• Español ES

17 oraciones y frases con bando

Las oraciones con bando que te presentamos a continuación te ayudarán a entender cómo debes usar bando en una frase. Se trata de ejemplos con bando gramaticalmente correctos que fueron redactados por expertos. Para saber cómo usar bando en una frase, lee los ejemplos que te sugerimos e intenta crear una oración.
  • A partir de ese momento, se inició una nueva etapa política en el bando sublevado.

  • Así comenzó la guerra civil por la sucesión al trono en la Corona de Castilla: a En el bando de Isabel se alineaban los pueblos y ciudades en general, casi todo el clero, y la mayoría de los grandes linajes nobiliarios.

  • C.)–, y la Península se convirtió en un escenario más de tales enfrentamientos, con la movilización de poblaciones indígenas en uno u otro bando.

  • Como en toda guerra civil, el territorio quedó dividido en dos partes, cambiantes con el transcurso del con fl icto, bajo control de uno u otro bando: a La España de José I Bonaparte era la parte del territorio español ocupada por el ejército francés.

  • De esta forma se consiguió en gran medida la monarquía unitaria a la que había aspirado el conde duque de Olivares en la centuria anterior; aunque se mantuvieron los fueros e instituciones vascos y navarros, por la fi delidad de estos territorios al bando borbónico durante la Guerra de Sucesión.

  • En cambio, los simpatizantes de derechas se inclinaron hacia el bando de los imperios centrales (Alemania y Austria-Hungría), genuinos representantes de valores como el orden y la autoridad.

  • En cualquier caso, no debe olvidarse que las variaciones territoriales de cada bando a lo largo de la guerra modi fi caron también la situación económica en cada uno de ellos.

  • En general, la mayoría de los intelectuales y los simpatizantes de izquierdas –desde liberales hasta socialistas– engrosaban el bando de los aliadó fi los, ya que países como Francia o Gran Bretaña representaban para ellos los ideales de la democracia.

  • Independientemente de sus simpatías por un bando u otro, su obra re fl eja ante todo la crueldad, la tragedia y el horror de la guerra en sí, como fracaso absoluto de la razón.

  • La monarquía intervino directamente apoyando al bando señorial y, tras la derrota de los insurrectos, fueron ajusticiados sus principales dirigentes.

  • La visión que se nos ofrece no es la inicialmente propuesta de «perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa», sino más bien la cruda expresión de la violencia ejercida y sufrida por uno y otro bando.

  • Los únicos países que apoyaron con decisión al bando de la República en el terreno militar fueron la antigua Unión Sovié- tica y México.

  • Por esto vemos que no hay gobierno que no saque mayoría en el número y forma que más le cuadra y desde que un bando político, cualquiera que sea, se entroniza en el ministerio de la Gobernación, ya puede estar seguro de que el país le ha de graciar con unas cámaras a su gusto.

  • Respecto a la fi nanciación de la guerra, el bando sublevado no disponía de reservas metálicas como los republicanos, pero recibió ayuda de los regímenes fascistas de Italia y Alemania .

  • Sin embargo, la República carecía de fuerzas su fi cientes y de capacidad de control, pues gran parte de la policía, de la Guardia Civil y de los mandos del ejército se había pasado al bando rebelde.

  • Sus integrantes se vieron obligados a elegir entre la fi delidad a la República o el apoyo al bando militar sublevado: del lado republicano las fi guras más sobresalientes fueron el poeta Miguel Hernández, el dramaturgo Antonio Buero Vallejo y los fi lósofos José Ferrater Mora y Julián Marías ; en el bando sublevado destacaban los poetas Dionisio Ridruejo, Leopoldo Panero y Luis Felipe Vivanco, el novelista Gonzalo Torrente Ballester, el fi lósofo José Luis López Aranguren y el médico y ensayista Pedro Laín Entralgo .

  • Una mentalidad tradicional y autoritaria Al margen de los criterios normales de clasi fi cación social, la realidad es que en la España de los años cuarenta y cincuenta existía una línea divisoria claramente de fi nida: la que separaba al bando de los vencedores del de los vencidos.