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63 oraciones y frases con conduce

Las oraciones con conduce que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar conduce en una frase. Se trata de ejemplos con conduce gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar conduce en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A eso conduce la soberbia, es decir, no contar con Dios, tratar de ser como él o intentar sustituirlo.

  • A su vez, la casa se comunica con el exterior a través de un puente que conduce de la entrada a un sendero del bosque.

  • Además, la sexualidad conduce al compromiso, a la entrega a otra persona.

  • Apartar de la política el horizonte de la trascendencia conduce a convertir el ejercicio de la ciudadanía en una lucha de poder del hombre contra el hombre.

  • Asimismo, en el ámbito fi losó fi co español, le precedió el vitalismo de Unamuno, quien concibió la vida como un sentimiento íntimo y personal del ser humano concreto, y como un anhelo de inmortalidad que lo conduce a la lucha por sobrevivir.

  • Cabe preguntarse si el ateísmo conduce hacia la liberación o hacia la desesperanza.

  • Catarsis: acto que conduce a la purificación emocional del alma.

  • Con esta experiencia puedes comprobar que el cobre conduce bien el calor, es, por tanto, un buen conductor del calor, mientras que el vidrio y la porcelana son malos conductores del calor .

  • Conduce bien la electricidad y tiene buenas propiedades magnéticas.

  • De hecho, es fácil advertir que una libertad sin límites conduce a la propia destrucción.

  • Desligar la libertad del bien humano conduce a dejarse dirigir por los sentimientos y los impulsos más irracionales.

  • E no conduce equivale a Un transistor en saturación es aproximadamente equivalente a un interruptor cerrado.

  • El raptor conduce su carro y fustiga a sus caballos llamándolos por sus nombres.

  • El tema del Juicio Final fue muy frecuente en los tímpanos de las portadas occidentales del Románico, por razones tanto simbólicas como propagandísticas: el occidente se identifica con el ocaso y el fin del día, y por extensión con la muerte y el fin del mundo; por otra parte, la portada occidental comunica el mundo exterior, asociado a la oscuridad del pecado, con el interior del templo, que conduce al creyente hacia la cabecera oriental, por donde surge la luz de Dios.

  • El asombro fi losó fi co no es una actitud pasiva ni ingenua ante lo inesperado o deslumbrante; por el contrario, es activa, en cuanto que conduce al fi lósofo a preguntarse por la causa última de lo que le provoca admiración.

  • El empobrecimiento de los ciudadanos a favor de los oligarcas conduce a aquellos a la rebelión, lo que da lugar a la democracia o gobierno del pueblo.

  • El enfrentamiento entre ambas clases (tesis y antítesis) conduce a una síntesis en la que surge una nueva clase, que es el punto de partida, a su vez, de un nuevo con fl icto.

  • El espacio interior se articula a partir de un eje direccional que conduce desde la entrada hacia el altar y el ábside, principales centros visuales de interés.

  • El hombre, dotado de auténtica sabiduría, está siempre enfrentado, quiéralo o no, con la divinidad: huir de ella solo conduce a la superstición de la ciencia misma y, por tanto, a dejar de avanzar para dar vueltas sin fin» (Gregorio Marañón, médico y catedrático de endocrinología.

  • El lenguaje del cartel combina la palabra escrita con la imagen fija, pero los rasgos que lo definen están determinados por su naturaleza esencialmente propagandística y su pretensión de transmitir un mensaje rápidamente mientras se camina o se conduce un vehículo: texto corto, pocas imágenes, y fuerte impacto visual, aprovechando los recursos propios de la pintura y de la fotografía (contrastes de luces, colores vivos, acentuada expresividad, etc.).

  • El movimiento del pistón disipa el calor y conduce el aire caliente hacia la parte baja de otro cilindro (llamado cilindro de potencia ), donde el aire es más frío.

  • En consecuencia, la fe conduce a una actitud decidida.

  • En cuanto a las formas de gobierno, el de Aquino recogió la división aristotélica que distinguía tres buenas —monarquía, aristocracia y democracia respetuosa de la ley— y tres malas —tiranía, oligarquía y democracia demagógica—. El peor sistema es la tiranía y el mejor, la monarquía, porque da unidad y conduce a la paz.

  • En el caso de este filósofo, el ataque se dirige a la religión como doctrina que conduce los intereses del ser humano hacia el más allá y que, por tanto, desprecia y debilita el interés por el mundo vital.

  • En La gaya ciencia afirma, por ejemplo, que la muerte de Dios es una liberación que conduce hacia el horror total, pues ya no hay «arriba ni abajo», ya no hay fundamento ni referencias.

  • En una Nación llena de honor, como la española, conduce mucho no perder de vista esta máxima, que obra tan buenos efectos en Cataluña, y en otras Provincias del Reino.

  • Es el camino que conduce al bien propio del hombre; por ello, la ética aristotélica se puede considerar también como una ética de virtudes.

  • Es importante tener en cuenta que la suma de con -tenidos multidisciplinares no conduce necesariamente a un trabajo interdisciplinar.

  • Es lo que se llama juicio de elección, que conduce de un modo inmediato a actuar.

  • Espacio interior El espacio interior es unitario, cerrado y simétrico, con un eje direccional definido por la nave central que arranca de los pies del templo y conduce a la cabecera.

  • Esta afirmación conduce a las siguientes conclusiones: Su ser consiste en amar.

  • Está dividido en tres partes: la primera es el encuentro del viajero con la diosa Díke, que le va a hacer una revelación; en la segunda, la diosa le expone el camino de la verdad, que solo se puede recorrer haciendo uso de la razón; en la tercera, le muestra el camino de la opinión, que conduce a las apariencias que nos muestran los sentidos.

  • Esta pretensión de ultimidad nos conduce a la siguiente nota distintiva.

  • Estas ciudades hacen referencia a los principios opuestos que rigen la conducta de los seres humanos sobre la Tierra: el amor de Dios y la ley moral que nos conduce a él —que constituyen la ciudad de Dios —, o bien, la aversión a Dios y el rechazo de su ley —que constituyen la ciudad terrena —. Ambas coexisten enfrentadas y conforman el contenido del tiempo histórico.

  • Este es el mejor conocimiento, pues nos conduce a su intimidad de una manera que nuestra inteligencia es incapaz de lograr.

  • Este se conduce a presión por tuberías hasta la turbina.

  • Esto conduce a Derrida a a fi rmar que los textos y la escritura poseen una vida independiente del autor y del lector, se desarrollan por sí solos y se remiten a otros textos.

  • La angustia por la existencia fi nita conduce a la pregunta por el tiempo.

  • La atmósfera es un sistema dinámico complejo, ya que el balance energético de la Tierra se conduce a través de ella, e interacciona con la superficie terrestre y las masas oceánicas.

  • La plata es el metal que conduce mejor el calor y la electricidad.

  • La puerta de entrada da a un vestíbulo que conduce hasta el atrio.

  • La virtud, que es el camino que conduce al fi n del ser humano.

  • Led Es un dispositivo formado por un semiconductor, es decir, solo conduce la electricidad a elevadas temperaturas, que emite luz cuando se polariza y es traspasado por una corriente eléctrica.

  • Los apéndices filamentosos captan oxígeno, es decir, funcionan como branquias y crean una corriente de agua que conduce las partículas alimenticias hasta la boca.

  • Matar deliberadamente conduce, además, a la corrupción y la degradación de la persona que aniquila otra vida, y a la de la propia civilización que lo permite.

  • Para Agustín, las verdades eternas son el objeto de la sabiduría, la cual es el conocimiento que hace comprender la esencia de las cosas y que conduce, desde la propia interioridad, al conocimiento de Dios.

  • Para él, solo existe una verdad, a la que se puede acceder por dos caminos: la razón y la filosofía —que nos acercan a ella parcialmente—, y la fe —que nos la da a conocer en plenitud—. Ambos caminos se complementan: la fe, impulsada por la gracia divina, puri fi ca y orienta la inteligencia, y la conduce a conocer las cosas inteligibles; la razón ayuda a profundizar en el contenido de la fe y proclama su credibilidad.

  • Para ello, es preciso hacer como se conduce el poeta: enamorarse de la realidad dada, no buscar la dominación, sino la revelación.

  • Para Zubiri, este interrogante conduce a Dios inexorablemente.

  • Permite comprender la esencia de las cosas y conduce a la contemplación, que alcanza su culmen en el conocimiento y amor de Dios.

  • Por hombre masa entiende aquel que carece de proyecto vital, no se exige, no piensa en mejorar, cree que solo tiene derechos y no obligaciones; en síntesis, conduce una vida mediocre.

  • Rude ejecutó un alto relieve de carácter alegórico en el que las figuras son tratadas al modo clásico: el Genio de la Patria, alado como la diosa de la Victoria, conduce a los soldados del pueblo, que aparecen desnudos o con armaduras romanas.

  • Sabemos, además, que la moral aristo tud es el camino que conduce al ser humano al bien.

  • Se ha de distinguir del egoísmo, que conduce al individuo a preferirse a los demás.

  • Ser cristianos no nos conduce al aislamiento, sino al compromiso con el prójimo.

  • Sin embargo, aunque no tuvo dudas sobre lo que es políticamente bueno —todo lo que conduce a la conservación del Estado—, pensó que era muy difícil saber lo que es bueno en política en cada caso concreto.

  • Sin embargo, esta postura conduce a una situación problemática, ya que el racionalismo convierte la fe en puro voluntarismo: Dios debe existir, aunque, como no podemos saber de verdad si realmente existe, creer en él no es racional.

  • Sin embargo, este conduce al desorden y la anarquía.

  • Sin embargo, la idea de que el universo ha nacido en un momento temporal determinado conduce inevitablemente al concepto de «creación», desa-rrollado por la fi losofía cristiana y, en concreto, por san Agustín de Hipona.

  • Su ingreso estaba precedido por un atrio, desaparecido, y un nártex, que no es perpendicular al eje que conduce al presbiterio.

  • Todos lo sabemos: nuestro Padre no se cansa jamás de amar y sus ojos no se cansan de mirar el camino que conduce a casa, para ver si regresa el hijo que se marchó y se perdió.

  • Un conflicto puede resultar positivo si sabemos utilizarlo para aclarar problemas y solucionarlos, si conduce a una comunicación más auténtica y si ayuda a que nos conozcamos mejor.

  • Y es que la propuesta de Jesús conduce a la edificación de una vida bella y plena.