El núcleo central o espacio interior del templo, que podía tener hasta tres estancias: la naos –o cella, como la denominaban los romanos–, sala principal que albergaba la estatua del dios; el pronaos, pórtico que la precedía; y el opistodomos, sala añadida al otro lado de la naos para dar un carácter simétrico al edificio y utilizado en ocasiones para guardar el tesoro o los objetos de culto.
El tipo de templo más característico era el de planta rectangular, con un pórtico de entrada y cella (pequeña sala interior que albergaba la imagen de la divinidad); se elevaba sobre un podio y tenía un acceso único y frontal con escalinata.
La cella en algunos casos estaba dividida en tres cámaras con accesos independientes, si el templo, según la tradición etrusca, estaba consagrado a una tríada de dioses.
Pero por encima de todas las demás construcciones destaca, por su originalidad y extraordinarias soluciones técnicas, el Panteón de Roma, que combina los dos modelos de templo, ya que su pórtico es rectangular y la cella de planta circular.
Pseudoperíptero, es decir, con columnas en el pórtico, y semicolumnas adosadas al muro en los lados y parte trasera de la cella.
Se trata de una mezcla de templo griego y etrusco: planta rectangular sobre podio alto, pórtico profundo con columnas, acceso frontal con escalinata, nave única ( cella ) y semicolumnas adosadas al muro a los lados y en la parte posterior de la celda.
Un pórtico profundo con columnas toscanas precedía a la cella.
Los ejemplos de YourDictionary.com han sido recopilados de diversas fuentes para reflejar el uso actual e histórico de la lengua. Estos ejemplos no representan las opiniones de YourDictionary.com.