».

  • «De acuerdo con lo dicho, se enseña que el ente tiene concepto común unívoco a Dios y las criaturas, porque es imposible que una cosa lleve al conocimiento primero de otra cosa en sí o en el concepto simple que le es propio, como se dijo; más puesto que las criaturas llegamos a algún conocimiento de Dios según aquello que se dijo a los romanos: en las cosas invisibles, etc.».

  • «El cambio cultural deseado —explica Juan Pablo II— exige a todos el valor de asumir un nuevo estilo de vida que se manifieste en poner como fundamento de las decisiones concretas —a nivel personal, familiar, social e internacional— la justa escala de valores: la primacía del ser sobre el tener, de la persona sobre las cosas».

  • «El dato radical, decíamos, es una coexistencia de mí con las cosas.

  • «Es impresionante —añade Diego— ver que Dios está en medio de tu noviazgo, porque te ayuda a pensar las cosas, a razonarlas, a hacerte preguntas y a tener un punto de vista moral, sin ser tú la última medida de todo lo que haces.

  • «Frente a la naturaleza y el mundo de lo fácticamente existente en el espacio y el tiempo, o frente al mundo de lo “empírico”, como también se dice, hay mundos ideales, mundos inespaciales, intemporales o irreales de ideas que, sin embargo, son exactamente lo mismo que son los números en la serie numérica: sujetos de enunciados científicos tan válidos como las cosas de la naturaleza.

  • «La prudencia es el conocimiento de las cosas que debemos apetecer y de las que debemos evitar.

  • «Platón, noble filósofo, se esforzó en convencernos de que las almas humanas habían vivido en el mundo antes de vestir estos cuerpos; de ahí que aquellas cosas que se aprenden sean, no nuevos conocimientos, sino simples reminiscencias.

  • «Pues bien, la mayoría de los filósofos primitivos creyeron que los únicos principios de todas las cosas eran los de índole material; pues aquello de lo que constan todos los entes y es el primer origen de su generación y el término de su corrupción, permaneciendo la sustancia pero cambiando en las afecciones, es, según ellos, el elemento y el principio de los entes.

  • «Pues bien; convenid entonces que lo dicho sobre el Estado y su constitución política no son en absoluto castillos en el aire, sino cosas difíciles pero posibles de un modo que no es otro que el mencionado: cuando en el Estado lleguen a ser gobernantes los verdaderos filósofos, sean muchos o uno solo, que, desdeñando los honores actuales por tenerlos por indignos de hombres libres y de ningún valor, valoren más lo recto y los honores que de él provienen, considerando que lo justo es la cosa suprema y más necesaria, sirviendo y acrecentando la cual han de organizar su propio Estado».

  • «Yo», dice él, «porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra santa fe con amor que no por fuerza, les di a algunos dellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla.

  • A la Antigüedad se le concede la licencia de hacer más sublime el nacimiento de las ciudades mezclando las cosas humanas con las divinas.

  • A algunas personas les asombrará el hecho de ser capaces de calcular cosas como la altura que alcanzará un cuerpo al lanzarlo con una determinada velocidad, el punto exacto donde caerá, el tiempo que durará su vuelo, etc. Sin embargo, otras pensarán que la mayoría de nosotros, incluidos ingenieros y científicos, nunca vamos a necesitar realizar tales cálculos, de modo que se preguntarán para qué tenemos que aprender a hacerlos ahora.

  • A diferencia de Husserl o de Ortega, para Zubiri, el conocimiento no es simple conciencia o pensamiento, sino la aprehensión de las cosas como realidades.

  • A esas maneras de pensar y expresar las cosas, que son, al mismo tiempo, los modos de ser de las mismas cosas, los llamó categorías (de kategorein, que significa ‘atri-buir’).

  • A este alguien inteligente que dirige todas las cosas lo llamamos Dios.

  • A los seres humanos nos gusta el dominio: conocer los límites de la realidad, saber cuál es el mecanismo de las cosas y hacerlas funcionar.

  • A su alrededor se disponen sus protectores, amigos, personajes de ideas progresistas (como Baudelaire, en el extremo derecho, leyendo un libro), gentes humildes, etc. El cuadro tiene, por tanto, un marcado carácter simbólico, que se contradice en parte con sus propias afirmaciones sobre lo que debía ser la pintura: «representación de los objetos que el artista puede ver y tocar… Un arte concreto, que únicamente puede estar compuesto por la representación de las cosas reales y existentes».

  • A su juicio, todas las cosas están compuestas, en último término, por números, que los seguidores de Pitágoras consideran el fundamento constitutivo del universo.

  • A veces oye o ve cosas que no existen.

  • A veces sentimos nuestro cuerpo como una carga o una limitación; por ejemplo, cuando tenemos ganas de hacer cosas, pero estamos cansados o enfermos.

  • A veces, son cosas que no entendemos, pero suponemos que tienen razón de ser, porque el otro sabe más, cuenta con mayor experiencia, etcétera.

  • Además, al informar sobre un determinado estado de cosas, este lenguaje permite ampliar el alcance del saber humano.

  • Además, la intuición permite captar si unas cosas están relacionadas con otras.

  • Además, los sentidos internos captan las cualidades complejas que se dan en las cosas, como un movimiento local o la fi gura de un cuerpo.

  • Afirma que percibimos objetos reales, pues las cosas se manifiestan a la conciencia tal y como son.

  • Ahora bien, ¿de dónde procede esa idea de conexión necesaria cuando vemos repetidamente dos cosas juntas?

  • Ahora bien, frente a este, sostiene que los fenómenos que se presentan inmediatamente ante la conciencia muestran el mismo ser de las cosas.

  • Ahora saldremos de casa y pensaremos en las relaciones con los demás, en la escuela, con el grupo de amigos, en la calle… Allí las cosas son diferentes.

  • Al celebrar, agradecemos el bien recibido y reconocemos la condición de don, de regalo, que tienen las cosas buenas que nos suceden y, especialmente, las personas a las que amamos.

  • Al existir cosas tan distintas entre sí y diferentes del agua, el arjé tenía que ser un principio más amplio y universal.

  • Al mismo tiempo, la vida no consiste solo en lo que hacemos, sino también en lo que las cosas hacen con nosotros; es decir, la vida es lo que nos sucede en la circunstancia en la que nos ha tocado vivir.

  • Al parecer, consideró vivas y animadas todas las cosas; por ejemplo, la piedra magnética, porque es capaz de mover el hierro.

  • Al tratar sobre la existencia real de esas tres ideas, Descartes aseguró que son cosas o sustancias : yo soy una sustancia que piensa, Dios es una sustancia in fi nita y perfecta, y el mundo de los cuerpos es una sustancia extensa.

  • Algunas observaciones relacionadas con las matemáticas los llevaron a tal conclusión, como la posibilidad de convertir la armonía musical en una relación numérica: descubrieron que las notas de las diferentes cuerdas de la lira se podían medir numéricamente en función de su longitud relativa —uno partido de dos, uno partido de tres, etcétera—. Por otro lado, no solo las cosas se dividen en números, sino que los números mismos se pueden dividir en lo par y lo impar.

  • Algunos autores distinguen de las anteriores dimensiones prácticas de la razón, otra a la que denominan razón técnica (del griego techné, ‘arte’), que rige los procesos a través de los cuales el hombre produce cosas u obtiene utilidades.

  • Ambos componentes son principios de las cosas, pero no realidades completas.

  • Aristóteles concibió la materia prima como el sustrato del que están hechas todas las cosas materiales y la forma sustancial, como el acto que dota a la sustancia de una esencia, por lo que recuerda a la idea platónica, pero sin estar separada de las cosas mismas.

  • Así como la flecha da en el blanco gracias al arquero, las cosas tienen que ser dirigidas por una inteligencia.

  • Así pues, pensar consiste precisamente en descubrir cosas que no se identi fi can conmigo —distintas de mí—, de manera que me doy cuenta de que yo soy distinto de ellas.

  • Así, pues, ninguna de las dos cosas era un elemento, según la definición de Boyle.

  • Asimismo, trataba de contrastar toda actividad humana con la realidad, con las cosas, pero tomando cierta distancia de ellas, desde una teoría o pensamiento abstracto, que distingue el mero conocimiento de la ciencia.

  • Aunque hay ciencias más teóricas y otras en las que predomina el aspecto práctico, en todas hay una retroalimentación entre teoría y aplicación práctica: los conocimientos constituyen la base para actuar sobre las cosas en nuestro beneficio, y los problemas prácticos impulsan la búsqueda de nuevos conocimientos.

  • Aunque, para Parménides, el ser se constituye como la esencia y el fundamento de la realidad, no es propiamente un arjé, ya que no puede cambiar ni multiplicarse y, por lo tanto, no puede ser el principio u origen del que proceden todas las cosas.

  • Ayuda a razonar bien, de manera que favorece el conocimiento demostrativo de las cosas universales y necesarias.

  • Bendice con la mano derecha y con la izquierda muestra el Libro de la Vida, en el que se lee «Ego sum lux mundi» (Yo soy la luz del mundo); las letras alfa y omega aluden a que es el principio y el fin de todas las cosas.

  • Berta y Manuel, además de sus cosas, tienen un gato y un montón de plantas.

  • Cada uno de estos bienes se identi fi ca con la perfección de cada tipo de ente, por lo que es fin o término de sus acciones, es decir, causa final; de ahí que lo de fi na como aquello hacia lo que las cosas tienden.

  • Captan las cualidades simples que se encuentran en las cosas, como un color o un sabor.

  • Caridad: virtud teologal, es decir, infundida en el alma, que capacita para amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.

  • Ciencia: conocimiento universal y necesario por el cual se aprehende las esencias de las cosas y las explica por sus causas.

  • Cita dos cosas que haya que arreglar e indica cómo podrían repararse.

  • Coinciden con el racionalismo en que no conocemos las cosas mismas, sino nuestras ideas, pero, a diferencia de este, situaron su origen en la experiencia sensible y no en la razón.

  • Como los necios, no saben muchas cosas, pero —a diferencia de ellos— saben que no saben y por eso no dejan de hacerse preguntas.

  • Como los objetos materiales son solo extensión, los explicó exclusivamente en términos de cantidad, prescindiendo de otros conceptos aristotélicos, como la forma o la naturaleza, ya que su aceptación signifi caría dotar a las cosas de principios inextensos.

  • Comprobamos que en las cosas se dan algunas perfecciones, como la bondad o la verdad, en mayor o menor grado.

  • Con la tradición recibimos una determinada interpretación del mundo, una hipótesis explicativa de la realidad, que proporciona un posible significado de las cosas sin el cual es imposible vivir.

  • Conjunto de todas las cosas que no son lápices Conjunto de todas las cosas que no son lápices.

  • Consideró las ideas como cuadros o imágenes que copian las cosas que representan.

  • Cosmos: sistema ordenado de todas las cosas (en griego significa ‘orden’, ‘orden del universo’).

  • Creación: en su sentido más radical, significa ‘la acción mediante la cual Dios otorga el ser a las cosas de la nada’, esto es, sin partir de algo dado de antemano.

  • Crearon también una revista, con el mismo nombre del grupo, y en ella publicaron un Manifiesto en el que se afirmaba, entre otras cosas, que «el arte es una tontería».

  • Crítica de las ideas metafísicas Como consecuencia de la crítica al principio de causalidad, Hume rechazó las ideas de la metafísica, frente a Descartes y Locke, que habían admitido la realidad de las sustancias —yo, Dios, cosas extensas— utilizando ese principio.

  • Cuando contemplo las estrellas, compruebo que existen dos cosas unidas la una a la otra: yo, que veo las estrellas, y las estrellas vistas por mí.

  • Cuando trabajamos en cualquiera de estos dos espacios tenemos que procurar que no caigan cosas al suelo, que no chorree nada al traspasar líquidos de un lugar a otro, hay que intentar tener solo lo necesario sobre la mesa, vigilar con los puntos de fuego, proteger las partes más vulnerables de nuestro cuerpo...

  • Cuando volvió en sí, habló a quienes le ro-deaban de varias cosas relativas al mundo invisible y les contó lo que había visto: almas, formas y ángeles; dio pruebas de ello al predecir a todos sus conocidos la duración de su vida.

  • Cuidado: en la filosofía de Heidegger, es la preocupación o desvelo del ser ahí o existente tanto con las cosas del mundo, como con otros seres humanos.

  • Darás una segunda oportunidad a materiales inesperados y descubrirás que nos deshacemos de cosas muy útiles.

  • De este modo, el verbo comprender empezó definiéndose como la acción de coger o prender varias cosas a la vez (com-prender), para luego designar el acto del entendimiento de unificar varias cosas en un concepto.

  • De ese modo, las cosas y los seres están condenados a existir de nuevo en ciclos eternos.

  • De esta forma, mantuvo que solo son reales las cosas individuales, mientras que Aristóteles pensó que los individuos poseen una esencia universal.

  • De esta forma, subrayó que el sentido de las proposiciones no podía depender de su referencia a un estado de cosas, como hasta entonces había sostenido.

  • De esta manera, el ser humano podía aprehender las propiedades esenciales de las cosas.

  • De este modo mostraba que el término ser es análogo: por una parte, mantiene un signi fi cado fundamental (todas las cosas son) y, por otra, se aplica a la vez a muchas realidades (ya que todas las cosas son de modos distintos).

  • De este modo, la vida no es cosa, sino relacionarse con las cosas para interpretarlas, actuar y de fi nir los proyectos que van a constituirla.

  • De hecho, a fi rma, solo podemos conocer los fenómenos, pero nunca las cosas en sí mismas.

  • De modo semejante a como una obra de arte se contiene en la inteligencia del artí fi ce antes de realizarla, las esencias de las cosas se hallan como ejemplares o modelos en la mente divina antes de crearlas.

  • De todas formas, se puede decir que los conceptos tienen una existencia universal en cuanto a su función significativa, porque designan una pluralidad de cosas individuales y las representan en las proposiciones.

  • Defendían que, si no es posible saber nada con certeza, todavía se puede conocer menos la causa última de las cosas.

  • Defiende que las acciones y las cosas (pero también las leyes y las instituciones) son buenas si son útiles, y son útiles si generan placer.

  • Desde su entrada en España, los partidarios del absolutismo le incitaron a restaurar el viejo orden de cosas, máxime teniendo en cuenta que la fuerza real de los liberales y su implantación en el cuerpo social era mucho más reducida de lo que su in fl uencia en la obra legisladora de las Cortes de Cádiz podía hacer sospechar.

  • Dices cosas terribles que no puedo ni tolerar.

  • Dios es el ser trascendente, fundamento causal del que depende la realidad y fundamento mismo de la causalidad, porque «hace que las cosas hagan».

  • Dios ha dado el primer paso en este movimiento del amor: creó todas las cosas de la nada —especialmente, al ser humano— y las mantiene en el ser por pura generosidad.

  • Dos ejemplos La doctrina cristiana se ocupa del origen radical de las cosas, del momento en que empezaron a ser, sin materia preexistente.

  • Durante este período, se rompió el vínculo entre las palabras y las cosas, y se privilegió el valor representativo o simbólico de estas.

  • Ejemplarismo: doctrina que propuso san Agustín y que se inspira en la teoría de las ideas de Platón, según la cual las esencias de las cosas, fuente de su ser y su verdad, se encuentran como modelos o ejemplares en la mente de Dios antes de la Creación, y no se distinguen de él.

  • El coche es un vehículo con motor que sirve para transportar personas o cosas o para la tracción de otros vehículos.

  • El Internet de las cosas, más comúnmente conocido en inglés como the Internet of things (IoT) hace referencia a la interconexión digital de objetos cotidianos mediante Internet.

  • El bien racional u honesto Por último, hay acciones o cosas que buscamos por sí mismas, porque se presentan como objetivamente buenas y dignas de ser amadas, con independencia de las repercusiones afectivas (positivas o negativas) que puedan producir en nosotros.

  • El concepto de divinidad en Anaxágoras supuso un avance respecto a sus antecesores, porque introdujo un elemento inteligente y racional en la explicación del universo: las cosas se conciben, no como fruto de un origen ciego, sino como pensadas para algo, con una fi nalidad y un sentido.

  • El filósofo y matemático griego Pitágoras (siglo VI a. C.) fue el primero en usar el término filósofo para referirse con humildad —pero también con cierta ironía— a sí mismo: frente al sabio, aquel que ya sabe todo acerca de todas las cosas, el filósofo sería simplemente el ‘amante o buscador de la sabiduría’.

  • El fuego tiene que estar necesariamente relacionado con el logos, puesto que todo cambia según una ley o medida racional común a todas las cosas.

  • El hombre y la gente En sentido radical y primario, la vida humana, para Ortega, es siempre individual; es, por esencia, mi vida, mi yo con las cosas.

  • El idealismo, por el contrario —continúa Ortega—, sostiene que las cosas, independientes de mí, me son ajenas y desconocidas; no sé nada de ellas, ni siquiera sé si existen, pues las cosas son para mí o en mí, son ideas mías; la mesa o la pared no son algo en sí, sino algo que yo percibo.

  • El individuo se halla envuelto en las cosas; da por supuesta su existencia.

  • El mayor contraste lo brindaron los empiristas, quienes coincidieron con él en que solo conocemos ideas y no cosas, pero rechazaron la existencia de ideas innatas, porque ubicaron el origen del conocimiento en la experiencia sensible y no en la razón.

  • El mayor o menor grado de una perfección se dice de cosas diferentes en la medida en que se aproximan de distinta manera a la perfección en grado sumo.

  • El mito sugiere, entre otras cosas, que el hombre no puede conformarse con lo que percibe por los sentidos, sino que ha de traspasar la frontera de lo sensible y contemplar las ideas, que constituyen lo perfecto y pleno.

  • El motor de este proceso es su contradicción interna y su relación de oposición de unas cosas con otras.

  • El mundo material imita el mundo de las ideas, porque las cosas que percibimos con nuestros sentidos son copias de aquellas, menos perfectas, y sometidas al cambio y la pluralidad.

  • El mundo sensible participa del mundo inteligible, de modo que las cosas son lo que son, tienen una esencia unitaria y permanente, porque participan de las ideas.

  • El Nous es algo divino, principio ordenador y rector de todas las cosas.

  • El objetivismo consistía, por tanto, en de fi nir las cuestiones con rigor y precisión, para no perderse en discusiones estériles y juzgar las cosas con la razón y no con la pasión.

  • El pensador ateniense sostenía que todos los hombres desean las cosas buenas y la felicidad, pero con frecuencia sucede que no saben distinguir los bienes verdaderos de los bienes aparentes; muchas veces desconocen en qué consiste el bien y confunden el objeto de la verdadera felicidad con realidades imperfectas, como los placeres sensibles, las riquezas o los honores.

  • El Renacimiento trajo consigo un cambio profundo de mentalidad que se puede resumir en tres características esenciales: Un renovado interés por el hombre, que, como en la Antigüedad clásica, se convirtió en la medida de todas las cosas (interés por la figura humana, edificios a escala humana, optimismo sobre las posibilidades del ser humano, etc.), que no implicaba un rechazo de lo religioso, sino una revalorización de la razón humana frente al teocentrismo medieval.

  • El ser o ente es lo primero que el intelecto conoce, percibiéndolo necesariamente a través de los sentidos, tanto en la existencia de las cosas como en la propia existencia.

  • El texto dice cosas que son verdaderas (el número de letras de los alfabetos respectivos, que el alfabeto griego es de origen fenicio…) y otras que son inventadas o fantasiosas (que el alfabeto fue llevado a Egipto por la reina Isis…).

  • El universo se concibe como un perfecto mecanismo de relojería regido por leyes inmutables y extrínsecas a las cosas.

  • El yo y las cosas extensas son sustancias, porque no necesitan ninguna otra cosa, a excepción de Dios.

  • Eliminados el yo y las cosas, solo nos queda como realidad primaria y verdadera la coexistencia del yo con las cosas, del yo con el mundo que no soy yo.

  • Ello llevó al poeta satírico Juvenal a decir que el pueblo romano, ahora degenerado, sólo anhelaba dos cosas: pan y circo.

  • Empédocles creyó hallar respuesta al problema proponiendo la existencia de varios arjés, que identi fi có con los cuatro elementos, «raíces de todas las cosas»: tierra, agua, aire y fuego.

  • En algunos cómics de ciencia ficción, como X-Men, hay personajes que son capaces de controlar cosas con la mente, con el pensamiento: abren puertas, cierran ventanas, ponen en marcha la calefacción o el aire acondicionado.

  • En algunos cómics de ciencia ficción, como X-Men, hay personajes que son capaces de controlar cosas con la mente, con el pensamiento: abren puertas, cierran ventanas, ponen en marcha la calefacción o el aire acondicionado.

  • En efecto, aun cuando todo sucede según esta razón [logos], parecen inexpertos al experimentar con palabras y acciones tales como las que yo describo cuando distingo cada cosa según su naturaleza y muestro cómo es; pero a los demás hombres les pasan inadvertidas cuantas cosas hacen despiertos, del mismo modo que les pasan inadvertidas, cuantas hacen mientras duermen».

  • En Así habló Zaratustra quiere la eternidad de todas las cosas».

  • En cambio, la ciencia es el conocimiento de los porqués, de las causas de las cosas.

  • En caso de divorcio, la esposa se llevaba sus cosas y la dote y volvía a casa de su padre.

  • En conclusión, Hume consideró que no podemos salir del ámbito de nuestra experiencia sensible y que no podemos saber con certeza si existen cosas distintas de nuestras ideas.

  • En consecuencia, para el idealismo, la auténtica realidad es el yo o el pensamiento, independiente de las cosas, mientras que las cosas son dependientes o derivadas del yo que piensa.

  • En consecuencia, todas las cosas materiales están hechas de números, que, a su vez, están constituidos por esta pareja de contrarios.

  • En continuidad con los milesios, Heráclito también señala un arjé o primer principio material del que están hechas todas las cosas.

  • En cuanto al problema de la libertad, el pensador ginebrino señaló que, viviendo en sociedad, los ciudadanos pierden su libertad natural y el derecho ilimitado a disponer de los bienes de la naturaleza, pero, en contrapartida, ganan la libertad civil y la propiedad sobre aquellas cosas que poseen.

  • En el fondo, es darnos cuenta de que nuestro entendimiento es eterno, ya que es parte del entendimiento in fi nito de Dios y concibe las cosas como él las concibe.

  • En el mundo todo parece obedecer a un orden, aunque se trate de cosas sin conocimiento: astros, mareas, átomos, etc. No obran por azar, sino intencionadamente.

  • En el pensamiento de Heráclito, expresa la racionalidad interna que hay en el cosmos, que va más allá de la apariencia sensible; es la ley universal que rige el movimiento de las cosas, que da unidad y orden a la realidad sensible.

  • En ella se preguntaban, entre otras cosas, cómo era posible que un movimiento como el ilustrado, que buscaba la emancipación y el progreso humano, hubiera podido desencadenar el horror de los campos de concentración, y de las sociedades opresivas y totalitarias.

  • En la base de esta fi gura se sitúan las más elementales, que son las relacionadas con las cosas materiales; el vértice está coronado por una sola idea suprema, de la que participan todas las demás sin que ella participe en ninguna otra.

  • En la sociedad de consumo en la que estamos inmersos domina la tendencia a adquirir constantemente nuevas cosas y a desechar otras.

  • En la vida real, la ciencia y la tecnología están, pues, mezcladas, aunque sean cosas diferentes.

  • En los entes contingentes, para Aristóteles, la forma sustancial era el acto o perfección última: el que proporciona la esencia o modo de ser a las cosas concretas.

  • En mi vida me encuentro a mí mismo y a las cosas, pero la vida es lo primario, anterior a las cosas y a mí.

  • En oposición a los monistas —aquellos presocráticos que, como los que hemos visto, señalaron que existe un solo arjé o principio material de todo el universo—, durante el siglo v a. C. surgieron los pluralistas, para quienes hay varios arjés o elementos constitutivos, a partir de los cuales se explica la diversidad y multiplicidad de las cosas.

  • En su lugar, la sustituye por una abstracción del yo y de las cosas.

  • Entendió la verdad como la conformidad de la proposición con el estado de cosas que representa.

  • Entre otras cosas, defendía estos postulados: No hay Creación, porque Dios es causa fi nal, no e fi ciente, del mundo.

  • Entre unos y otros los artistas han hecho muchas cosas.

  • Eros es el amor pasional, el deseo de quien busca satisfacer sus impulsos con las cosas y las personas, y que se convierte en medio con el fin de lograr tal satisfacción.

  • Es aquella por la que el entendimiento aprehen de las cosas individuales y puede realizar un juicio de existencia sobre ellas.

  • Es a estas diferencias a las que nos referimos al decir que algo «no es así» o que «los centauros no existen»: no hablamos de un mundo del no-ser donde estén los centauros, porque solo hay realidad, sino que expresamos que, en el mundo real, el único que hay, el modo de ser de las cosas es diferente al de los centauros.

  • Es accidental porque ambos elementos nunca pierden su identidad propia dentro del compuesto; en la antropología platónica, alma y cuerpo están unidos, pero siguen siendo dos cosas distintas, como el piloto y la nave, o como el jinete y el caballo.

  • Es cierto que las cosas necesitan del pensamiento —sin él nada sabríamos de ellas—, pero este necesita también de las cosas.

  • Es decir, primero soy alguien y por eso luego puedo hacer las cosas que hago.

  • Es el efecto que provocan las cosas maravillosas.

  • Es el primer robot humanoide que ha viajado al espacio hasta la Estación Espacial Internacional (EEI) y, entre otras cosas, percibe el frío y el calor.

  • Es esencial evitar las picaduras de mosquitos con repe lentes eficaces, así como el uso de colonias y ropa clara, pues atraen a los mosquitos, ya que por la noche ambas cosas facilitan la detección de los humanos.

  • Es más perfecto que el anterior, porque nos pone en contacto con las cosas materiales, aunque nada nos dice sobre lo que realmente son.

  • Espacio y tiempo son intuiciones, porque hay multiplicidad de cosas y de sucesos, pero solo hay un espacio y un tiempo.

  • Esta es la faceta de la razón que tiene que ver con los instrumentos, útiles o medios para conseguir las cosas, con la utilidad.

  • Esta concepción lo llevó a negar la multiplicidad y que las cosas puedan ser de distintas maneras.

  • Esta ley eterna ha sido impresa por Dios en la Creación y todas las cosas se ordenan de acuerdo con ella.

  • Esta participación trasciende el ámbito material, de manera que, cuando las cosas participan de las ideas, estas permanecen inmutables e idénticas a sí mismas.

  • Esta virtud nos lleva a gastar lo necesario en las cosas que lo merecen.

  • Estados de la mente ante la verdad Lo verdadero o lo falso es lo que se afirma o se niega de las cosas, nues-tro juicio acerca de ellas.

  • Están aquí, en el universo, pero ni siquiera son capaces de establecer por sí mismos ningún tipo de relación con el resto de las cosas.

  • Estas generalizaciones, para el fi lósofo inglés, ayudan a comprender la realidad, pero se debe tener en cuenta que no son más que suposiciones o representaciones de realidades individuales y, por ello, no nos dan a conocer principios ni esencias universales que están en las cosas.

  • Estas tres clases de términos tienen en común el hecho de que son signos que representan a las cosas en las proposiciones y pueden utilizarse en su lugar.

  • Este es imprescindible para entender las cosas creadas, pero no a Dios, ya que podemos atribuirle conceptos contrarios al mismo tiempo.

  • Este empeño estableció las bases intelectuales para la investigación de la naturaleza: esta no oculta poderes oscuros ni esconde a dioses caprichosos, sino que la crea un Dios inteligente y bueno, que ha hecho al hombre a su imagen, para que conozca y cuide todas las cosas.

  • Este había a fi rmado que las cosas han ocurrido en el pasado tal como ocurren ahora, sin buscar un principio que explicara tal repetición.

  • Este pensador sostiene que es imposible conocer cómo son las cosas en sí mismas y, por tanto, la metafísica.

  • Este sabe mirar las cosas desde una perspectiva diferente a la del resto de la gente: en él bulle la capacidad creativa que se encuentra en la entraña de Dios.

  • Esto lo condujo a diferenciar lo sensible de las esencias invariables de las cosas.

  • Esto me hizo plantearme muchas cosas y descubrir que de Dios se habla mucho y no precisamente bien.

  • Esto se debe a que lo estético precisa, además de la existencia de los sentidos exteriores —como la vista o el oído—, la in-teligencia que capta el orden, la forma oculta que brota de la apariencia sensible de las cosas.

  • Esto, sin embargo, no era posible para Ockham ya que, para él, las cosas carecen de estas propiedades.

  • Fragmento de Suma de teología Dentro de la metafísica, santo Tomás dedicó especial atención al estudio del Ser Supremo, Creador de todas las cosas.

  • Frente al positivismo, Hegel a fi rmó que las cosas no se agotan en sí mismas: se realizan en un continuo proceso de transformación.

  • Gracias a ella, te-nemos la capacidad de hacer cosas que, sin su ayuda, nos resultarían imposibles, como cuando un microscopio nos permite ver rea-lidades minúsculas que no podríamos captar solo con nuestros ojos.

  • Gracias a ello, pudo explicar la diversidad de cosas materiales y el movimiento, pues el vacío es el elemento por el que los átomos se desplazan.

  • Gracias a este carácter dialógico e interpretativo —puede interpelar a las cosas, a los hombres, a la historia—, el ser humano se conoce a sí mismo y descubre el sentido de la realidad.

  • Gracias a nuestra capacidad para captar las propiedades abstractas de las cosas, nuestro conocimiento no se limita, como en el resto de los animales, a aspectos muy particulares de lo que nos rodea, solo relevantes biológicamente.

  • Gracias al concepto de intencionalidad, Husserl promovió la fenomenología como «una vuelta a las cosas mismas».

  • Hace un uso incorrecto de las ideas de la razón, que da lugar a la ilusión trascendental de pensar que estas nos dan a conocer sustancias o cosas en sí.

  • Hay un solo Dios, que es principio de todas las cosas.

  • Hay una verdad lógica, que es esa correspondencia entre pensamiento y realidad, y otra verdad, llamada ontolóógica, que es el mismo ser er de las cosas, fundamennto de la anterior.

  • Heidegger acuñó la categoría de cuidado para referirse tanto a la preocupación del existente por las cosas como a la solicitud y atención hacia otros seres humanos.

  • Idea: representación mental de cosas que suponemos que existen fuera de nuestro espíritu; no es una forma inteligible, resultado de una aprehensión intencional, como señalaba la filosofía realista.

  • Idealismo: planteamiento filosófico que asevera que lo único que existe y lo único que conocemos son nuestras ideas; desconocemos las cosas que estas ideas representan.

  • Ideas aglutinadoras de un conjunto de ideas simples, que nos hacen suponer que hay cosas que existen por sí mismas.

  • Ideas compuestas que no reflejan cosas existentes por sí mismas, sino dependientes de las sustancias.

  • Ilusión trascendental: uso incorrecto que la metafísica hace de las ideas de la razón, haciéndonos pensar que nos dan a conocer cosas en sí.

  • Jesús fue el primero en abrir el camino de la cruz, que es la vía para llegar a la Resurrección y renovar, así, todas las cosas.

  • Kant entendió que no puede ser lo que sucede en la experiencia sensible (a posteriori), que nos dice lo que las cosas son, pero no lo que todos deben hacer con carácter universal.

  • Kant explicó que el espacio y el tiempo son a priori, ya que podemos pensarlos sin cosas o acontecimientos, pero no podemos pensar cosas o acontecimientos sin espacio ni tiempo.

  • La célula se ha comparado con muchas cosas, desde «una compleja refinería química» a «una vasta y populosa ciudad».

  • La asombrosa regularidad que hallamos en las cosas coincide, en el fondo, con esas propiedades que nosotros introducimos en ellas.

  • La austeridad de los bodegones españoles nada tiene en común con la opulencia de los flamencos, lo que ha hecho pensar, como ya se comentó a propósito de Sánchez Cotán, que encierren un mensaje de carácter religioso, tal vez alusivo a la humildad o a la presencia de Dios en las cosas sencillas.

  • La calidad del agua es una de las cosas que tenemos que evaluar y corregir en caso de que no sea la adecuada.

  • La civilización científica Nuestra civilización está marcada, entre otras cosas, por el sensacional progreso de las ciencias, que ha transformado y continúa transformando nuestro modo de vida.

  • La conclusión a la que llegó el fi lósofo ateniense es que las ideas no existen en las cosas, en la mente ni en las de fi niciones, sino que tienen una realidad en sí, trascienden lo sensible, son esencias separadas de las cosas.

  • La Creación supone que las cosas dependen de Dios en su existencia y que, de algún modo, participan de su mismo ser.

  • La creatividad es la capacidad de producir cosas nuevas y valiosas.

  • La de fi nió como el conocimiento que es universal y necesario, que aprehende las esencias de las cosas y las explica por sus causas.

  • La diferencia en las densidades es la causante, entre otras cosas, de que el hielo flote en el agua.

  • La esencia —la physis — de las cosas consiste en no estar acabadas y, por tanto, en ir haciéndose, sin detenerse nunca.

  • La evidencia, por consiguiente, hace referencia a nuestras ideas, que para Descartes ya no son formas inteligibles, resultado de una aprehensión intencional como señalaba la fi losofía realista, sino representaciones mentales de cosas que suponemos que existen fuera de nosotros.

  • La existencia inauténtica es impersonal, pues se deja llevar por los otros y por las cosas; con ella, el ser humano pierde su posibilidad de elegirse a sí mismo.

  • La filosofía estudia el qué y el porqué de las cosas.

  • La importancia de una ciencia no radica, entonces, en que ayude a conocer la realidad, sino en que contribuye a asegurarnos el dominio de nuestra voluntad sobre todo lo que nos rodea, sean cosas o personas.

  • La inteligencia Mientras que la sensibilidad capta la apariencia sensible de las cosas, la inteligencia penetra en su unidad y en sus propiedades esenciales.

  • La inteligencia permite que esté abierto al mundo, de modo que no se encuentra entre las cosas, simplemente (como una piedra o un animal, que existen sin saber que existen), sino que se pregunta por ellas, trata de entenderlas y, al conocerlas, se apresta a dominarlas, a transformarlas, con la acción de sus manos, guiadas por su inteligencia.

  • La libertad es la entraña de la ética: pasión por conocer, respeto a la realidad, ejercicio paciente de un trabajo duro, flexibilidad para volver a observar las cosas desde otro punto de vista, capacidad de trabajo en equipo, humildad para exponer con claridad los propios experimentos, disposición de aceptar las críticas de los demás.

  • La mencionada teoría de las ideas se inspiró en la búsqueda socrática del concepto universal y de la definición, al entender que ese concepto universal, que expresa la esencia de las cosas, no existe solo en la mente que lo piensa, sino también en un mundo separado, donde están las ideas.

  • La metafísica En su re fl exión metafísica, como había hecho el Estagirita, Aquino se interrogó sobre el ser de las cosas, los principios primeros y las causas últimas de la realidad.

  • La moralidad es, pues, más propiamente sentida que juzgada, a pesar de que esta sensación o sentimiento sea por lo común tan débil y suave que nos inclinemos a confundirla con una idea, de acuerdo con nuestra costumbre de considerar a todas las cosas que tengan una estrecha semejanza entre sí como si fueran la misma cosa».

  • La obra pictórica no tenía que estar supeditada a la apariencia real de las cosas porque era una realidad independiente.

  • La persona repite continuamente acciones como lavarse las manos, contar, revisar, acumular o arreglar cosas.

  • La posición de Protágoras se puede resumir en una a fi rmación que ha quedado para la historia como la expresión típica del relativismo: «El hombre es la medida de todas las cosas».

  • La propiedad de la ductilidad es la que permite, entre otras cosas, obtener hilos eléctricos tan largos como sea necesario.

  • La razón es capaz de descubrir lo que las cosas son esencialmente, «poniendo entre paréntesis» los condicionamientos sociales, culturales, psicológicos… del sujeto.

  • La religión cristiana no se puede identificar con una lista de cosas por hacer: la moral es una consecuencia de la fe, no su característica esencial.

  • La superestructura constituye la ideología, que justi fi ca o legitima las injusticias dadas en la infraestructura, es decir, el orden de cosas existente.

  • La verdad ontológica Pero hay también una verdad de las cosas u ontológica, que se refiere al ser de las cosas independientemente de que las conozcamos o no; estas son como son y es mi mente la que se adecua a su realidad.

  • La vida consiste en convivir con lo que me rodea en un intercambio entre lo que me pasa y lo que hago con las cosas.

  • La vida en común no se fundamenta solo en la atracción física del inicio, sino en la posibilidad de que una vida sea apasionante, de que haya cosas que compartir y unas metas que alcanzar.

  • La vida intelectiva Solo el hombre posee conocimiento intelectual y este consiste en abstraer formas inteligibles, es decir, en aprehender de modo inmaterial formas sustanciales de las cosas.

  • La voluntad de poder, por lo tanto, no es para él una realidad que trasciende las cosas, lo cual sería volver de nuevo a la metafísica que ya había descartado, sino una explicación de la realidad y de su continuo devenir. y energías que existen en el universo en constante fl ujo y cambio.

  • La voluntad, que, en contraste con el entendimiento, no tiene en sí misma ningún límite, porque puede aceptar o no las ideas y juzgar las cosas con completa libertad.

  • Las cosas que han precedido la fundación de Roma se presentan embellecidas con leyendas poéticas antes que con testigos fiables de las empresas que se han llevado a cabo.

  • Las ciencias no se interesan tanto por lo que las cosas son, cuanto por cómo se comportan, tratando de encontrar la legalidad que rige ese comportamiento.

  • Las cosas no pueden surgir de la nada, sino que proceden de alguna materia original, de algún primer principio o arjé .

  • Las cosas adquieren la cualidad de utensilios para el ser humano.

  • Las cosas corpóreas, según Platón, tienen un modo de ser unitario y estable, una esencia, porque participan de las ideas.

  • Las cosas individuales son previas al concepto de ser y este se forma en nuestro entendimiento a partir de la intuición directa de ellas.

  • Las cosas pueden existir o no, pues pueden ser hechas o destruidas.

  • Las cosas sensibles y corpóreas En uno de sus diálogos de vejez, Timeo, Platón se detuvo a re fl exionar sobre el mundo sensible y corpóreo.

  • Las ideas platónicas tienen mucho que ver con el concepto y la de fi nición que Sócrates buscaba para expresar la esencia de las cosas.

  • Las letras se inventaron para conservar la memoria de las cosas.

  • Las palabras son signos de las cosas nombradas a través del pensamiento, que ejerce de mediador entre las unas y las otras.

  • Las perspectivas proporcionan in fi nitos puntos de vista desde los que se pueden conocer las cosas.

  • Las pseudociencias son creencias que pretenden pasar por científicas pero que en realidad defienden cosas que no se pueden demostrar o que se ha demostrado que son falsas.

  • Lo asombroso se agazapa entre las cosas cotidianas ya que, precisamente por tenerlas todos los días delante de nosotros, se han vuelto invisibles.

  • Lo que diferencia al hinduismo del cristianismo es su intenso fatalismo: no se debe luchar por cambiar las cosas, que son consecuencia de la existencia anterior.

  • Los conceptos son una representación o imagen común de cosas singulares que tienen algunas semejanzas o rasgos coincidentes.

  • Los filósofos griegos entendieron la razón la esencia eterna de las cosas, algo aparte del tiempo.

  • Los conceptos son sustancias reales de las que participan todas las cosas sensibles individuales.

  • Los cristianos reclamaban el título de filósofos y amantes de la verdad: buscaban —lejos de actitudes fanáticas— dar razón de las cosas que creían.

  • Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles.

  • Los griegos sabían que solo se podía considerar prudente aquel que conocía lo que son las cosas, quien investigaba los fundamentos de la realidad y poseía criterios adecuados para valorar cada actividad humana.

  • Los hábitos sociales Vivimos en una sociedad extraordinariamente consumista: tenemos muchas más cosas de las que realmente necesitamos, las sustituimos cuando todavía funcionan, adquirimos productos que después no usamos… La publicidad, y también el cine, la televisión, la moda, etc., crean unos modelos sociales, un estilo de vida que siguen millones de personas en todo el mundo.

  • Los materiales son las sustancias que componen las cosas.

  • Los milesios ya habían señalado el agua o el aire como el único arjé que explicaba la esencia de las cosas.

  • Los pitagóricos utilizaron el concepto de cosmos para referirse al orden y al equilibrio que reina en el universo, pues, aunque las cosas estén hechas de elementos contrapuestos, se presentan como una composición armónica y equilibrada que oculta externamente esa oposición constitutiva.

  • Los racionalistas defendían el poder de la razón humana y la posibilidad de la metafísica como ciencia, pero habían incurrido —según Kant— en el dogmatismo, ya que sostenían la existencia de ideas innatas y de cosas que existen por sí mismas al margen de toda experiencia.

  • Los sofistas reivindican la inteligencia y la iniciativa humana sobre todas las cosas.

  • Los términos mentales o conceptos universales son signos naturales que se forman en la mente, debido a la semejanza entre diversas cosas singulares.

  • Los universales solo existen en el entendimiento, porque fuera de él solo hay cosas individuales.

  • Marx consideró que el ser humano se debe relacionar con otras cosas y con otros hombres, por lo que, en cierto sentido, para realizarse ha de desposeerse de sí mismo.

  • Me acuerdo haber oído repetidas veces a un anciano, dotado de mucho celo y sabiduría, exclamar así entre sus amigos: «¿Es posible que una nación tan inclinada a fundar obras pías, y ejercitada en esta especie de caridad a fuerza de inmensos caudales, no piense jamás en la insigne obra pía de construir pedazos de caminos, de edificar puentes y otras cosas útiles a todo el género humano?

  • Medea – De todas las cosas que tienen inteligencia, las mujeres somos las más desgraciadas.

  • Mejor considera mi aviso y salva tu alma con esta decisión, pues puedes obtener el beneficio de buenas cosas y disfrutar de la asociación de los caldeos ».

  • Mientras que las primeras se desarrollan —gracias, entre otras cosas, a los progresos técnicos—, las segundas se quedan anticuadas.

  • No tienen algún hierro; sus azagayas son unas varas sin hierro y algunas dellas tienen al cabo un diente de pez, y otras de otras cosas.

  • No es que primero mis sentidos experimenten las cosas reales y después le proporcionen a la inteligencia el material sobre el que ella trabajará para obtener los conceptos, sino que en el mismo acto en el que entro en contacto con las cosas reales, mi inteligencia actúa determinando la forma en que capto esas cosas.

  • No hay ningún mal en llamar arte a todas estas actividades, mientras tengamos en cuenta que tal palabra puede significar muchas cosas distintas, en épocas y lugares diversos, y mientras advirtamos que el Arte, escrito con una A mayúscula, no existe...».

  • No obstante, mientras que para Platón las ideas existían separadas del Demiurgo y eran superiores a él, Agustín sostiene que las ideas se encuentran en la mente divina, no se distinguen de Dios, son fuente del ser de las cosas y de la verdad, y son fundamento de la certeza y de la ciencia.

  • No se puede pretender influir sobre la escuela efectuando las mismas cosas que harías con tu familia o tu grupo de amigos.

  • Nos encontramos en el mundo, en una circunstancia concreta, y nos ocupamos con las cosas del mundo, interactuando con esa circunstancia.

  • Obetivos de la ciencia Todas las ciencias persiguen objetivos teóricos o especulativos (conocer las cosas) y objetivos prácticos (actuar de alguna manera sobre la realidad para obtener una cierta utilidad).

  • Ortega defendió, entonces, que todos conocemos las cosas desde una perspectiva vital, desde un punto de vista particular, que es exclusivo de cada uno.

  • Para Agustín, las verdades eternas son el objeto de la sabiduría, la cual es el conocimiento que hace comprender la esencia de las cosas y que conduce, desde la propia interioridad, al conocimiento de Dios.

  • Para Anaxágoras es algo divino, principio ordenador y rector de todas las cosas.

  • Para el idealismo moderno, iniciado por Descartes, las ideas representan cosas exteriores a nuestro pensamiento, pero esas cosas nos son desconocidas.

  • Para él, la realidad material y el resplandor de las cosas de este mundo eran un reflejo de la belleza y de la luz divinas; por tanto, a través de la contemplación de aquellas el hombre podía elevarse hasta el conocimiento de Dios.

  • Para él, solo existe una verdad, a la que se puede acceder por dos caminos: la razón y la filosofía —que nos acercan a ella parcialmente—, y la fe —que nos la da a conocer en plenitud—. Ambos caminos se complementan: la fe, impulsada por la gracia divina, puri fi ca y orienta la inteligencia, y la conduce a conocer las cosas inteligibles; la razón ayuda a profundizar en el contenido de la fe y proclama su credibilidad.

  • Para Empédocles, cada uno de estos elementos es inmutable e idéntico a sí mismo —es decir, asume las cualidades que Parménides había atribuido al ser—. Pero es posible la multiplicidad y diversidad de seres, porque las cosas se originan en diversas mezclas de estos cuatro elementos.

  • Para este grupo, el gran descubrimiento de Hegel fue la concepción dialéctica de la realidad, hasta tal punto que pensaron que era necesaria una oposición al estado de cosas existente, para acelerar la evolución hacia formas nuevas de organización política y social.

  • Para este pensador, el lenguaje consta de proposiciones, que son fi guras o representaciones, «pinturas» de los hechos o estados de cosas reales.

  • Para la fe cristiana, todas las cosas han sido producidas por Dios a partir de la nada.

  • Para responder a estas cuestiones, Ockham adoptó dos enfoques diferentes: por un lado, en qué medida los universales designan cosas existentes; por otro, qué tipo de existencia poseen.

  • Pensaba que el origen de todas las cosas, su arjé, no podía ser algo tan concreto como el agua, sino un principio material indeterminado e ilimitado.

  • Perfecciona el conocimiento de las cosas superiores y divinas, de modo que constituye el culmen de la contemplación y otorga la máxima felicidad.

  • Permite comprender la esencia de las cosas y conduce a la contemplación, que alcanza su culmen en el conocimiento y amor de Dios.

  • Permitió, entre otras cosas, cocer los alimentos, ver en la oscuridad, calentarse o defenderse de los depredadores.

  • Pero ¿cómo alcanzar la esencia de las cosas?

  • Pero ¿cómo puede la dialéctica conducir al alma a conocer las ideas directamente, más allá del conocimiento sensible?, ¿de qué modo es posible llegar a conocer la idea de bondad si solo percibimos cosas buenas en el mundo sensible, pero nunca la Bondad en sí?

  • Pero eso no significa que sea imposible conocer las cosas que existen fuera de la mente.

  • Pero las cosas son más complejas e interesantes.

  • Pero las cosas, de hecho, existen.

  • Pero lo que este hecho revela es que todo lo que existe es solo en su relación y dependencia con otras cosas y, en último término, con la totalidad de lo real.

  • Pero nosotros, que nos hemos separado del pueblo, que por Cristo hemos abandonado todo lo precioso y agradable del mundo... ¿con estas cosas, pregunto, pretendemos excitar a la devoción?

  • Pero su intención, como la de los críticos ilustrados de la época, era denunciar para cambiar el estado de las cosas.

  • Pero tampoco es el yo —como a fi rma el idealismo—, pues yo no me encuentro nunca solo, sino siempre con las cosas, relacionado con ellas.

  • Pero, en realidad, el lenguaje solo expresa una relación entre las cosas individuales y los hombres.

  • Perspectiva: conocimiento de las cosas desde un punto de vista vital, exclusivo de cada uno; respeta la multiplicidad y dinamismo de lo real, pero, a la vez, se ha de complementar e integrar para aproximarnos a la verdad total.

  • Perspectivismo: ne que no es posible una única percepción correcta de las cosas.

  • Plantearnos las cosas como son nos permitirá, además, responder a la cuestión principal de un dilema determinado.

  • Platón emplea este vocablo para señalar que las cosas sensibles imitan o copian imperfectamente las ideas, que son sus modelos.

  • Platón defendió que las ideas son realidades más plenas y más perfectas que las cosas sensibles que las imitan.

  • Platón entendió que las ideas son realidades en sí mismas, inmateriales e inmutables, que constituyen la esencia o forma de las cosas materiales y cambiantes.

  • Pocas cosas hacen más hombre al hombre que el don de poder distinguir por sí mismo el bien del mal y poder elegir entre ellos.

  • Popular y con valentía para decir las cosas donde sea.

  • Por el contrario, el sistema de vender las fincas hará la suerte de esta numerosa clase más desgraciada de lo que es aún en la actualidad y, por consiguiente, les hará odiosa toda reforma y el orden existente de cosas [...].

  • Por su parte, el epistemicismo de Timothy Williamson principio de bivalencia: todo enunciado es verdadero o falso (pero no ambas cosas).

  • Por conocimiento sensible entendió la captación de formas sensibles, que están en las cosas; por ejemplo, colores, sabores, fi guras, movimiento, etc. Este conocimiento es común al ser humano y a los animales, y se realiza a través de los sentidos externos e internos.

  • Por consiguiente, a los distintos tipos de predicados que al hablar podemos atribuir a un sujeto, corresponden las diversas modalidades en que existen realmente las cosas.

  • Por consiguiente, la realidad radical no son las cosas —como de fi ende el realismo—, puesto que las encuentro siempre conmigo.

  • Por ejemplo, cuando un médico descubre un nuevo tratamiento para una determinada enfermedad, presenta los resultados a los colegas en los congresos y los work shops, una especie de talleres en los que científicos e ingenieros se transmiten el conocimiento científico y tecnológico Seguro que la técnica o la estrategia para superar aquella pantalla tan difícil del videojuego, aquel salto arriesgado con el monopatín y tantas otras cosas las has aprendido en reuniones con tus amigos.

  • Por eso su lema es ir a las cosas mismas: a partir de la observación atenta, despojados de toda clase de prejuicios, conocer lo que las cosas son en su puro y simple presentarse a la conciencia.

  • Por eso, la definición clásica de arte era, en latín, recta ratio faciendi, que significa ‘un hacer las cosas de acuerdo con la recta razón, o de la manera más justa y adecuada’.

  • Por eso, la vida es realidad radical, porque en ella radican o arraigan todas las demás realidades; el yo y las cosas son algo radicado o enraizado en la vida.

  • Por tanto, Cézanne no trabajaba con rapidez, como los impresionistas, pendientes de captar la apariencia fugaz, sino que sus obras eran fruto de un trabajo lento y reflexivo para representar la estructura permanente de las cosas, que en su opinión se podían reducir a módulos fundamentales: esferas, conos, cilindros.

  • Por tanto, lo importante era descifrar el mensaje divino que encerraban las cosas, y en el arte esta concepción se tradujo en un desprecio de las apariencias reales para ahondar en su significado profundo.

  • Predominó, por tanto, el discurso conceptual, mediante el que se pretendía dar razones de las cosas.

  • Pregunta a tus abuelos o a algún adulto cómo medían antes las cosas.

  • Pronto se vio que la rueda podía utilizarse para más cosas.

  • Propiedad pública y privada En tu clase hay cosas que son tuyas como, por ejemplo, tu estuche, tus cuadernos o el desayuno que llevas de casa, y otras que son de todo el grupo, como la pizarra, las estanterías o la iluminación.

  • Respecto a la existencia de los universales, como para Ockham solo existen cosas singulares, los universales en cuanto tales son singulares, es decir, existen como individuos en nuestra mente.

  • San Agustín explica su teoría de la iluminación señalando que, así como el Sol ilumina las cosas corpóreas, Dios es el Sol que da luz a nuestra inteligencia para que capte las verdades eternas.

  • San Agustín sostuvo que Dios creó todas las cosas a partir de la nada, libremente y de acuerdo con unas ideas contenidas en la inteligencia divina.

  • San Anselmo se apoya en los grados de perfección que hay en las criaturas y concluye en la existencia de Dios, perfección máxima, de la cual participan todas las cosas, en mayor o menor grado.

  • Se abandona la búsqueda de las esencias de las cosas para menos.

  • Se advierte entonces que la fi losofía no es un ámbito etéreo de abstracciones, sino un modo de acceder a la naturaleza de las cosas.

  • Se caracteriza por el tratamiento antinatural de los motivos y la simpli fi cación de escenas y fi guras, ya que se trataba de transmitir la idea esencial de las cosas, y no de imitar su apariencia real.

  • Se diferencia de este en que es un conocimiento algo confuso, pues cuando abstraemos no podemos saber con certeza si aquellas cosas que pensamos existen o no existen fuera de nuestra mente.

  • Se ha llamado a esta postura esencialismo, ya que entiende que lo primordial de las cosas es su esencia, mientras que la existencia pasa a ser, simplemente, algo que les ocurre, pero no —como sostuvo el de Aquino— su perfección más radical.

  • Se partía del presupuesto de que conocer ya no es aprehender formas, sino representar cosas por medio de nuestras ideas.

  • Se rechaza el estudio de los aspectos cualitativos de las cosas para centrarse en los rasgos que se pueden medir o se consideran subjetivas o irreales.

  • Se subdivide en tres disciplinas: La ontología: se encarga del ser de las cosas, que son su existencia y sus distintos modos de ejercerse.

  • Se trata del mundo sensible, compuesto por cosas materiales, cambiantes, el cual da lugar a un conocimiento de opinión, por lo que se puede denominar mundo dóxico (del griego doxa, opinión ).

  • Se verían reducidos a extensión y movimiento local, como el resto de las cosas corpóreas.

  • Según Anaximandro, todas las cosas surgen necesariamente del ápeiron por separación de los contrarios.

  • Según este autor, el cuidado sobre las cosas y el prójimo conducen a la existencia inauténtica; el cuidado sobre sí mismo, que provoca angustia, lleva a la existencia auténtica.

  • Señala qué cosas te parece que hay en la sociedad actual que esclavizan al ser humano.

  • Sentido y verdad de las proposiciones: Wittgenstein diferenció entre la capacidad de una proposición de decir o figurar un estado de cosas —posible o real— y la verdad o falsedad de una proposición, que depende de si esta se puede verificar empíricamente o no. Ser en sí / ser para sí: de acuerdo con Sartre, el ser en sí alude a los objetos que se manifiestan como externos a la conciencia, a lo real, independiente del sujeto.

  • Si quisierais, por vuestra parte, escuchar las cosas útiles que os digamos, y callar, como hemos hecho nosotras, podríamos enderezaros.

  • Si el mundo es contingente, las cosas y los principios que los rigen no se pueden deducir de unos principios universales.

  • Si lo que la mente capta de las cosas se corresponde con lo que las cosas realmente son, entonces hay en ella un conocimiento verdadero.

  • Si nuestras facultades cognoscitivas se corresponden con lo que las cosas son (con sus formas), entonces, consideramos que nuestro conocimiento es verdadero, mientras que, en caso contrario, decimos que es falso.

  • Si pudiéramos encontrar agua, conseguir algo de dinero, encontrar un refugio... éstas son las cosas que necesitamos ahora.

  • Sí: el conjunto de todas las cosas que no son lápices en el aula no es un lápiz y, por tanto, se pertenece a sí mismo.

  • Signi fi ca que mi vida, mi realidad, me incluye a mí y a todo lo que no soy yo, es decir, todo lo que me rodea: el mundo físico, el mundo social, el pasado o la historia, el cuerpo, la psique, etc. Mi vida concreta no es una simple suma del yo y las cosas, sino que consiste en la inseparable unidad de ambos.

  • Sin embargo, el idealismo pierde la razón cuando a fi rma la independencia del sujeto y, en consecuencia, reduce las cosas a meros contenidos de mi pensamiento.

  • Sin duda —pensó Ortega—, el idealismo tiene razón al señalar que no se puede a fi rmar, como hace el realismo, la existencia de las cosas con independencia de mi pensamiento: solo yo puedo saber de ellas en tanto en cuanto las pienso.

  • Sin embargo, consideró innecesario a fi rmar la realidad de «otro mundo» para garantizar la inmaterialidad de las formas que dan esencia a las cosas sensibles.

  • Sin embargo, el azar por sí solo explica pocas cosas.

  • Sin embargo, Ockham sostuvo que la existencia de las cosas podría ser suplida por la acción inmediata de Dios, que podría producir en nuestra mente la intuición de algo no existente.

  • Sin embargo, para Aristóteles, era preciso postular dos causas más que dieran razón completa del porqué de las cosas y sus movimientos.

  • Sin embargo, para Ortega, atender a las cosas mismas y no a la mente que las conoce es una actitud ingenua.

  • Sin embargo, como Dios es veraz y causa de todo lo que existe, no ha podido engañarnos al poner en nosotros una fuerte inclinación a creer que nuestras ideas sobre las cosas extensas provienen de objetos corpóreos realmente existentes.

  • Sin embargo, el maestro de París divisó un horizonte mucho más amplio, más allá de la materia y la forma, y descubrió una composición profunda en los entes: la distinción real entre acto de ser y esencia: Todas las cosas son porque tienen acto de ser (también llamado por algunos existencia ), que es el acto más radical, perfección máxima del ente, que posibilita todas las demás perfecciones.

  • Sin embargo, eso es falso: existen cosas.

  • Sin embargo, Galileo —precedido por autores como Copérnico y Kepler— renuncia a explicar la esencia íntima de las cosas y su fi nalidad.

  • Sin embargo, lo describió como una sustancia eterna, inmutable, independiente, omnisciente, todopoderosa y creadora de todas las cosas que existen, si es que realmente existen.

  • Sin embargo, para Kant, no son propiedades de las cosas (accidentes), sino formas que la sensibilidad del sujeto aplica a las impresiones sensibles.

  • Sin embargo, su moral se amplió con ideas agustinianas; de este modo, hizo suyos el concepto de ley eterna como orden racional dispuesto por Dios en las cosas creadas, la doctrina sobre el bien y el mal moral, y la libertad como su condición de posibilidad.

  • Sin embargo, una existencia centrada en el cuidado —tanto el cuidado hacia las cosas exteriores como hacia otros existentes— hace que el hombre se disperse y olvide el ser.

  • Singular: cosas sensibles singulares no presentes.

  • Sintetizan vitaminas en nuestros intestinos, convierten las cosas que comemos en azúcares y polisacáridos útiles y hacen la guerra a los microbios foráneos que se nos cuelan por la garganta.

  • Sócrates.— Por tanto, si siempre la verdad de las cosas está en nuestra alma, ella habrá de ser inmortal.

  • Solo tienes que mirar a tu alrededor y pararte un momento a pensar en los materiales que utilizamos para construir nuestras cosas.

  • Sostuvo que la Creación es la producción del ser de las cosas sin partir de algo dado de antemano, es decir, de la nada.

  • Su origen también parece anterior al cristianismo, ya que en su forma más sencilla se utilizaba como símbolo de buen augurio ( chrestos, no Christos, significa en griego, entre otras cosas, «propicio, favorable»).

  • Su pensamiento se confi gura, de ese modo, como ontología: el ser de las cosas, a fi rma, se mani fi esta o revela en cada uno de los entes.

  • Su posición realista en relación con el conocimiento tuvo éxito en la fi losofía medieval, pero la fi losofía moderna la rechazó y adoptó una postura de corte idealista, donde lo que conocemos ya no son las cosas, sino nuestras propias ideas.

  • Su reducción de todo conocimiento racional a conocimiento intuitivo de cosas individuales, se puede considerar el precedente del empirismo británico.

  • Su tema es característico del Barroco, la vanitas (en latín, «vacílo»), que recuerda la fugacidad de la vida y la vaciedad de las cosas de este mundo frente a la inevitabilidad de la muerte.

  • Sus obras más importantes son: El nacimiento de la clínica, Las palabras y las cosas y Arqueología del saber.

  • Tal tipo de bondad recibe el nombre de utilidad: la utilidad es el género de bondad que predicamos de las acciones o cosas que sirven para obtener un fin determinado de un modo eficaz.

  • También el conocimiento sensible nos proporciona evidencia de verdades de hecho, como el propio existir o la existencia de las cosas que nos rodean.

  • También os doy los prados y los pastos, y la caza, para que poseáis todas estas cosas, vosotros, y todos vuestros sucesores después de vosotros [...].

  • También son a priori porque siempre experimentamos las cosas y los sucesos en el espacio y en el tiempo, de manera que el espacio y el tiempo constituyen el marco de nuestra experiencia; se pueden considerar, por lo tanto, anteriores a la experiencia.

  • Tiene capacidad para hacer propias las cosas.

  • Todas las cosas poseen un modo de ser porque constan de esencia, que es potencia respecto al acto de ser (o existencia).

  • Todas las cosas, sin excepción, volverán a existir como eran, en el mismo lugar y en el mismo tiempo, como ocurre con un reloj de arena que, cuando acaban de todo, exactamente como antes.

  • Todo científico parte de la suposición de que el mundo es razonable y de que se puede conocer (fe); de que la razón humana obedece a leyes lógicas que funcionan correctamente (fe); de que los investigadores son honrados y sus publicaciones están contrastadas (fe); de que existen cosas que no podemos ver jamás, pero cuya presencia deja huella (quarks, átomos, etc.).

  • Todos estos entes son de diferente naturaleza, pero tienen dos cosas en común: ocupan un espacio y tienen masa.

  • Todos son de distinta naturaleza, pero tienen dos cosas en común: ocupan un espacio y tienen masa.

  • Trataba de profundizar el lado mágico de las cosas».

  • Un conocimiento de la esencia de las cosas a partir de una idea adecuada de los atributos de Dios, que da lugar a la ciencia intuitiva.

  • Una de las peores o de las mejores cosas que pueden suceder, es que llueva.

  • Una célula es ambas cosas y ninguna de ellas.

  • Una de las primeras cosas que tuvo que aprender el ser humano fue a contar.

  • Una proposición posee sentido cuando dice o fi gura un posible estado de cosas.

  • Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de esta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público».

  • Unidad del yo con las cosas El realismo, según Ortega, daba por supuesto que la verdadera realidad son las cosas mismas, con independencia del yo que las conoce.

  • Vida: realidad radical, unidad dinámica del yo con las cosas; es previa a toda reflexión.

  • Y en efecto, ¿cómo será posible, sin el estudio de las matemáticas, adelantar el arte del dibujo, que es la única fuente donde las artes pueden tomar la perfección y el buen gusto? Ni ¿cómo se alcanzará el conocimiento de un número increíble de instrumentos y máquinas, absolutamente necesarias para asegurar la solidez, la hermosura y el cómodo precio de las cosas? ¿Cómo, sin la química, podrá adelantarse el arte de teñir y estampar las fábricas de loza y porcelana, ni las manufacturas trabajadas sobre varios metales?

  • Y lo mismo ocurre con la cochinilla y lo demás que en España se cría y viene de las Indias, ya que además de proveerse otros Reinos de lo que Dios nuestro Señor nos da en estos, que ni sabemos aprovecharnos de ello ni conservarlo, es causa no solo de que se lleven nuestro dinero, sino también de que en España valgan las cosas tan caras por vivir de manos ajenas, lo que da vergüenza y lástima de ver.

  • Y al faltar los medios normales de expresión de la verdad, se convierte en delito lo que de suyo no es más que el ejercicio de un derecho: así ha podido ocurrir que hayan sido detenidas personas por haber repartido hojas no autorizadas, en las que no se decía nada falso ni injusto, sino al contrario, cosas que el propio Gobierno tiene el deber de decir o permitir que se digan y que durante años viene silenciando.

  • Y como esta es común, entre las dos ciudades hay concordia con relación a esas cosas».

  • Y peor aún es cómo se burlan los extranjeros de nuestra nación, que en esto y en otras cosas nos tratan mucho peor que a indios, porque a los indios para sacarles el oro o plata les llevamos algunas cosas, de mucho o poco provecho, pero a nosotros con las nuestras propias no solo se enriquecen y aprovechan de lo que les falta en sus naturalezas, sino que además se llevan el dinero de España con su industria, sin trabajar sacándolo de las minas como hacemos nosotros.

  • Y por eso creen que ni se genera ni se destruye nada; […] pues dicen que siempre hay una naturaleza, ya sea una o más de una, de la cual se generan las demás cosas, conservándose ella».

  • Y por eso decimos que la mente es, en cierto modo, todas las cosas.

  • Y por eso, mientras que ella está como viajero cautivo en la ciudad terrena, habiendo recibido ya la promesa de su redención y el don espiritual como prenda de ella, no duda en obedecer las leyes de la ciudad terrenal que reglamentan las cosas necesarias y el mandamiento de la vida mortal.

  • Y puesto que se trata de un cuerpo de tal tipo —a saber, que tiene vida—, no es posible que el cuerpo sea el alma : y es que el cuerpo no es de las cosas que se dicen de un sujeto, antes al contrario, realiza la función de sujeto y materia.

  • Y se puede ser generoso con todo: con cosas aparentemente superfluas o necesarias, con dinero, tiempo o planes.

  • Ya no es una cosa entre las cosas.

  • Ya no se re fi ere, por lo tanto, a la esencia de las cosas, sino al conjunto de todas las cosas que existen.